Relaciones SentimentalesVida y Estilo

Amo a mi Jefe, ¿Qué hago?

La primera regla de oro en el trabajo es no enamorarse del jefe. Pero si Cupido ya te ha clavado su flecha, pasa urgentemente a la segunda regla: averiguar si eres una más en su lista o si realmente puede funcionar.

Flirtear con los compañeros de trabajo es algo muy corriente en todos los gremios. Si lo miramos bien es algo lógico. Nos pasamos más horas en nuestro puesto de trabajo que con nuestra familia o amigos. Además, tener un proyecto en común y unos intereses laborales afines une mucho.
Sin embargo, tener una aventurilla sexual dentro del trabajo nunca suele ser una buena idea. Tanto más si la persona en cuestión es el jefe. La mayoría de la gente que ha vivido un romance en la oficina ha salido escaldada. Y es que poner un límite que separe el trabajo de los sentimientos es muy difícil.
Pero no siempre tiene por qué salir mal. Tú puedes ser la excepción. Si ya has caído en las garras del amor, averigua si existe algún futuro para vosotros antes de dar el paso.
Sex and Business
Este es el título de un libro de la famosa sexóloga norteamericana Shere Hite, donde profundiza en el tema del enamoramiento entre compañeros de trabajo. Su visión de total optimismo hacia los flechazos en la oficina nos hace pensar que es un gran “negocio sentimental”.
Pero la realidad nos hace ver que no todo es un camino de rosas, especialmente si nos referimos a relaciones entre jefes y empleados. Por ello, antes de embarcarte en esta aventura, es importante tener en cuenta los problemas a los que, a buen seguro, deberás enfrentarte:
Si tienes algún altercado laboral con él en la oficina, ten por seguro que se trasladará a vuestra casa, o viceversa. Si ha habido bronca familiar, seguramente el estado de ánimo interferirá en vuestra relación laboral, más si en el trabajo el contacto es directo.
Si en la empresa es tu jefe, cambiar de roles en la cama y conseguir un equilibrio permanente, puede resultar complicado.
Hazte a la idea de que deberás aguantar cualquier tipo de comentario del resto de tus compañeros. Estas relaciones suelen correr como regueros de pólvora por la oficina y no hay cosa que guste más que un cotilleo jugoso.
Además, si la historia sale mal, te arriesgas a perder tu puesto laboral. ¿Por qué? Si eres tú quien decide romper la relación, como una forma de venganza puede ponerte de patitas en la calle. Si es él quien toma la decisión, puede que no le interese verte todos los días y recordar lo que hubo entre vosotros.
Analiza estos puntos detalladamente. ¿Te ves fuerte y con ganas de enfrentarte a todo? Pues no te lances todavía… aún tienes que dar un segundo paso.

¿Está enamorado de mi?
Si tú quieres algo más que una simple aventura sexual, es fundamental que averigües cuáles son sus intenciones reales.
Un ‘cachete’ en el trasero o insinuaciones en la fotocopiadora son señales que corresponden más a situaciones de acoso sexual que a un enamoramiento real.
Por eso, te ofrecemos una serie de pistas con las que podrás ver más claro si esta relación tiene futuro o, simplemente, vas a ser una muesca más en su mesa de conquistas.

Ojo con…
Si tu jefe goza de una merecida reputación de promiscuidad sexual y considera la oficina como su harén personal, ¿por qué va a ser diferente contigo?
Si está casado, mejor huye… No suele funcionar. A pesar de que su labia y verborrea acerca de los problemas que tiene con su mujer es muy convincente, no le creas. Sobre todo, desconfía de frases como:
“Ya ni dormimos juntos, sólo estamos por los niños.”
“Ten paciencia, esperaré a que ella esté preparada para dejarla.”
“Me voy de vacaciones con ella porque no quiero dar un disgusto a los niños.”
“Mi mujer ha entrado en una depresión e incluso ha pensado en quitarse la vida. Pero en cuanto se recupere, la separación es un hecho.”
Y, sobre todo, desconfía cuando no sólo guarda las apariencias en la oficina, sino también fuera de ella.
Si te sientes identificada con alguno de estos puntos, cierra los ojos y mira a otro lado, así evitarás que la erótica que da el poder te ciegue y te anule la razón.
Por lo general, este tipo de historias, aunque produzcan placer y excitación en un momento dado, a la larga provocan un sinfín de sinsabores. Además, las mujeres siempre resultan las más perjudicadas.

Cosas que debes evitar
Si te has decidido a dar el paso, debes tener en cuenta que ciertas actitudes no te favorecen nada en tu trabajo. Evita lo siguiente:
Hacer demostraciones de amor en el ambiente de trabajo.
Llamar a tu jefe por el pseudónimo que usáis en la intimidad.
Contar a tus colegas profesionales cómo es el jefe cuando estáis solos.
Llevar las diferencias generadas en el ámbito personal a la oficina.
En otro orden de cosas, en ningún caso deberás utilizar tu posición para dar un impulso a tu carrera o favorecer profesionalmente a algún colega tuyo utilizando tus armas de mujer. Eso no se llama amor, sino interés.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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