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Decoración: Decapé y Craquelado

Cuando hablamos de ‘técnica decapé’ nos referimos a un sistema francés de decoración que tuvo sus orígenes en la época de Luis XV. El decapé consiste en pintar los muebles de blanco, pastel, gris… creando una veladura para suavizar e iluminar el aspecto del mueble.
Los muebles decapé armonizan perfectamente con las paredes pintadas en gris pálido, azul celeste, color fucsia, verde manzana, entre otros. Los decoradores franceses, para cambiar la decoración de los palacios sin hacer grandes dispendios, decapaban sobre todo muebles pequeños y de asiento, y luego los pintaban, de ahí la denominación de ‘decapé’.
El efecto especial del craquelado
El craquelado es un método de envejecimiento. Dentro de los acabados es uno de los más comunes, prácticos y fáciles de realizar. Se reproducen las finas grietas que se forman a menudo en la superficie de viejas pinturas al óleo, lozas antiguas y muebles ajados por el paso del tiempo.
El craquelado se produce naturalmente por la contracción gradual, desparejando las distintas capas de pintura. Colocando una capa de pintura de base sintética (secado lento) y otra capa encima de pintura de base acuosa (secado rápido) obtendremos este efecto. La capa de pintura sintética seca lentamente generando tensiones superficiales durante un lapso de tiempo mayor; por ello, la capa de pintura superior que es acrílica y secó rápidamente, se resquebraja siguiendo los movimientos de las tensiones de la pintura de base.
Para avejentar una superficie podemos recurrir a un preparado de tipo casero o a los productos elaborados especialmente para lograr este efecto: los conocidos como ‘craqueladores’. El resultado óptimo de éstos depende de que sigamos al pie de la letra las especificaciones de cada fabricante. En algunos casos son productos muy sensibles al calor y a las corrientes de aire, modificando el tamaño de las grietas.
Craqueladores de un componente
Estos productos se aplican en general entre dos colores que contrasten. Te presentamos un ejemplo de aplicación:
1°) Aplicar una base acrílica en color natural y dejar secar.
2°) Después, extender un barniz craquelador tratando de no superponer material.
3°) Emplear luego el acrílico oscuro con pincel o con esponja y dejar secar. Se puede acelerar el proceso de secado por medios mecánicos con calor tibio sobre el trabajo a una distancia de no menos de 25 cm.
En forma casera, el craquelador de un componente puede reemplazarse por el efecto que produce una capa generosa de cola vinílica.
En ambos casos, la dirección de las pinceladas aplicadas en la capa intermedia serán las que definirán el sentido de las grietas.

Craqueladores de dos componentes

Estos craqueladores son aptos para craquelar bases, pinturas y láminas porque son traslúcidas. Veamos un ejemplo:
1°) Aplicamos dos manos del primer componente dejando secar entre una y otra.
2°) Se aplica el segundo componente que al secar produce el efecto deseado.
Un método casero para realizar este tipo de craquelado sin usar productos dañinos consiste en:
1°) Una mano de goma laca y dejar secar.
2°) Después, una capa de cola vinílica y dejar que seque.
3°) Por último, una mano de goma arábiga.

A la hora de terminar…
En el caso de utilizar colores contrastantes para craquelar, el efecto queda evidente sin la aplicación de otros elementos para destacarlo. Sobre un decoupage, la trama de las grietas puede unir estéticamente el conjunto de elementos recortados, más aún destacadas por una pátina al óleo, al agua o betún de judea.
En cualquier caso, una vez que el craquelado ha terminado, es conveniente dejarlo reposar durante una hora antes de esta aplicación.
Cuanto más grueso sea el barniz de base, más anchas serán las grietas. Con una base fina de barniz, lograremos grietas finas.
Descubre la técnica del decapé

Éstos son los materiales que va necesitar:
• Lijas de madera.
• Pintura plástica mate blanca y gris (cualquier color suave).
• Látex.
• Pinceles y brochas.
• Cera de ebanista nogal.
• Pintura al óleo color teja.
Procederemos a abrir el poro de la madera, lijando en el sentido de la veta. Mezcla a partes iguales pintura, látex y agua. Con el pincel, extiende muy poca cantidad de veladura. Acto seguido, rasca algunas zonas con un trozo de lija de forma que las rayadas descubran el color de fondo.
Cuando la veladura esté casi seca, dale otra mano. Las pasadas tienen que ser rápidas y con el pincel casi seco. Rompe la uniformidad del color con una pizca de pintura al óleo. Peina el mueble con un pincel casi seco. Vuelve a pasar la lija por algunas zonas (raspado) insiste en los cantos. Por último, hay que encerar, dejar secar y frotar para dar brillo.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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