Relaciones SentimentalesVida y Estilo

Divorcios y separaciones

Al cabo del año son muchas las parejas que acuden a los juzgados para tramitar su divorcio, y otros muchos se separan sin más. Antiguamente, esto del divorcio estaba muy mal visto y se asociaba a gente sin valores.Por otra parte, las madres inculcaban a sus hijas el espíritu de sacrificio respecto al marido y a los hijos, y tenían que aguantar lo que fuera, pues el matrimonio estaba por encima de todo.
Sin embargo, toda esta dinámica ha cambiado mucho, tanto en los motivos como en las consecuencias y en las resoluciones de las separaciones.
Las personas se separan independientemente de su clase social o económica, es algo que está aceptado socialmente y que afecta a todos los estratos sociales.
Las causas por las cuales una pareja se separa pueden ser muy variadas, pero existen una serie de componentes que pueden ayudar a que cada vez se pierda más el miedo a esta situación y se termine tomando esta decisión.

El factor económico
La independencia económica y una mayor autonomía, le permiten a la mujer de hoy en día no depender del sueldo del marido para vivir.
Aunque en la mayoría de los casos la situación económica empeora con respecto al matrimonio, son muchas las mujeres que se pueden permitir salir de casa del marido y no volver a la de los padres, sino establecerse por su cuenta.
También existe una gran mayoría que, a pesar de las dificultades económicas, deciden separarse. Esto se debe a una mayor valoración de la mujer: la apertura al mundo laboral y de los negocios le ha permitido generar una aceptación de sí misma difícil de conseguir en otros tiempos.

La búsqueda de satisfacciones
La valía personal, la confianza en sí misma y el desarrollo cultural y laboral, le permiten a la mujer lanzarse a una nueva vida en solitario con ánimo decidido y resolutivo. El miedo sigue existiendo, pero puede más la necesidad de autonomía y de búsqueda de satisfacciones personales.
La sociedad actual va dictando los patrones para conseguir el éxito y son muchas las imágenes de gente famosa o reconocida socialmente que se separa y reinicia una nueva vida.
Los patrones de comportamiento los dictan las modas o los tiempos y ahora, se anima a las parejas a romper si no les va bien. El sacrificio y la abnegación están pasados de moda. Cada cual debe buscar su propia satisfacción, juntos o por separado.

Se lucha menos por las relaciones
Muchas personas no satisfacen las necesidades de su cónyuge y éste se siente vacío y poco gratificado, con lo que el desánimo hace mella y la relación se deteriora.
También está claro que se lucha menos por los relaciones. Al estar bien visto, ya no nos saltamos ninguna norma moral, por lo que no aguantamos ni un día de malestar.
Aunque esto no es exactamente así para muchas parejas que luchan por su relación, hay otras muchas que rompen en los primeros meses de relación, cuando aún no ha dado tiempo para saber si se podía mejorar y cambiar lo que no nos gustaba, pues no ha habido tiempo.

La desaparición de los roles tradicionales
Todavía existen muchas parejas que se basan en los criterios tradicionales de lo que es una buena pareja. El marido trabaja fuera y la mujer en casa, y cuando ella decide incorporarse laboralmente o colaborar para sentirse útil o ganar su propio espacio, empiezan los problemas.
Todavía, hoy por hoy día algunos maridos no aceptan el éxito profesional de su pareja y pretenden seguir siendo el macho dominante ; por suerte, esto está desapareciendo.
Antes, el hombre era el exitoso y el valioso de la relación, no tenía que trabajárselo porque, ante la sociedad, él era el que mantenía a la familia y el que tenía todos los derechos. Ahora, tiene que trabajarse esa valía, puesto que su pareja también la tiene y, a veces, incluso más alta, con lo que existen comparaciones que pueden deteriorar la relación.

La mujer, más autónoma y exigente
Ahora, están muy claros los derechos y los deberes de cada miembro de la pareja y cuando ambos no se ponen de acuerdo, aparecen las discrepancias. Socialmente, la mujer ha ganado un puesto al que el hombre se tiene que habituar y a muchos todavía les cuesta.
Por supuesto, la mujer también tendrá parte de responsabilidad en lo que respecta a la separación. Está claro que una vida externa a la familia y al hogar puede hacer descuidar estos, apareciendo los problemas.
Los cargos de autoridad o el trabajo fuera de casa hacen a la mujer más autónoma y más exigente en lo que respecta a sus derechos. Cuando el hombre con el que comparten su vida no está preparado o ambos no han negociado los derechos y deberes de cada uno, se encontrarán bajo una guerra de poder.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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