Graf von Faber-Castell presenta la Pluma del Año 2016 fue inspirada por los paneles de laca chinesca en la habitación Vieux-Laque

Un toque de Asia combinada con la exquisita artesanía alemana: la edición limitada de la Pluma del Año correspondiente al 2016 posee reminiscencias de la Emperatriz austríaca María Teresa. Surgido del amor por su fallecido esposo, decoró una habitación especial en el Palacio Schönbrunn con paneles de laca de pantallas chinescas.

Reliquias de un gran amor
Hasta el día de hoy las valiosas pantallas chinas de la fábrica imperial en Beijing se encuentran entre las posesiones preciadas de la colección en el palacio de Schönbrunn. Siempre serán el recordatorio de una conexión profunda. Cuando la emperatriz María Teresa perdió inesperadamente a su amado esposo Francisco Esteban de Lorena en 1765, decidió decorar su estudio con las cosas más preciadas para ambos – y que mejor representaran su amor: placas de laca china que representan felicidad, riqueza, impermanencia e inmortalidad. “No hay nada en este mundo, todos los diamantes no significan nada para mí. Las únicas cosas que me dan alegría provienen de China, especialmente los lacados”, dijo la emperatriz durante su luto. Por esta razón, los paneles de laca negra de las pantallas pintadas con oro utilizando la técnica china Miaojin fueron colocados en estructuras de arce flameado y colocadas con un marco dorado en 1770. Los paisajes, pagodas y diseños florales delicadamente pintados en oro han cautivado a los visitantes en la habitación Vieux-Laque desde entonces.

Maestría en el trabajo, una vez más
Para el trabajo de diseño de la pluma del año 2016, Graf von Faber-Castell ha contado con los mejores artistas en su oficio: la conservadora del Vieux-Laque Silvia Miklin y el artista japonés Tomizo Saratani que se especializa en la técnica Maki-e. Trabajando en conjunto, lograron que un motivo que se ha desarrollado se dividiera en tres partes, que se une para formar un todo. En un proceso que consume tiempo, las tres placas fueron cada una pintada de negro en primer lugar, a continuación pulida y quemada a mano. El artista luego dibuja el motivo de la laca y rocía polvo de oro de 24 quilates en diferentes matices en el dibujo varias veces mientras todavía está húmedo. Esto da como resultado un relieve que todavía se puede percibir a través de obras de laca de protección adicionales que crean el típico aspecto y la sensación del trabajo Hira Maki-e.

Escritura de lujo
La variante platinada de la Pluma del Año 2016 también se inspira en el diseño de la habitación Vieux-Laque de una manera única. Placas de ónix negro profundo se fijan en marcos platinados elaboradamente creados que contrastan con el grano individual de arce flameado. La estilográfica platinada está limitada a 500 unidades, la roller a 150. La edición especial está limitada a 120 plumas estilográficas y 50 bolígrafos roller. Los instrumentos de escritura numerados individualmente se mantienen en una caja de madera negra pulida. Incluye un certificado firmado personalmente por el maestro artesano de la fábrica de gemas Herbert Stephan en Idar Oberstein que acreditan la autenticidad del ónix utilizado. El artista Tomizo Saratani también da fe de la pintura de oro de 24 quilates.

Tercera parte de la trilogía
La edición de la Pluma del año 2016 se ha labrado una posición especial para sí en el mundo de la cultura de escritura fina. El diseño está inspirado en obras y personalidades que marcan una época. Tras Catalina la Grande con el “Palacio de Catalina en San Petersburgo” y Federico el Grande con el “Sanssouci, Potsdam”, la trilogía se ha completado con la emperatriz María Teresa y el “Palacio de Schönbrunn, Viena”. El destino de estas tres figuras dominantes extraordinarias estuvo muy estrechamente vinculado. Como hija del emperador Carlos VI y heredera del trono, María Teresa se hizo cargo de la regencia del Imperio de los Habsburgo en 1740. Ella perdió la región de Silesia al rey de Prusia, su rival de toda la vida, no menos importante, debido a la neutralidad de Catalina. En el final, sin embargo, María Teresa fue capaz de garantizar la integridad territorial casi completa de su monarquía.

Sobre Faber-Castell
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