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Las Lunas del Auditorio reconocerán la vida en el escenario de Ernesto Gómez Cruz

• Recibirá el reconocimiento ‘Una Vida en el Escenario’ en la próxima entrega
• En el cine lo han dirigido los directores más representativos de la industria fílmica
• Forma parte del libro “Cine Mexicano del 70: La Década Prodiosa” (SamSara Editores)

En la próxima edición número 16 de la entrega de las Lunas del Auditorio Nacional, las cuales se entregan el próximo 25 de octubre para distinguir a quienes han hecho historia por sus aportaciones al mundo de la cultura y el espectáculo nacional e internacional, el primer actor Ernesto Gómez Cruz recibirá el galardón “Una Vida en el Escenario”, en celebración de medio siglo de trabajo en el ambiente artístico, dejando huella lo mismo en el cine, teatro y televisión.

Dignidad, profesionalismo, entrega y discreción, son sólo algunas cualidades que posee la carrera de Ernesto Gómez Cruz, uno de los principales actores que el espectáculo mexicano ha dado al mundo y que se ha desempeñado triunfalmente en cine, teatro y televisión; aunque, sin duda, sea la pantalla grande el medio al que más cariño le tiene.

Originario del Puerto de Veracruz, donde nació en 1933, desde muy joven, con estudios de educación básica y muchos deseos de salir adelante, Ernesto Gómez Cruz se trasladó a la Ciudad de México para probar suerte. Logró ser becado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). De esta manera inició una provechosa carrera en la que ha logrado participar en más de 150 filmes, la mayoría de los cuales ha generado polémica y expectación por su temática.

Su debut en cine fue aún en calidad de estudiante de arte dramático en el INBA. Su compañero Sergio Jiménez (1937-2007) fue quien lo presentó con el multifacético artista Juan Ibáñez, que por entonces preparaba el filme “Los Caifanes” (México, 1966).

“La película ‘Los Caifanes’ se filmó en 1966. Yo estaba terminando mis estudios de actuación en Bellas Artes. Era una época muy difícil, porque ya tenía familia y había que mantenerla también, prácticamente fue una época de total desasosiego porque no sabía qué hacer. Si no es porque mi señora me daba ánimos para que siguiera en la carrera, quién sabe ahorita dónde estuviera”, recordó Ernesto Gómez Cruz durante la entrevista que dio al periodista e investigador Fabián Polanco y que aparece de forma íntegra en el libro “Cine Mexicano del 70: La Década Prodiosa” (SamSara Editores).

“Esos tres años que duró la carrera representaron una gloria y satisfacción por haberme preparado para lo que seguía. Gracias a ellos, saliendo de la escuela en 1966, me encontré con la oportunidad, por conducto de Sergio Jiménez, de conocer a Juan Ibáñez, quien estaba reuniendo al equipo para filmar ‘Los Caifanes’ y me dio la oportunidad. Esa película me abrió las puertas porque la industria estaba muy cerrada; los sindicatos no permitían nuevos elementos, ya fuera escritores, técnicos e incluso actores. Había muchos problemas”.

Después de rodar este filme, los bonos de Gómez Cruz crecieron de manera sorprendente y recibió varias propuestas para seguir su carrera ante la lente fílmica. Sin embargo, debido a que recibió la propuesta de trabajar en una cinta española, que originalmente estaba destinada para Mario Moreno ‘Cantinflas’, tuvo que rechazar las demás ofertas, con lo que, sin querer, inició una etapa muy difícil en su carrera, pues se vio envuelto en una intriga que le evitó viajar a Europa y, en consecuencia, quedarse sin trabajo dos años.

“A consecuencia de esto me fui a refugiar al Teatro Comonfort, que está por la Lagunilla. Estuve trabajando de barrendero hasta que José Estrada me llamó. Cuando le dijeron mi situación me ofreció trabajo en la Universidad Nacional y apareció mi amigo don Carlos Illescas, quien le platicó a Rafael Corkidi que conocía a un buen actor para integrarlo a la cinta que estaba preparando, así que regresé al cine en ‘Auandar Anapu’ (México, 1974). A partir de ahí mi vida cambió y de poquito a poquito hice mucho cine”, mencionó.

Y es justo en la década del setenta en la que Ernesto Gómez Cruz realiza buena parte de su filmografía, contando títulos de gran importancia como “Tívoli” (México, 1974; Alberto Isaac); “Cadena perpetua” (México, 1975; Arturo Ripstein); “Canoa” (México, 1975; Felipe Cazals); y “Actas de Marusia” (México, 1975; Miguel Littin.

“Para mí como actor la década del setenta fue maravillosa. Hice cine de todo tipo: de arte, comercial, melodramas, comedias. Se alcanzaron muchos logros y para mí fue el ‘ábrete sésamo’ dentro de la industria”.

Aunque su carrera cinematográfica ha sido muy importante, Ernesto Gómez Cruz ha mantenido una importante presencia en teatro, de manera continua, siendo su más reciente puesta la primera versión del musical “Aventurera”, al lado de Carmen Salinas, en la que interpretó al ‘Comandante Treviño’.

Lo han dirigido los directores más representativos del cine mexicano, tanto de la llamada ‘vieja guardia’ como del nuevo cine mexicano. Entre otros se encuentra Alberto Bojórquez, en “Retrato de una mujer casada” (México, 1982); Arturo Ripstein, en “El imperio de la fortuna” (México, 1983); Alberto Isaac en “Mariana, Mariana” (México, 1987), y Carlos Carrera, en “El crimen del padre Amaro” (México, 2002), una de las cintas nacionales más taquilleras que provocó un gran escándalo por los infructuosos intentos de censurar por parte de diversos grupos políticos y religiosos.

Y claro, en la lista no podía faltar Jorge Fons, en cuya cinta “El callejón de los milagros” (México, 1994), Ernesto Gómez Cruz dio vida al inolvidable personaje de ‘Don Rutilio’, uno de los que más recuerdos traen al actor: hombre maduro dueño de una cantina que decide manifestar su homosexualidad teniendo un romance con un joven empleado —interpretado por Esteban Soberanes—, a pesar de su machismo, ignorancia y de lo que opina su esposa.

“Por fortuna he trabajado con la gran mayoría de los directores de cine de nuestro país. Incluso trabajé con aquellos que tenían fama de muy exigentes y con quienes, por fortuna, logramos muy buenos trabajos. Siempre ha habido comprensión y he obtenido ayuda, hasta la fecha, para concretar mis personajes.

“Yo no dejo de hacer cine. Casi nunca hice súper estelares: son muy poquitos los que he hecho, pero las participaciones en las que he intervenido han sido magníficas, a mi manera de ver. Como actor tengo un prestigio muy bonito, que no lo quisiera perder y hasta la fecha sigo colaborando con el cine mexicano”, concluyó.

El libro “Cine Mexicano del 70: La Década Prodigiosa” (SamSara Editores), de Fabián Polanco, se encuentra a la venta, de manera directa en la tienda especializada en cine BELA HUGOZZI, ubicada frente a la Sala 1 de la CINETECA NACIONAL, en la Plaza del Cubo, en Avenida México-Coyoacán 389, Colonia Xoco; de lunes a domingo de 15:00 a 22:00 horas.
Fotografía (crédito obligado): Esaú Ponce

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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