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Libros: Night School

Night School, escrito por C.J. Daugherty es un thriller sobre Allie, una chica que después de irrumpir de noche en su escuela y ser arrestada, es enviada a Cimmeria, un internado donde no permiten celulares ni computadoras, y sus alumnos son superdotados o de familias muy influyentes para convertirlos en los próximos “líderes mundiales”.

Un lugar con oscuros secretos compartidos entre algunos profesores y alumnos de las misteriosas clases nocturnas. Un lugar lleno de misterio y hechos insólitos: muertes inexplicables… Donde la protagonista debe escoger en quién confiar mientras se arriesga a descubrir estos secretos y más.

Como parte del boom ¬que está ocurriendo a raíz de la literatura juvenil, Night School es una de las grandes apuestas para este mercado que está despuntando en México; con 20,000 ejemplares a la venta en la mayoría de las librerías del país a partir de agosto de este año es un título por demás prometedor, atractivo e innovador.

Sobre la autora

C.J. Daugherty es escritora y editora, ha trabajado como redactora para el Dallas Morning News y el New York Times por muchos años. Es una autora prolífica de libros de no ficción. Tiene más de una decena de títulos publicados. Actualmente escribe la segunda parte de Night School.

Sobre la obra

La vida de Alyson Sheridan cambia totalmente a partir de la desaparición de Christopher, su hermano, quien escapó de su casa pidiéndoles mediante una carta que no lo busquen. El rendimiento escolar de Allie de ser sobresaliente, su conducta es tan problemática que es arrestada por la policía tres veces en un año, y de más está decir que la relación familiar se encuentra completamente inestable.

Los padres de Alyson deciden ingresarla en Cimmeria, un colegio que según le dicen, les fue recomendado por la policía. Aducen su actual e inaceptable bajo rendimiento escolar, así como su mal comportamiento, a los tres arrestos policíacos de los que ha sido objeto en menos de un año, y la incapacidad de ellos para ayudarla. Ella está consciente de su mala conducta, pero que la ingresen en un internado le parece una medida excesiva, incluso porque considera una especie de justificación la desaparición de su hermano, con quien llevaba una excelente relación hasta unos pocos meses antes de que éste desapareciera.

Al ingresar Allie en Cimmeria la embarga un gran resentimiento contra sus padres. Sin embargo, con el paso de los días comienza a adaptarse y tomarle el gusto, especialmente porque descubre que muchos de sus compañeros enfrentan una situación familiar similar o peor a la suya, también por su convivencia con Jo, las atenciones de ésta quien se vuelve su mejor amiga y también está Sylvain, ese chico tan apuesto y amable, con acento francés, que le coquetea abiertamente y que a ella le encanta. Claro, está Carter, ese joven tan poco sociable de ojos muy negros, largas pestañas y mirada penetrante que la inquieta sobremanera y el cual parece estar observándola siempre, que hace evidente su atracción por ella, aunque la trata con cierta brusquedad —inexplicablemente a ella también le atrae él—. Todas estas sensaciones son nuevas para ella y la hacen sentirse muy halagada, aunque esta situación del coqueteo torna tirante la relación entre Sylvain y Carter.
Allie se integra, aunque en un grupo reducido, pues Cimmeria es un colegio para estudiantes con un elevado coeficiente, de familia muy influyente o muy adinerada. Y, como suele suceder, al ser una comunidad bastante cerrada, a Allie le toca enfrentar la hostilidad de muchos de los estudiantes que consideran que ella no tiene el estatus para estar allí.

El ingreso de Allie a la academia no sólo la intriga a ella, también a la mayoría de los estudiantes, que de alguna manera saben las características del instituto y todos en general se conocen más o menos, sus familias también. Así que les resulta inexplicable que la hayan aceptado y más porque están a mitad del curso de verano, el cual está restringido a puros estudiantes sobresalientes.

Por lo tanto, para la mayoría de los alumnos y para Allie, resulta una incógnita su presencia allí. Lo que no saben es que en realidad es una medida extrema para protegerla, pero, ¿de qué o de quién?, y ¿por qué precisamente en Cimmeria? Allie no lo sabe, pero la desaparición de su hermano es un factor decisivo para que a ella la hayan ingresado en ese instituto tan peculiar.

¿Cómo es que siendo un círculo tan cerrado la comunidad de esta academia, Allie haya sido aceptada inmediatamente?

Cimmeria es un colegio exclusivo, ubicado en lo más recóndito de la campiña inglesa, Su construcción la conforma un enorme caserón estilo gótico evidentemente de arquitectura antigua y rodeada por un bosque denso y extenso. Tan reservado es que es desconocido para la generalidad de la población inglesa. En éste se forman los futuros líderes del país, conformado por un selecto grupo de estudiantes descendientes de la más rancia sociedad política, económica o científica. A esta academia sólo se puede acceder si se desciende de algún antiguo estudiante o se es estudiante de intercambio de una escuela similar en alguna otra parte del mundo. Es tan velado, que lo que lo que llega a suceder en Cimmeria así sea un crimen, de allí no sale. Las mismas autoridades escolares se encargan de disfrazar cualquier inconveniente por escandaloso que éste sea.

A este peculiar instituto lo envuelve un misterio y es que es motivo de una lucha encarnizada entre los actuales directivos del colegio encabezados por Isabelle Le Fanult quien es la directora, y un misterioso hombre a quien todos parecen temerle: Nathaniel, quien años atrás fuera, junto con la actual directora, quienes dirigían la escuela. Sin embargo, la forma de Nathaniel de dirigir la escuela disgusta al consejo y lo destituyen de su cargo, y por supuesto, él, considerando injusta la medida, toma represalias contra la escuela.

Allie desconoce el verdadero pasado de sus padres, no sabe que su madre fue alumna destacada de Cimmeria y que su abuela materna llamada Lucinda—a quien ella no conoce, pues la cree muerta, además de ignorar su nombre—, en realidad es una integrante muy influyente del consejo de éste colegio y, además, es una de las personas que decidió el despido de Nathaniel.

Nathaniel lidera un equipo bastante agresivo, aparentemente capaz de cualquier acción, de allí que los administrativos y profesores del colegio le teman.

Sin embargo, la escuela también tiene su grupo especializado en defensa y ataque, formado por varios estudiantes. A este grupo de élite le llaman Night School y está conformado en su mayoría por estudiantes de grados avanzados, los cuales están enterados de los secretos más sombríos del colegio y tienen la consigna de no divulgar ninguno de éstos bajo pena de un severo castigo. Por supuesto, la identidad de los integrantes de este grupo es confidencial, muy pocos están al tanto de quiénes son y cuáles son sus verdaderas actividades extraescolares. Este grupo está en continuo entrenamiento para poder enfrentar las eventualidades que se llegan a presentar.

Después de algunas semanas de permanecer en el colegio y convivir estrechamente con algunos alumnos, Allie comienza a notar ciertas irregularidades. Le sorprende mucho que después de ciertos eventos mayúsculos como un incendio aparentemente provocado «el cual fue sofocado por los mismos alumnos y el personal de la escuela, sin que se pensara en ningún momento en llamar a los bomberos» así como el asesinato de Ruth una estudiante y amiga de Allie «del que prácticamente le toca ser testigo involuntario», sin que se llamara a la policía, la asustan, no comprende como es que sus padres decidieron internarla allí. Estos sucesos hacen que tanto la directora, como los integrantes de la Night School tomen medidas para proteger a Allie, que no entiende por qué ella, precisamente ella, sea la que esté en más peligro que cualquier otro estudiante.

Desde luego, Allie, con el carácter que la distingue, decide averiguar el porqué de tanto misterio, así es que decide incursionar clandestinamente en la oficina de Isabelle, hasta encontrar respuesta a todas sus preguntas.

Fragmento

—Muy bien, Carter. Ya basta de secretos y de estupideces. Ha llegado el momento. Háblame de este lugar.
—Allie…
Él se levantó dirigiéndole una mirada de recriminación al mismo tiempo, pero Allie no le hizo caso.
—No esta vez no. Una persona ha muerto. Alguien está intentando arruinar mi vida en este colegio. Por lo que sé, la persona que mató a Ruth podría venir por mí. Tú sabes cosas. Se supone que eres mi amigo. Así que cuéntamelo todo. Ya.

Carter cruzó la habitación y se apoyó contra la pared de brazos cruzados, en una actitud preocupada que contrastaba con su seguridad anterior.
—Es que no lo entiendes, Allie. No puedo. Si lo hago… y alguien llega a enterarse… —negó con la cabeza—. A lo mejor tendría que preguntarle a Sylvain.

La cara de Carter enrojeció. Se acercó a Allie de unas zancadas y se inclinó sobre ella.
― ¿Quieres que te diga lo que significas para Sylvain? Pues muy bien, te lo diré. Cada año escoge a una chica guapa de primer curso, se la tira y la deja. Por diversión. Y todas se creen muy especiales. La última acabó dejando el colegio porque todo el mundo se burlaba de ella. Pero cuando los padres de ella reconsideraron la idea de hacer un generoso donativo a Cimmeria, Isabelle le advirtió que no volviera a hacerlo nunca —escupía las palabras como si le asqueara pronunciarlas—. De manera que ya sabes lo que significas para él. No eres más que su nueva conquista. Una pobre inocente que se cree que el chico más divino de la escuela la ha escogido a ella. Sólo a ella.

—¡Basta! —Allie lo empujó para ponerse en pie. Sylvain y ella acababan de hacer las paces, y le había parecido muy sincero—. Si lo que cuentas es verdad, ¿por qué no me lo habías dicho antes, Carter?

Ambos estaban furiosos, cara a cara, apenas separados por unos centímetros. Allie notaba el aliento de Carter en rostro.

—Lo intenté —replicó él—, pero… no me pareció que me creyeras.

Allie no pensaba absolverlo tan fácilmente.

—Pues por lo que he oído, tú también eres un conquistador. ¿Cuál es la diferencia entre lo que lo que hace Sylvain y lo que tú haces?

Él arrugó la cara pero no desvió la mirada.

—La diferencia es que Sylvain lo hace por maldad. Yo no pretendo hacerle daño a nadie. Sólo estoy buscando a la persona adecuada.

—La gente dice que te van las conquistas de una noche —lo acusó.
—¿quiénes? ¿Los mismos que dicen que tú mataste a Ruth?

Allie no lo había considerado desde ese punto de vista.

—Entendido —concedió Allie—. Entonces dime. ¿Es mentira eso que dicen?

Carter la obligó a mirarlo a los ojos.

—Sí Allie, es mentira. O como mínimo, una exageración. Me he ganado esa… fama… porque cuando salgo con una chica y me doy cuenta de que no es la persona que estoy buscando, corto la relación de inmediato. Y nunca la he encontrado —sus ojos no parecían ocultar nada, únicamente reflejaban vulnerabilidad—.
—No quiero hacer daño a nadie, Allie. De verdad que no. Sólo quiero encontrar a la persona adecuada.

Lo tenía tan cerca que Allie creyó sentir el calor de su cuerpo a través del aire, y sin saber muy bien por qué, levantó la mano con la palma vuelta hacia él y los dedos abiertos.

—Bien. Te creo. Lo siento.

Carter colocó la mano contra la de ella.

—Gracias —le dijo con suavidad.

—¿Por qué?

—Por creerme.

Él miró las palmas unidas con expresión burlona.
—¿Esto es una especie de saludo londinense?
Cuando ella se rio, Carter le entrelazó los dedos. Al instante Allie sintió escalofríos en la piel.

—Ustedes, los de la gran ciudad, tienen unas costumbres muy raras —bromeo él.

—Sí —susurró ella con un nudo en la garganta—. Ustedes los chicos de campo no saben lo que se pierden.

—Eso he oído. Y, sabes, algún día… —Tiró de la mano de Allie para atraerla hacia sí—, me gustaría averiguarlo.

Sus rostros estaban ya tan cerca que fue inevitable… Carter le rozo los labios con la boca, ella ahogo un suspiro antes de pasarle las manos por detrás del cuello y acercar el rostro.

El calor de su boca la exaltó mientras él, con un gemido derrotado, la envolvía en un abrazo y le acariciaba la barbilla con besos suaves como mariposas.

—Llevo queriendo hacer esto —le susurró Carter al oído —tanto tiempo.

Todo el cuerpo de Allie se estremeció mientras lo atraía hacia sí con más fuerza.
El calor se extendió por su interior cuando él empezó a besarla con más insistencia, como si quisiera devorarla.

De repente, haciendo un esfuerzo evidente, Carter se echo hacia atrás para después alejarse tanto como le fue posible sin salir de la habitación. Se quedó allí contra la pared, con los ojos más oscuros que nunca y el pelo revuelto allá donde los dedos de Allie se lo habían desordenado.

Respiraba con dificultad, y Allie adivinó lo que iba a decir antes de que hablara.

—Dios, detesto ponerme en plan responsable, pero deberíamos…
—No, tienes razón —se miraron fijamente durante unos instantes—. Ok
—dijo—.
Vaya. Ahí queda eso.

—Sí. Ahí queda, ya lo creo —se rio con una risa cálida e íntima—. Tú… quédate ahí un momento, si no te importa. A ver, ¿de qué estábamos hablando antes de… la interrupción?

La sonrisa de Carter le producía un efecto en el cuerpo casi tan poderoso como sus besos; se sentía como si fuera la única chica del universo. Le costaba concentrarse en sus palabras.

—Yo… Creo que te había pedido que me lo contaras todo —repuso.

El chico dejó de sonreír. Allie lo lamentó, pero aquella conversación era necesaria.

—Si te he ocultado la verdad, ha sido por razones importantes, Allie, no porque se un niño que quiere mantenerte al margen.

—Hasta ahí lo entiendo estaban más tranquilos, y Allie tuvo la sensación de que Carter se ponía en su lugar—, pero necesito saber en que posición me encuentro, que se oculta detrás de esta escuela. Algunas personas se han lastimado, y yo no quiero que me pase nada, Carter.

Él parecía preocupado.

—Si te lo cuento, romperé un juramento. Yo mantengo mi palabra. Eso nadie lo puede negar.

—Pero ¿no estás empezando a preguntarte a quien le has hecho un juramento?
—preguntó Allie—. Cuéntamelo, Carter. Háblame de la NightSchool. Y te juro que nunca diré ni una palabra a nadie.

Los ojos de Carter la examinaron como si en su rostro fuera a encontrar una pista que le dijera que debía hacer. Por fin se sentó en la silla y le señaló la cama con un gesto.

—Será mejor que te sientes —suspiró—. Esto nos llevará un buen rato.

—Lo primero que debes saber es que no estoy al tanto de todo—. Empezó a decir Carter—. Soy un iniciado de último reemplazo. Tienes que completar todo un año de entrenamiento antes de que te acepten.

—Ya —Allie estaba sentada en la cama con los brazos alrededor de las rodillas, mirándolo atentamente—, pero tú te criaste aquí. Tienes que saber algo.
—Sé lo que me han dicho —repuso él— y son cosas bastante serias.

Apoyó el codo en el respaldo de la silla.

—Este es el primer escalafón de una organización a gran escala. Cimmeria recluta alumnos específicamente para la NightSchool, porque las personas que dirigen la institución los quieren de por vida… ¿me explico?

Allie parecía confusa.

—¿Cómo si… ?
—Vaya, lo que quiero decir es que empiezas asistiendo a la NightSchool de Cimeria, luego te matrículas en Oxford o Cambridge (y si perteneces a la NightSchool seguro que vas a Oxford, a Cambridge o a la Escuela Londinense de Economía, sin ninguna duda) y allí pasas a formar parte de un club. Cuando te gradúas en la universidad, entras a trabajar en una empresa dirigida por un miembro de la organización y al final tú mismo administras una empresa que contrata a personas que han estudiado en NightSchool. Y haces lo que te dicen. Lo que intento explicar es que esto es para toda la vida.

Con el ceño fruncido, Allie trataba de asimilar la información.

—¿Y cómo se llama la organización?

Él negó con la cabeza.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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