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Los chakras y el aura

“En los chakras encontramos los siete rayos del arco iris”

Las distintas capas del aura esta “respirando” alrededor de nosotros, energías que se asocian con la energía vital. Pero, existe otro tipo de energía, comparable con los rayos de luz, que entra y sale de ciertos centros de nuestro cuerpo. Estos centros se llaman chakras, los cuales ya eran mencionados, en ciertos textos tibetanos, desde hace 2.000 años.
Los chakras son pequeños torbellinos giratorios de energía, dispuestos en línea a lo largo de la espina dorsal, y van desde la parte superior de la cabeza hasta el coxis.
Mientras las capas del aura que nos rodean producen una energía de tipo “recipiente”, los chakras aportan el “contenido” de este recipiente. Estas dos energías se com¬plementan y actúan juntas para crear y sostener la vida.
Existen siete chakras mayores, y cada uno de ellos esta asociado a cada una de las siete capas o auras, aunque en realidad los siete chakras se encuentran en todas las capas áuricas.

En realidad hay muchos más chakras aparte de los siete principales y los cuales reciben el nombre de chakras menores. Estos centros de energía menores se encuentran en nuestras manos y pies, en cada pecho, en carla rodilla y codo, en las caderas y en los hombros, e incluso en los tobillos.
Cada chakra tiene cuatro funciones principales:

• dinamizar las capas áuricas
• alimentar la función psicológica
• alimentar la función fisiológica
• transmitir la energía entre las capas áuricas

En el terreno fisiológico, cada chakra presenta una estrecha relación con una glándula endocrina.
En el ámbito psicológico, se observa que el desarrollo de un chakra esta íntimamente ligado a la calidad de vida que llevamos

Chakras mayores y menores

Chakra Base

Cualquier clasificación de los chakras suele empezar con el chakra base, su nombre en sánscrito es Muladhara y rige sobre los riñones y la columna vertebral. Esta situado en la base de la espina dorsal, entre los genitales y el ano. Se le liga con las glándulas suprarrenales. Tiene como función esencial el control de la energía física y las sensaciones.
Es el centro en el que reciben energía nuestros sistemas que regulan nuestra voluntad de vivir y nuestros mecanis¬mos de supervivencia básicos.
Asimismo, nos relaciona con las energías de la tierra a través de las piernas. En el plano psicológico, los elementos correspondientes se desarrollan durante nuestro primer año de vida y tienen una gran incidencia sobre nuestra manera de comportarnos en el futuro, ya que constituye la base de nuestra personalidad.

Cuando se observan trastornos en las capas áuricas cercanas a este chakra, la persona podría estar padeciendo fallos en su sistema inmunológico y otras enfermedades afines. Podría manifestar síntomas externos, como avaricia, hurto o un sentimiento de que el mundo lo presiona y debe luchar.
Los trastornos de este centro dan lugar a una persona¬lidad incapaz de hallar reposo, aun cuando se encuentre rodeada de casas positivas.
Este chakra está asociado con el color rojo y se le relaciona con la pasión, la energía vital, la sensualidad y el poder creativo.

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Cada chakra posee un “aspecto” anterior y un “aspec¬to” posterior, con la excepción del primer y último chakra.

La parte anterior de carla chakra que lo tiene, es de naturaleza receptiva, mientras que su parte posterior es de naturaleza firme.
El chakra base se despliega en sentido descendente

Chakra Púbico

El segundo chakra (Svadhisthana) controla el sistema reproductor y esta relacionado con las glándulas gónadas. Esta situado encima de los genitales y debajo del ombligo. Su función esencial es la administrar el potencial energético del cuerpo y más concretamente, la energía sexual.
En el plano psico1ógico, los elementos correspondientes a este chakra se desarrollan sobre todo durante el segundo año de vida, con la aparición de la inteligencia sensorial-motriz, la inteligencia del cuerpo.
Este chakra nos relaciona directamente con nuestro entorno inmediato, en una conexión con el aquí y el ahora.
Mediante este chakra tomamos conciencia de nuestra presencia en el mundo.
Cuando se produce una anomalía en este centro, suele ser de tipo emocional. Como este chakra es un regulador de las, funciones endocrinas, cuando está dañado suelen presentarse síntomas externos, como la falta general de vitalidad, un rápido envejecimiento y una disminución del impulse de atraer a otra personas.
Este chakra esta asociado con el color anaranjado y se le relaciona con el movimiento físico, el bienestar y la alegría.

La parte posterior, de este chakra, hace referencia a la cantidad, la estructura y las modalidades de utilización de la energía que se dispone, especialmente la energía sexual.
La parte anterior es más receptiva y nos pone en contacto con las energías circundantes y está en relación con el amor sexual y con la capacidad de dar y recibir placer.
Mediante la parte anterior tomamos conciencia de nuestra presencia en el mundo, mientras que con la parte posterior estamos en relación con la acción.

Chakra Umbilical

EI tercer chakra (Manipura) rige sobre El estómago, el hígado, la vesícula biliar y el sistema nervioso. Esta aso¬ciado con el páncreas. Este chakra se localiza en el plexo solar y tiene coma función esencial administrar la energía psíquica.
Normalmente este centro ejerce un control sobre la noción del yo. En el plano psicológico, los elementos correspondientes a este chakra se desarrollan durante la infancia.
El primer chakra constituye nuestra estructura básica, mientras que el segundo se asocia con nuestras vivencias emocionales a través de la transmisión de esa energía básica.
Por su parte, el tercer chakra permite la organización y conclusión de este proceso. EI tercer chakra es el punto de la capacidad personal y la expresión de la creatividad mediante el uso equilibrado de esta capacidad.
Los trastornos del aura en este centro pueden denotar cualquier cosa, desde timidez y temor hasta un poderoso impulso de manifestar sentimientos de ira y rabia.
Este ehakra esta asociado con el color amarillo y se le relaciona con la sensibilidad, el reconocimiento de lo que hacemos y la dignidad.
La parte anterior de este chakra, esta relacionada con la noción del “yo” y ejerce un control sobre las emociones generadas por el chakra inferior que lo alimenta.
La parte posterior se relaciona con la voluntad de conservar ese “yo”.

La parte anterior se asocia con los modelos, signos y normas que nos sirven como punta de referencia, y la parte posterior se asocia a los actos y procedimientos destinados a mantener esa cohesión.

Chakra del corazón

El cuarta chakra (Anahata) controla el corazón, el sistema circulatorio y la sangre. Está relacionado con la glándula timo. Se encuentra en el centro del pecho, aproximada¬mente en el músculo del corazón y su función esencial es la transmitir la energía del cuarto plano.
Este centro es el guardián del acceso a los chakras supe¬riores. Aquí las energías que proceden de los chakras inferiores se transforman a base de vibraciones, de manera que puedan ascender. El poder de la transformación que aquí se utiliza, es la compasión y el amor. En el plano psicológico, los elementos correspondientes a este chakra se desarrollan especialmente en la adolescencia.
El tercer chakra corresponde a una construcción a partir de reglas, modelos, normas y representaciones del ser. Por lo que respecta al cuarto chakra, se corresponde con elementos generados por nosotros mismos y que se nutren con las relaciones afectivas, como los lazos de amor, la dependencia sentimental, el odio…
Los trastornos del chakra del corazón se pueden manifestar exteriormente como una personalidad fría.
Este tipo de personas carece de compasión y son inmorales, pudiendo llegar a ser muy destructivas para la sociedad.
Este chakra esta asociado con el color verde y se relaciona con el amor y la armonía.
La parte anterior de este chakra es receptiva y nos abre la energía del cuarto plano y sus vibraciones. La parte posterior se asocia a la administración de esas energías.

La parte anterior es receptiva y nos pone en contacto con las vivencias sentimentales: lazos de amor, depen¬dencia afectiva, odio…
La parte posterior se asocia con el control de estas relaciones, con el poder que se puede extraer de ellas y con la forma de responder, también a ellas.

Chakra de la garganta

El quinto chakra (Vishudha) actúa sobre la laringe, los bronquios, los pulmones y el esófago. Está relacionado con las glándulas tiroides y paratiroides, las cuales regulan el metabolismo. Se localiza bajo la región de la garganta.
Aquí es donde recibe la energía nuestra capacidad para comunicarnos hacia el exterior, con los demás, y hacia el interior, con nosotros mismos.
Los cuatro primeros chakras corresponden a una cons¬trucción de nuestra personalidad y su relación con el mundo. Hasta aquí, hemos sido formados desde el exte¬rior a partir de nuestro entorno. Ahora se trata de construir alga personal, algo nuevo.
Es preciso intentarlo y conquistamos. En el plano psi¬cológico, los elementos correspondientes a este chakra se desarrollan especialmente en la edad adulta.
Este chakra se relaciona con los criterios vitales, los objetivos, los privilegios y las implicaciones.
Los trastornos del aura en la zona del quinto chakra pueden indicar alteraciones en el metabolismo, una obse¬sión neurótica con un comportamiento carente de sentido, falta de autodisciplina e incapacidad para expresar los sentimientos propios.
Este chakra esta asociado con el color azul y se re¬laciona con la expresión creativa a través del sonido.
La parte anterior de este chakra esta relacionada con los criterios vitales, los objetivos, las implicaciones y las elecciones privilegiadas.
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Representa la necesidad de autonomía.
La parte posterior se asocia a los aetas y métodos necesarios para mantener el rumbo firme sin sucumbir ante los problemas de la vida.
Representa los medios para obtener la autonomía.

Chakra frontal

El sexto chakra (Ajna) rige sobre el ojo izquierdo, las orejas, la nariz y los centros inferiores del cerebra. Está relacionado con la glándula pituitaria. Se localiza entre ambos ojos, en el centro del cerebro.
Este chakra permite vivir lo desconocida que hay en nuestro interior, encarnarlo.
En relación al chakra anterior su naturaleza es mas concreta. Controla las sensaciones, sentimientos y accio¬nes que no proceden de la parte consciente de nuestra persona. Con este chakra, lo insólito, lo infrecuente, el azar, la fe, los fenómenos parapsicológicos o los milagros habitan en nosotros noche y día.
Este chakra pone en funcionamiento lo que se conoce como Tercer Ojo, el cual se le considera el responsable de nuestra visión espiritual.

Al sexto chakra se le considera el centro de lo psíquico y lo mental. Este centro nos pone en contacto con nuestros mundos interiores y está relacionado con la manera que tenemos de aprender y controlar las informaciones extraídas de lo más profundo de nuestro ser.
Cuando se advierten trastornos en las capas áuricas que rodean a este chakra, la persona podría ser victima de alguna enfermedad psíquica o mental, o padecer trastor¬nos durante el sueño, confusión, alucinaciones, problemas de la visión o enfermedades hormonales.

Este chakra está asociado con el color índigo y se 1e relaciona con la visualización creativa y recoge las instruc¬ciones del yo superior.
La parte anterior es receptiva y es la que nos pone en contacto con lo psíquico y lo mental.
La parte posterior está asociada con la visión espiritual y el desarrollo del Tercer Ojo.

Chakra coronario

EI séptimo chakra (Sahasrara) rige sobre el ojo derecho y los centros superiores del cerebro. Esta relacionado con la glándula pineal. Se ubica en la parte superior de la cabeza, en la corona.
Es el primer centro que nos pone en contacto con las energías cósmicas que proceden de la Luz y el último centro por el que esta energía fluye tras haber sido proce¬sada y haber pasado por los chakras inferiores.
Este chakra nos habla de la multiplicidad y la comple¬jidad de la eternidad, de lo infinito y lo desconocido, de la ausencia del mas allá, de los valares y leyes personales, del auto-conocimiento trascendental, de la relatividad y del humor. .
La tradición lo representa como un loto de mil pétalos, lo que para los hindúes es sinónimo de infinito.
El séptimo chakra tiene una gran importancia espiritual. Es fundamental para la evolución de nuestro Verdadero Ser.
Cuando este chakra se encuentra bloqueado, el flujo se interrumpe, la vida carece de sentido y se estanca, y viene la depresión.
Cualquier anomalía de este chakra debe ser tratado con la mayor seriedad, pues sin este flujo cósmico de la energía vital, el organismo que alberga a nuestro cuerpo espiritual morirá, y perderemos nuestras actuales posibili¬dades de evolucionar.
Este chakra esta asociado con el color violeta y se relaciona con la espiritualidad y la perfección, y nos pone en contacto con la inteligencia infinita.
Este chakra, al igual que el primero, sólo se despliega en una dirección. EI primero, en sentido descendente, nos pone en contacto con la tierra, y este, en sentido ascen¬dente, nos pone en comunicación con El.

Todas las anomalías de las capas áuricas tienen re¬medio, para ello basta con que realicemos un esfuerzo positivo y que tengamos la voluntad de cambiar.

“¿No sería maravilloso que esos
torbellinos de color que son los chakras
nos dieran. Los tonos del arco iris?”

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar