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¿Por qué soy alérgico?

Ser alérgico a algo es cada vez más normal. Se trata de una enfermedad que está causada por unas sustancias que nuestro organismo reconoce como extrañas y ante las cuales reacciona, manifestándose a través de erupciones y sarpullidos en la piel, alteraciones en el sistema respiratorio e incluso pudiendo poner en riesgo la vida del paciente.
Estos componentes, llamados alérgenos, están continuamente a nuestro alrededor y pueden clasificarse en muy diversos grupos. Aunque a veces parezca imposible, para evitar una reacción, el enfermo ha de intentar exponerse a ellos lo menos posible. Por ello, es imprescindible saber a qué nos estamos enfrentando.

¿Qué es una alergia?
Estas alteraciones pueden ser de diferentes tipos y presentar muy diversos síntomas, pero, tal y como explica el doctor Miguel Añó, especialista en alergología, la alergia “es el mecanismo por el cual nuestro organismo reconoce como extraño, de forma específica a través de su sistema inmunológico, sustancias que están en el exterior y que pueden ser de distinto origen: epitelios, ácaros, hongos, pólenes”.

Padecer una alergia es algo que cada vez se da con más frecuencia, llegando a hablarse de una incidencia cercana al 40 % de la población. Además, los expertos aseguran que en los últimos años este porcentaje ha aumentado considerablemente, aspecto achacable a los cambios en el ecosistema. No obstante, “existe una predisposición familiar o genética que hace que afecte a unas personas más que a otras”, puntualiza el alergólogo.

Nuestro cuerpo reacciona
Todos hemos oído alguna vez hablar de alguien o tenemos algún conocido que padece alergia al pelo de gato, al polvo, al polen… Éstas son consideradas alergias de tipo 1 o de hipersensibilidad inmediata, ya que provocan la reacción en el momento que se entra en contacto con el alérgeno que la provoca, afectando a las vías respiratorias e irritando los ojos. El doctor Añó comenta que también suelen ser motivo de consulta “las dermatitis atópicas con o sin alergias alimentarias, el asma bronquial y la rinitis asociada a algún componente alérgico”. Otras reacciones que se suelen presentar son las que producen en algunos pacientes determinados medicamentos, las de contacto y las urticarias.

El diagnóstico de todas estas alergias se realiza a través de un estudio del paciente, de sus hábitos y de su entorno, para enumerar y cuantificar los alérgenos a los que puede estar expuesto. Estos datos se ratifican a través de las distintas pruebas de la alergia (prick test, prik by prick, epiutáneas, photo patch test, test de resistencia a álcalis, pruebas de función respiratoria, pruebas de broncoprovocación específica, pruebas de tolerancia a alimentos o medicamentos…), que desvelarán aquellas sustancias a las que se es más sensible.

Cuidado con los alérgenos
Tras el diagnóstico, revela el experto, “existen varios tratamientos posibles, de evitación (medidas higiénico dietéticas), sintomáticos (fármacos) y por último de la causa o etiológicos (vacunación del antígeno desensibilizante)”. Estos últimos, añade el especialista, “se utilizan para conseguir curar la alergia, cuando por curación entendemos la ausencia de síntomas. Además, conseguiremos frenar al sistema inmunológico para que no siga aumentando en su alergia”.

Hay que tener en cuenta que algunas alergias pueden llegar a ser muy peligrosas, poniendo en peligro la vida del paciente o, como poco, llegar a ser realmente incómodas y empeorar considerablemente la calidad de vida de quien las padece. Por ello, lo más indicado es ponerse en manos de un especialista para que nos indique el mejor tratamiento a seguir.

Por Clara Sánchez

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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