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Razones para consentirte este 14 de febrero con lencería

El consentirte nunca había sido tan sexy

El 14 de febrero representa en el calendario de muchas un día para consentir a sus parejas o amigos, ya sea con un detalle como un simple chocolate hasta algo todavía más pensado como un reloj o inclusive un libro de su autor favorito.

Pero, ¿por qué no empezar a consentirnos a nosotras con algo que además de usar a diario nos puede traer beneficios increíbles? La lencería erótica puede que sea algo innecesario o banal para muchas, pero la realidad es que la ropa interior va mucho más allá de un simple bra o pantaleta, y las marcas como Dessus, lo saben.

Te ayudará a que aceptes más tu cuerpo
Si tienes cierto odio o desagrado por tu cuerpo por el simple hecho de no cumplir con un canon de belleza, el usar una pieza de lencería que te haga sentir sexy y empoderada y que además se ajuste a cada curva de tu cuerpo, hará que empieces a observar tu cuerpo de otra manera, y te ayudará a aceptar que tu cuerpo es hermoso tal y cómo es.

Un toque de confianza
El usar lencería que te haga sentir sexy es uno de los mejores secretos que una mujer puede guardar. Si bien es cierto que no andas en el trabajo o en la calle enseñando tus undies, el hecho de que tú sepas lo bien que te ves hará que tu confianza y seguridad se eleven al cien.

Como un acto de feminismo
Al momento de escoger un conjunto o alguna pieza que te haga sentir bella y segura, es algo que haces bajo tus propias reglas y pensando primero en ti sin pensar en lo que la gente pueda o no pensar. Es algo que sólo tú puedes admirar y puede llegar a ser admirado por quien tú elijas y eso, eso es poder.

Dile “hola” a tu lado más femenino
Es divertido recordar tu lado más coqueto y travieso con lencería hecha con seda o encaje. Sin embargo, si lo tradicional no es para ti, busca algo con más edge y único como las colecciones de Dessus, que te recordarán que la feminidad no está peleado con la sensualidad.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar