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Teatro: UNA NOCHE EN LA PLAYA

Horarios:
Viernes 20.30hrs.
Sábados 18.00 y 20.00hrs.
Domingos 17.00 y 19.00hrs.

Descuentos:
Maestros, estudiantes y Adultos mayores

Teatro: UNA NOCHE EN LA PLAYA
Como seres humanos, cada uno de nosotros solemos ponernos más de una máscara para enfrentarnos al mundo y a los interlocutores que van apareciendo en nuestro camino, es un modo de ocultar nuestros puntos débiles. Esta situación queda patente en la inteligente tragicomedia “Una noche en la playa” escrita por el actor, dramaturgo y director teatral español Javier Veiga.
A partir de un encuentro casual y en apariencia inocente entre Manu (Alfonso Dosal) el encargado del bar de una palapa  con un turista enigmático Klaus (Odiseo Bichir), lo que comenzará como una charla del todo incidental, donde en un inicio imperará la banalidad, poco a poco este diálogo se convertirá en un tour de forcé, en la cual cada uno de los dos personajes mostrará su necesidad de convertirse en el dueño del poder.
El empleado ya quiere retirarse, el turista con una actitud necia busca permanecer sentado en el camastro contemplando las estrellas.
Cada uno de ellos buscará defender su postura para evitar entregarse a los deseos del otro, y en la medida de lo posible salvaguardar su precaria identidad, para que a final de cuentas quede patente que no todo es lo que parece.
Corresponde al también dramaturgo veracruzano Alejandro Ricaño una puesta en escena sobria que tiene como eje medular, el juego con las luces, yéndose a un breve oscuro, cada vez que la conversación entre ambos desconocidos llega a los puntos más álgidos, a esos momentos en que pareciera que ya no existe un retorno a una congruencia o estabilidad.
En la pluma de Veiga impera una punzante ironía para abordar entrelíneas, temas como las consecuencias de la globalización, del cómo el pez grande se come al pez chico, la enajenación que ocasiona un trabajo rutinario o la frialdad que impera en las relaciones interpersonales.
“Una noche en la playa” cuenta con una buena escenografía de la autoría de Patricia Gutiérrez Arriaga, quien también diseñó la iluminación y también hay que destacar que son notables las actuaciones del experimentado Odiseo Bichir, quien ha actuado en obras como “Doce hombres en pugna”, “Closer” o “Extras”, entre otras, así como del novel Alfonso Dosal (“Rojo”, “El curioso incidente del perro a medianoche”), quien muestra una ágil desenvoltura en el escenario.
Este montaje ofrece la oportunidad al espectador de introducirse a una especie de juego entre el gato y el ratón, donde perseguidor y perseguido, intercambian sus roles con especial astucia.

“Una noche en la playa”, coproducida por Producciones Fábregas y Tercera Llamada inició temporada  el pasado 22 de mayo y tiene funciones, los viernes a las 20:30 horas, los sábados a las 18 y 20 horas y los domingos a las 17 y 19 horas en el Teatro Virginia Fábregas.
Comentarios del director, Alejandro Ricaño:
Los españoles sólo nos heredaron cosas malas, dice una tía a la que todavía le pesa la conquista. Supongo que mi tía, que tiene cable, ve de vez en cuando las noticias españolas y descubre con tristeza que compartimos realidades políticas calcadas al carbón. Que nuestra idiosincrasia es la misma. Y que la crisis económica, que también compartimos, tiene que ver con una crisis cultural y de valores de la que nadie se hace responsable. La culpa es de los países del norte. Cuando un director de teatro tiene que justificar que se encaprichó en montar una obra rusa del siglo XVII normalmente dice que se rata de un texto que habla de la realidad mexicana contemporánea más que cualquier texto de cualquier dramaturgo de nuestro país. A mí no me gustaría decir esa mentira, pero Una noche en la playa, del dramaturgo español Javier Veiga, nos queda como un condenado traje hecho a la medida. El mismo desafortunado encuentro en Manu y Klaus se puede sucitar en una playa del Mediterráneo que en una del Caribe y el resultado siempre sería el mismo. Teatro Español que parece escrito para México, Una noche en la playa es una reflexión, con buena dosis de humor, sobre uno de los principales males que adolece nuestra sociedad: no somos capaces de hacernos responsable de nosotros mismos. Y cuando lo intentamos, siempre hay un pez más grande esperando para comernos.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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