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ALIMENTACIÓN EN FIBROMIALGIA

PRESENTACIÓN
Elaborar una guía de consulta sobre la nutrición en Fibromialgia no es fácil. Son pocos los estudios que existen al respecto y la mayoría de escritos que se hacen eco de esta dolencia están inevitablemente relacionados con trastornos psicológicos como la depresión. Obviamente, los estados depresivos pueden acompañar –y de hecho así suele ocurrir– a los trastornos fibromiálgicos; pero cabría descifrar, en primer lugar, si son causa o consecuencia de los mismos. Existen, como ya muchos sabrán, alimentos que pueden ayudar a superar un estado depresivo y algunos de ellos son analizados en las siguientes páginas; más difícil resulta encontrar nutrientes que intervengan en el proceso y desarrollo del dolor.
Pese a las dificultades halladas, creo que el siguiente escrito puede servir para recordar las bases de una alimentación adecuada, tan importante en el padecimiento de una enfermedad crónica. Y, sobre todo, puede inducir a la reflexión porque paralelamente a la lectura se puede hacer un repaso mental de los hábitos incorrectos que la fuerza de la costumbre nos ha llevado a creer como adecuados. Un consejo: anótalos en un papel a medida que te vengan a la mente y proponte corregirlos. No de la noche a la mañana, por supuesto, porque eso sería ir directos al fracaso. Planifica un cambio cada semana hasta dejar de lado, paulatinamente y sin que suponga un sobreesfuerzo, todos y cada uno de los hábitos que pudieran contribuir a un peor estado de salud.
Debo advertir que los consejos que aquí se detallan no reportarán los mismos beneficios a todos. No existe el alimento milagroso capaz de curar la Fibromialgia, como tampoco existe el fármaco prodigioso que pueda lograrlo. Es fundamental que, partiendo de lo que aquí se explica, cada uno aplique su experiencia.
Me gustaría, finalmente, recordar la necesidad de mantener una actitud positiva y perseverante. Uno de los riesgos de padecer una enfermedad crónica, además de las posibles complicaciones de la misma, es el acostumbrarse a ella. En este caso, acostumbrarse a tener el dolor como compañero perpetuo. Pero es preciso huir del conformismo. Teniendo en cuenta el tipo de enfermedad de la que hablamos (de la que se sabe aún muy poco y para la que no existen tratamientos específicos), conseguir una mejoría, por pequeña que sea, supone un gran avance. Alimentarse adecuadamente puede contribuir a que esa mejoría se produzca.
CHARO SIERRA
Periodista especializada en temas de Salud,
colaboradora de “Pronto” y de “Todo Hospital” (Ed. Puntex)

INTRODUCCIÓN
La complejidad del ser humano, tanto psíquica como bioquímica, hacen que no existan fórmulas magistrales para resolver los problemas que plantea el sufrimiento o malestar del hombre. ¿Origen psíquico o químico del malestar? Podríamos encontrar defensores de ambas propuestas, pero lo cierto es que en ambos lados hay que buscar la posible “solución”. No podemos ignorar ninguno de los dos aspectos, hay que entender qué le pasa o qué le ha pasado a una persona, dónde empezó el malestar o si éste empezó por un desconocimiento de la química del cuerpo y, con la mejor de las intenciones, sólo se consiguió “perder fuerzas ”…
La Fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta mayoritariamente a mujeres. El cansancio general, el dolor, el malestar, llegan a afectar a todas las esferas de la vida cotidiana. Una de ellas, la alimentación, se puede llegar a ver alterada de forma importante, pudiendo incluso romperse el equilibrio biológico del organismo.
Para que el cuerpo sea capaz de mantener su homeostasis, su equilibrio, es preciso aportarle de forma regular una serie de nutrientes a partir de los alimentos. No hay ningún alimento (excepto la leche materna para el bebé los primeros meses de vida) que sea capaz por sí sólo de proporcionar todos los nutrientes necesarios. Por lo tanto, va a ser a partir de la combinación y proporción adecuada de los diferentes grupos de alimentos, de donde vamos a obtener aquello que el organismo precisa.
Equilibrar la alimentación desde un punto de vista global, sabiendo que no sólo en la composición de los alimentos está su poder sino también en la textura, olor, color, sabor, temperatura … y suplementar con aquellos nutrientes que hemos visto más afectados en el proceso físico-emocional, serían la propuesta de alimentación en alguien ansioso, deprimido, o básicamente dolorido …, dentro de un marco de escucha de la persona, no del paciente.
Dra. Mª. ISABEL BELTRÁN MARGARIT
Médico Nutricionista de la Clínica Creu Blanca,
de Barcelona

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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