Amor de lejos… en tiempos modernos
Tener una pareja a distancia no es apto para todo el mundo. Requiere confianza, esfuerzo y grandes dosis de paciencia. Las nuevas tecnologías pueden ayudarte a mantener la comunicación y la pasión se aviva en cada reencuentro, pero de ustedes depende que la relación funcione a largo plazo.Ya sea porque cuando se conocieron vivian cada uno en una ciudad o en un país, o porque durante su relación uno de los dos tuvo que marcharse, ahora mienten una relación a distancia. Meses o años a cientos de kilómetros pueden ser un duro handicap para una pareja. La falta de contacto físico -no sólo sexual-, el enfriamiento y la sombra de la infidelidad planean sobre este tipo de relaciones. ¿Cómo hacer que funcionen?
A no ser que sean dos adictos a su independencia y no tengan en mente la idea de procrear, su futuro como parejalos reunira en algún momento. A partir de ahí, el reto será hacer que la relación funcione ahora que estan juntos de verdad. Para las parejas que ya convivían antes de la separación, la distancia se presenta como una prueba de fuego que, si se supera, afianza la relación.
La distancia idealiza
Contrariamente a lo que pueda pensarse, mucha gente habla con entusiasmo de su relación a distancia. En el otro no parece haber defectos, los encuentros son tan apasionados como el primer día, la rutina jamás forma parte de sus vidas, te sientes tan enamorado como el primer día, la situación incluso llega a enganchar…
La distancia también idealiza a las personas y a las relaciones.
Para que esto no te ocurra, lo ideal es intentar convivir el mayor tiempo posible con tu pareja, por ejemplo en vacaciones, para conocerla de verdad y no crearte falsas expectativas. Pero no sólo en vacaciones, cuando estamos más relajados y de mejor humor, sino en la vida diaria y con los problemas habituales, cuando más “nos parecemos a nosotros mismos”.
Potenciar la confianza
Otro de los grandes problemas que tienen las relaciones a distancia es la falta de confianza e inseguridad que pueden provocar. Una alteración en sus rutinas de comunicación -la llamada o el mail diario- puede suponerle a la otra persona una gran desazón. Si su relación va en serio, hay que fomentar la confianza mutua. Para conseguirlo es muy importante que cada uno conozca el entorno del otro: sus amistades, su familia, su trabajo, sus aficiones, sus rutinas. Sólo así se evitan las especulaciones, los celos y la intranquilidad. También es importante tener alguna persona amiga de tu pareja a la que poder llamar en caso de no localizarle, eso sí, sin utilizarla o manipularla para sacarle información.
La distancia aproxima muchas veces a este tipo de parejas hacia la infidelidad. De hecho, muchas la dan por hecho o asumen que puede ocurrir. Por eso, es importante hablarlo para saber qué podemos esperar del otro y no llevarnos a engaño. Aunque no lo busquemos conscientemente, la ausencia de la pareja y la necesidad de cariño, pueden llevarnos a acercarnos a otras personas y a confundir nuestros sentimientos.
Claves para evitar que tu relación no se enfríe
Mantén la comunicación, las nuevas tecnologías te facilitan mucho el terreno: mail, webcam, messenger, móvil con cámara, blackberry… Hay quien, gracias a ellas, practica incluso sexo virtual.
No distancies mucho los encuentros: proponte no dejar pasar más de cierto tiempo entre sus visitas.
Aprovecha las vacaciones (no sólo de verano) para convivir, tanto en su ambiente como en el tuyo para fomentar la confianza y no idealizar al otro.
Repartan los esfuerzos: que no sea siempre el mismo el que se desplace a ver al otro.
Cuando haya un problema importante, intenten verse para hablarlo en persona.
Plantéate la distancia como una etapa más de tu relación, cuyo objetivo es vivir juntos.
Intenta disfrutar de tu independencia y de tu entorno, no hagas que toda tu felicidad dependa de él.