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Bricolaje El árbol frutal

Está constituido por dos individuos asociados mediante la técnica conocida como injerto y son PATRÓN o PORTAINJERTO y VARIEDAD o INJERTO.
El patrón constituye el sistema radical y una pequeña porción de la parte aérea.
Estos dos individuos se unen generalmente por una zona por encima del suelo llamada cuello.
El injerto forma la parte aérea. En ocasiones se produce franqueamiento debido a que el injerto se planta demasiado bajo, haciendo que el injerto emita sus propias raíces.
La unión de patrón e injerto no significa fusión de genotipos, no es un híbrido. Son dos individuos que unen sus tejidos, pero jamás ponen en unión su genotipo.
A veces se constituye un frutal con tres maderas, haciendo un puente entre el patrón y variedad, llamado intermediario. Su función es la de unir al patrón y a la variedad debido a que entre ambos existe un rechazo. Su uso es cada vez menor, ya que cada vez es mayor la viabilidad entre patrón y variedad.
En otros frutales no es necesario el uso de patrón.

Particularidades del árbol frutal.
Perennidad: es la característica o peculiaridad más identificativa del frutal. Condiciona y a la vez dificulta su cultivo. La perennidad implica que el árbol se mantiene durante muchos años sobre el terreno, lo que a su vez también implica el cuidado que se ha de tener para no cometer errores, ya que provocaría fallos costosos y difíciles de solventar. Esta característica conlleva a un gran porte arbóreo, gran tamaño. A la hora de establecer la plantación es muy importante tener en cuenta esta característica, ya que en los primeros años dará la impresión de un desaprovechamiento del terreno, puesto que habrá una baja densidad de plantación, una utilización del espacio y de la luz muy baja, que se compensará cuando los árboles alcancen su tamaño definitivo; de esta forma también nos evitaremos competencias. El mayor tamaño de los frutales dificulta las técnicas de cultivo, lo que resta rentabilidad. La tendencia es a cultivar frutales más pequeños, buscando patrones enanizantes y variedades poco vigorosas, compaginándolo con técnicas de cultivo enanizantes.

Proporción de tejidos fotosintéticos: es menor que en las especies herbáceas anuales. La madera del tallo, ramas, etc., parasita la fotosíntesis. La energía almacenada no es enteramente utilizada para la fructificación, sino que parte de esa energía se utiliza para la conservación de la estructura.

Juvenilidad: se extiende durante largos años. Es el período por el que atraviesan las especies frutales procedentes de semilla y durante el cual no produce flores, y por tanto no producen frutos, es decir, es la época infértil del frutal. El período juvenil se elimina utilizando tejido adulto y propagándolo vegetativamente (acodo, injerto, estaquillado).
Los ejemplares de semilla no conservan las características de la variedad. Los que se producen vegetativamente, es decir, clonalmente, mantienen las características de la variedad, ya que se trata de material uniforme de un único individuo, y por tanto, será igual.

Alternancia: alternan sus producciones, es decir, una año producen poco y otro mucho, por lo tanto esto no compensa porque hace que la rentabilidad sea mayor unos años y menor otros. Las causas suelen ser hormonales y nutricionales.

Almacenamiento y movilización de reservas: generalmente en la primavera los frutales tienen una gran actividad fotosintética, por lo tanto, los asimilados que no se consumen se acumulan en reservas para cuando las condiciones ambientales no sean tan buenas, como pasa en invierno. Esto nos sirve para programar técnicas de cultivo.

Periodicidad cíclica: el ciclo anual se repite un año tras otro, presentando una clara estabilidad.

Investigación: las técnicas son menos sofisticadas que en otros cultivos. La investigación es mucho más lenta ya que se trata de especies que su vida no es anual y se necesita de muchos años para poder completar el estudio de cualquier árbol frutal. También existe otro inconveniente, que es el espacio; se necesita de mucho espacio para poder investigar, ya que son plantas de gran tamaño.

Fases de la vida del árbol frutal.
Las fases de un árbol frutal propagado vegetativamente son cinco:
1. Improductiva
2. Entrada en producción
3. Plena producción
4. Envejecimiento
5. Muerte

1. Improductiva: tiempo que transcurre desde que se planta hasta que transcurre la primera cosecha. Dura entre 2-7 años. Crece intensamente, pero no florece. Es un término distinto a la juvenilidad ya que se trata de plantas reproducidas vegetativamente.
2. Entrada en producción: crece de modo intenso, produciendo floración y fructificación de forma progresiva y en aumento. Tiene una duración aproximada de 10-12 años.
3. Plena producción: es la edad adulta del árbol y se obtiene el equilibrio entre el crecimiento y la producción, que se hace estable y continuado. Es el período más largo, y también interesa alargarlo lo máximo posible.
4. Envejecimiento: la planta tiene una renovación vegetativa limitada y la floración es masiva pero con cosechas de poca calidad.
5. Muerte: se produce la muerte del árbol. En la mayoría de las plantaciones esta fase no se produce, ya que se arrancan los árboles antes de que se produzca su muerte.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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