¿Buscas un seguro para tu casa? Aquí algunas recomendaciones

Al comprar o rentar una propiedad es importante ver a futuro y considerar factores que estén fuera de tus manos como incendios, sismos o robos ya que estos acontecimientos pueden afectar a tu bolsillo e impactar en el valor del inmueble.

En promedio, entre 700,000 y 800,000 pesos es la pérdida económica que puede tener alguien cuya casa y pertenencias asciendan a 1.5 millones de pesos y no estén aseguradas, menciona Marco Antonio de la Rosa, gerente de Daños de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

Es por lo anterior que el especialista recomienda estar protegido ante estas eventualidades y explica que hay dos tipos de seguros para vivienda.

El primero es el que el cliente contrata directamente con un asesor a través de internet o el banco. Este cubre desde daños por incendios, robos, roturas de cristales, responsabilidad civil, hasta los ocasionados por fenómenos naturales (terremotos, erupción volcánica e hidrometeorológicos). Se le conoce como seguro de pólizas paquete.

La segunda modalidad es la que se contrata mediante un crédito hipotecario. En este caso, la recomendación que hace Marco Antonio de la Rosa es que el cliente analice la póliza con su abogado de confianza porque al ser un documento legal es fundamental que sepa cuáles son las condiciones de éste y lo que abarca.

“Antes de comprar es importante que la información quede lo más clara posible”, dijo el experto.

Además, detalla que una vez que se liquida el crédito hipotecario también se acaba el seguro de vivienda por lo que exhorta a las personas a que se acerquen con la aseguradora que estaban o busquen nuevas opciones de producto.

“Resulta que mucha gente cuando termina de pagar su crédito se tarda meses o años en liberar las escrituras y ya no pregunta más por el seguro, entonces la vivienda queda desprotegida”, comentó.

Contar en todo momento con asesoría es otra recomendación que da Marco Antonio de la Rosa. Los agentes de seguros son personas que fungen como administradores de riesgos, analizan la vivienda, explican al cliente la funcionalidad del seguro y si las condiciones de este cambiaron, ya que como están ligados a créditos hipotecarios que se dan por largos años, el valor de la vivienda cambia.

La Ley de Instituciones de Seguros y Fianzas menciona estos agentes deben cumplir ciertos lineamientos y pasar por un proceso que la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas establece.

En el caso de los desarrollos verticales, Marco Antonio de la Rosa señaló que es fundamental contar con un seguro contra daños y renovarlo porque de lo contrario ocurren problemas como los del 19 de septiembre de 2017.

“Este fue uno de los temas fuertes porque había muchos edificios donde no todos los departamentos estaban asegurados y no había algo que asegurara la infraestructura del edificio”, comentó.

Por otro lado, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) menciona que al momento de declarar el valor de la vivienda se haga con honestidad porque si se indica una suma menor a la real, probablemente el monto de la prima se vea disminuido y también el de la indemnización.

“Hay que especificar si la vivienda es propia o rentada, el domicilio, el valor aproximado de la propiedad, número de niveles, si es casa o departamento, tipo de construcción y acabados. Usualmente el costo del seguro se determina por estas características”, mencionó la comisión.

Otro tip que da es analizar con la aseguradora los daños a terceros que puedan ocurrir. En caso de que seas inquilino también puedes ampararte por futuros desembolsos al contratar un seguro de casa.

La importancia de prevenir

Leonardo González, analista de Real Estate de Propiedades.com agregó que contratar un mecanismo de cobertura minimiza las pérdidas y acorta los plazos de ajuste después del siniestro.

Es por esto que la AMIS destaca la importancia de contratar estos productos financieros porque en México de 10 casas únicamente tres llegan a tener seguro, dos mediante un crédito hipotecario y uno contratado de manera individual.