Para renovar tu piel deshazte de las células muertas
La exfoliación elimina las células muertas de la superficie de la piel y es un ritual de belleza que puedes disfrutar una o dos veces a la semana, mientras te duchas. Utiliza texturas con partículas más o menos finas, pero presta atención a las áreas delicadas: el escote, el busto y el cuello. La exfoliación estimula la renovación celular de la epidermis, activa la circulación sanguínea superficial y aporta una nueva luminosidad a tu piel.
Una complexión impecable
No olvides humectar tu piel, tanto por la mañana como en la noche, y protegerla de agresiones del ambiente, como el sol y el viento. Si no lo haces, se resecará y comenzarán a surgir las arrugas.
Después de desmaquillarte, aplícate crema en el rostro comenzando en la frente. Dale un suave masaje, desde el centro hacia los lados y de abajo hacia arriba. Sigue con el contorno de la nariz, desplazándote hacia las sienes. Haz lo mismo con el contorno del rostro y el cuello. ¡Te verás radiante!
Dale una mano a tus pies
Consiente tus pies, y ellos nunca dejarán de sostenerte. Para descansarlos, sumérgelos en agua tibia a la que hayas agregado un poco de sal. Cuando la piel esté húmeda, remueve las partes endurecidas, frotándolas con una piedra pómez. Sécalos y dales masaje con una crema exfoliante perfumada. Pon especial cuidado en los talones y los dedos. Enjuaga. Aplica una crema rica en ingredientes naturales activos, como el aceite de almendras dulces.
Restaura y protege tu cabello, aplicándole un acondicionador nutritivo, una vez a la semana. Aplica el producto en las puntas y trabájalo hacia arriba, pero sin llegar a las raíces para evitar que el cuero cabelludo se torne grasoso. Deja que el acondicionador actúe por unos minutos, lava y enjuaga. Tu cabello estará fuerte, más suave y fácil de peinar.