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Debido al éxito… Regresan Queta Lavt y Jesús Ochoa: “Conversaciones con mamá”; ahora en el teatro “11 de julio”

• “Mi madre ya murió, pero todos los días converso ella”: Jesús Ochoa
• Una obra para llorar… de risa

“Si no lloras de risa con esta obra, es que no tienes madre”, dice Jesús Ochoa, quien efectivamente ha llorado y reído al protagonizar “Conversaciones con mamá”, que se estrena el 13 de enero en el Teatro 11 de julio.
No es, además, la única promesa que hace el actor. También asegura que el público que acuda a este montaje, lo verá como nunca antes. “Yo siempre la había hecho del papá, el villano, el rey, el tío. Aquí soy un hijo, algo que no me había tocado el chance de interpretar”.
En “Conversaciones con mamá”, Jesús Ochoa interpreta a Jaime, un hombre maduro de clase media que un día pierde su trabajo y se queda sin dinero para la manutención de su esposa y sus hijos. Recuerda entonces que es dueño de un departamento y su salvación es venderlo. El problema es que en ese departamento vive su madre, así que va a visitarla para convencerla de que se mude con él.
Pero la madre no quiere. Porque ella quiere vivir sola. Porque no se lleva bien con la nuera. Y sobre todo… porque tiene un novio… que es 13 años menor.
“La obra es una invitación a salir corriendo del teatro para hablar con nuestra madre, donde quiere que esté”, dice Jesús. Y con la frase “donde quiera que esté”, no se refiere solo a un lugar físico.
“Yo, por ejemplo, hablo diario con ella. Mi madre ya murió, pero hablo diario con ella ¿me entiendes?”, dice Jesús con una tono emotivo que hace entender que efectivamente, dejar de ver esta obra es perder una oportunidad de reconciliación con nuestra madre.
“Significa tener esta oportunidad de escucharla ahora, de no estar en el arrepentimiento de ‘¿por qué no hablé esto con mi madre?’. De hablar con ella, incluso por lo menos en el recuerdo o el soliloquio, de establecer contacto con nuestra madre aunque ya no esté viva”.
Basada en la película argentina ganadora del festival de Montreal y Moscú, la obra llegó a manos de Jesús Ochoa por una colaboración con el productor teatral Rubén Lara. “Llevábamos un tiempo buscando una obra con pocos personajes. Habíamos hallado un par pero un día me dijo que tenía por ahí una que quería que yo leyera. Me encantó. Y de inmediato pensé que mi madre tenía que ser Queta Lavat”.
Con Queta, Jesús Ochoa había trabajado en “El Hotel de los Secretos”. Convenció a Rubén y enseguida se embarcaron en una gira por 40 estados de la República en la que han llenado lo mismo el teatro Galerías de Guadalajara que el Ricardo Castro de Durango.
“Al ver a Queta Lavat a sus 88 años con esa lucidez y energía no queda sino maravillarse con esta actriz”, dice Ochoa, quien no se equivocó al elegirla como su madre.
Respecto a su propio desempeño, el actor explica que su proceso histriónico ha estado apegado al texto original, escrito por Santiago Carlos Oves (quien dirigió también la película). “Por supuesto hay una vivencia por el recuerdo de mi madre pero la acción me la planteo tal y como viene en la obra, que tiene un diálogo muy ágil y te permite llevar al público por las distintos cambios del personaje”.
Lo dice sobre todo por el momento en que Jaime se entera que su madre tiene novio. “Entendemos que a lo mejor nuestros padres ya no están en la situación de poder trabajar pero tienen el mismo derecho que nosotros para ejercer su vida y hacerlo como ellos quieran. Es indispensable que tengan esa posibilidad del amor, de tener esa compañía en caso de que no tengan a sus malvados hijos para visitarla”.

La obra es dirigida por el experimentado Tony Castro, quien ya tuvo bajo su mando a Ochoa en “El Cerdo” y que tiene en su currículum una larga ficha de obras en el circuito universitario y del INBA. Aborda ahora este montaje al que Jesús define como “una comedia maravillosa que acaricia el corazón y el recuerdo”.
Y recalca: “El que no la vea, es que no tiene madre”.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar