Decoración y RemodelaciónVida y Estilo

Decorar una habitación vacía

Lo primero que debemos hacer es mirar tranquilamente el espacio, sin prisas, como cuando hacemos algo que nos gusta mucho. Intentar guardar en nuestra retina los espacios de la estancia, como si de una fotografía se tratase. Cerrar los ojos y ver esas imágenes en nuestra memoria.Luego, con un bloc de notas apuntar todo lo que nos gusta de la habitación; por ejemplo, la luz, una esquina que siempre nos llamó la atención, el bajo de la ventana, las molduras del techo, etc.

Las siguientes anotaciones serán para todo lo que siempre nos disgustó de ese mismo espacio; por ejemplo, el suelo que nunca nos agradó, el color de las paredes, el tipo de iluminación, las cortinas que pesaban demasiado, etc.…

La siguiente anotación será para lo que ni nos disgustó, ni nos agradó en demasía, podríamos catalogarlo en el apartado neutro; por ejemplo, las puertas de la habitación o la carpintería de las ventanas.

Un croquis para empezar a trabajar
En ese mismo bloc debemos dibujar a mano alzada el espacio en el que queremos intervenir. Primero dibujaremos con un lápiz todas las paredes de la habitación y todos los huecos que encontremos con nuestra vista. Una vez realizado todo el perímetro de la estancia, trazaremos una línea paralela a la dibujada.

Ahora será el momento adecuado para situar los cerramientos u objetos que se encuentran de forma permanente en el espacio: ventanas, balcones, puertas, radiadores, columnas, etc. De este modo, ya tendremos la habitación vacía plasmada en un papel, donde podremos trabajar según las necesidades que nos surjan.

Es posible que el espacio que estamos tratando cambie totalmente su función. Así, un salón se puede convertir en estudio o una habitación de niños en un cuarto de invitados. La biblioteca se podría transformar en una sala de música y así, con todas y cada una de las zonas de la casa, siempre obedeciendo a nuestras necesidades individuales. Sólo con un poco de imaginación y con muchas ganas podremos realizar esos cambios.

Los estilos decorativos
Otra opción para ordenar estos espacios la encontramos en los estilos decorativos, dando pie a una tematización de las habitaciones. El abanico es muy amplio: modernista, racionalista, victoriano, etc.

Para empaparnos de estas corrientes resultará muy práctico recurrir a buenas fuentes de información. En Internet se han publicado gran cantidad de datos sobre las tendencias decorativas. Sólo tienes que hallar aquella que coincide con tus expectativas.

Contratar los profesionales adecuados
Todo ello es muy fácil si ponemos empeño y ningún tipo de miedo porque, actualmente, existen medios suficientes para poder informarnos con absoluta tranquilidad y rigor de profesionales entregados a su trabajo. Así pues, debes realizar un pequeño esquema con los técnicos que tú crees que tienen que intervenir en la reforma: albañil, electricista, carpintero, yesero, fontanero, pintor, tapicero… Todo según la envergadura de la obra.

Antes de nada, hay que pedir presupuestos. Tendrás que esperar las mediciones realizadas por los profesionales para que no existan problemas más tarde ya que, si hay un error como consecuencia de las referencias que han tomado, serán ellos quiénes deberán hacerse cargo de solucionarlo. Si eres tú quién las tomó, olvídate de que te reparen las complicaciones gratuitamente.

Espera a tener todos los presupuestos y léelos bien: no siempre los más económicos son los peores y los más caros, los mejores. Todo dependerá de que esté integrado en cada uno de ellos. Por cada industrial realizarás una lista de preferencias en cuanto a los materiales, calidades, tonos y texturas. No todo lo que siempre se coloca es lo más adecuado: muchas veces, es lo más cómodo para ellos. Sin embargo, siempre es bueno dejarse aconsejar por los profesionales si son buenos.

Tú aportación es la clave
No todo está en manos de los profesionales. La forma de vida característica e individual sólo la puede transmitir uno mismo. Tú sabes cómo te mueves, que espacios son los más utilizados y vividos. Ésta es una buena manera de comunicar e interpretar la obra que vas a realizar.

Por tanto, debes tomar nota de la circulación diaria dentro de tu vivienda para poder interpretarla luego en los planos posteriores. Saber lo que no quieres en tu espacio es una buena manera de ir eligiendo los profesionales con el fin de no invertir dinero en trabajos inútiles.

Selecciona bien, estudia las propuestas de cada uno de ellos y mira detenidamente los dibujos que te aporten, haz una fotocopia de los mismos y anota todo lo que no comprendas, para consultar previamente antes de firmar ningún presupuesto.
Este análisis no sólo es necesario sino que, además, te facilitará la comprensión posterior para los demás planos que irán viniendo durante el transcurso de la obra. Ahora, ya tienes un conjunto de pautas para hacer realidad el pequeño proyecto que rondaba en tu fantasía.
Por Nuria Pedrerol

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar