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DISCURSO PRONUNCIADO POR ISABEL MIRANDA DE WALLACE, DURANTE EL FORO POLÍTICA DE DROGAS DESDE LA PERSPECTIVA DE LA SOCIEDAD CIVIL, ORGANIZADO POR LA CÁMARA DE DIPUTADOS.

31 de julio de 2014

Buenas tardes, agradezco a la H. Cámara de Diputados, al Grupo Organizador del Foro y al Diputado Fernando Belaunzarán Méndez por su cordial invitación a este Foro Internacional de Política de Drogas.
Celebro que se dé inicio al debate respetuoso y abierto, sobre Política de Drogas, y digo que se dé inicio porque es mucho el camino que hay que recorrer en este tema. No podemos pretender que se tome una decisión tan trascendente para la vida de millones de mexicanos, únicamente con este foro, hay que escuchar a los diferentes sectores de la sociedad, como lo son los padres de familia en general; los familiares de adictos, que sufren las consecuencias de tener un familiar enfermo, que aún en el respeto de la libertad de los adultos de consumir, se ven afectados al tener a un padre, hijo o hermano enfermo; los propios consumidores de drogas; las autoridades de Salud, Hacienda, Sociólogos, Psicólogos, en fin, a la sociedad interesada y afectada en este tema .
De otra manera, no tendría un verdadero consenso esta iniciativa. Sobre todo pensando en que cada política pública se debe tomar, es cierto, viendo experiencias internacionales, pero tomando en cuenta la realidad de nuestro País que en nada se parece ni a Estados Unidos, Lisboa, Holanda, o cualquier otra parte del mundo. Tenemos que lograr que sea un modelo que se adapte lo más posible a nuestras necesidades.
No estoy de acuerdo en lo que dicen, “que uno no es lo que quiere si no lo que puede ser”. No podemos darnos el lujo de jugar con la salud e integridad de todo un País. No puede ni debe el Estado claudicar a lo que es su obligación, de otra manera tendríamos que legalizar a los homicidas, a los secuestradores y todo delito, ante la incapacidad del Estado para combatirlos.
Por otro lado, este tema no es un problema de moral, ideología, o creencias, es ante todo un problema multifactorial, entre ellos, de salud pública, y como tal debe ser tratado.

ANTECEDENTES:
El narcotráfico en México se explica a partir de la pobreza en el campo; de una arraigada cultura de la ilegalidad; de la corrupción e impunidad de quien debe ser autoridad y se colude con los delincuentes, desde gobernadores hasta el policía municipal que se encuentra cooptado por el crimen organizado; de jóvenes con pocas oportunidades de desarrollo personal y colectivo; de un sistema educativo con grandes rezagos y simulaciones, de los graves desequilibrios sociales y de una justicia precaria.
Dando como resultado una gran violencia que se ve reflejada en Homicidios, Secuestros, Trata de Personas.

CONTEXTO:
México ha padecido las consecuencias negativas de la guerra contra las drogas: altos índices de violencia, corrupción y debilitamiento de las instituciones, aumento del poder de la delincuencia organizada. Los mexicanos hemos pagado la violencia del narcotráfico con sangre, con la orfandad de miles de niños y el dolor de muchas familias , así como el exilio de los lugares donde viven, y han sufrido secuestro, trata de persona y homicidios.
Si en Estados Unidos quieren seguir consumiendo, adelante, nosotros no tenemos por qué pagar las consecuencias, poniendo los muertos y presupuesto y ellos a los consumidores. Deben responsabilizarse de la parte que les toca, no puede haber inconsistencia en la política de drogas, prohibiéndola en el ámbito federal y aprobándola en muchos de sus Estados. Este debate debe darse también en Estados Unidos y asumir corresponsablemente las consecuencias de contar con una política integral, de otra manera lo que hagamos en México seguirá siendo insuficiente.
Por otro lado, me parece que la propuesta debe ir más bien encaminada a un ajuste de dosis, programas para que los adictos no sufran el caer en un acto ilícito, y en establecer controles mucho más efectivos para ayudar a los enfermos a restablecerse, un poco como el caso de Portugal, donde hay un procedimiento mucho más integral.
Una de las cosas que debemos hacer y permear, es que se entienda en la sociedad que no es vergonzoso ser adicto, que es como cualquier otra enfermedad y que no hay que esconderla, mas bien buscar ayuda.

OBJETIVO:
Me gustaría lanzar una pregunta: ¿cuál es el objetivo del debate, plantear un nuevo paradigma sobre la política de drogas en general o específicamente sobre la regulación del consumo de marihuana? Porque lo primero que tendríamos que ver en este tema es que una verdadera política de drogas no debe contemplar única y exclusivamente el tema de la marihuana, sino todas las drogas, aún las legales; pero sobre todo se debe de contemplar como un problema multifactorial, entre ellos el de salud, y no únicamente desde el punto de vista de la despenalización o regulación.
También les invito a realizar un ejercicio de introspección y reflexión: ¿qué tipo de seres humanos queremos para nuestro país? ¿Individuos que crezcan en un ambiente familiar sano, con familias cálidas y afectuosas que generen comunicación y sentido de pertenencia, así como las competencias y habilidades necesarias para enfrentarse a los retos tanto personales, laborales e incluso a la adversidad; o bien, individuos adormilados que se desarrollen en un ambiente proclive al consumo de sustancias tóxicas, como “la salida fácil” para acallar el ansia ocasionada por problemas familiares o personales, carentes de sentido de vida y que no saben o no desean resolver de forma asertiva, con repercusiones serias en su calidad y expectativa de vida, alejándolos de vínculos sociales sanos e impidiendo su crecimiento como persona dentro de una sociedad próspera y sana?
Aun cuando los interesados en legalizar y tal vez despenalizar el uso de la marihuana están empujando con mucha fuerza para que ésta sea aprobada, es importante que dejemos constancia quienes pensamos que ese camino no es la solución, al menos no de la manera en que se está pensando, además corremos el riesgo de agravarlo, por toda la problemática de salud pública y social que vivimos en México, así como por la falta de instituciones fortalecidas que puedan seguir los controles planteados en la iniciativa.
Y para muestra un botón, hoy tenemos venta de alcohol en establecimientos comerciales y restaurantes, fuera de la norma, esto es frente o junto a las escuelas, cuando esto en la ley está prohibido y sin embargo ocurre, la venta a menores de edad, cuando en otros Paises, esto ocurre a los 21 y no a los 18 como en México.
Eso mismo pasaría con la “Marihuana”, estará al alcance de cualquier persona, aun siendo menor de edad.
Lamentablemente, en México está visto que pueden más los menos que las necesidades de todo un país, muestra de ello la encontramos en nuestro sistema educativo y seguridad.
No entraré en la danza de los números y las estadísticas, sin embargo, creo que es importante vernos en el espejo del país vecino, Estados Unidos, el cual hasta 2012 por año gastaba 209 mil millones de dólares para atender el tema de adicciones, lo cual representa todo el PIB de Chile y casi la sexta parte nuestro PIB , lo cual ha sido declarado y sustentado por Arturo Valenzuela, ex Subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos, quien también afirma que la mitad de los crímenes en Estados Unidos tienen en alguna forma relación con la droga, además de que hay 40,000 muertos por consumo de drogas anuales.
En Estados Unidos, del total de emergencias médicas atendidas por el tema de adicciones, el 39% es por marihuana.
La pregunta es ¿nosotros tenemos el presupuesto y la infraestructura médica para poderlo atender? Estoy segura de que no, eso lo ha declarado recientemente el ex director de la CONADIC Fernando Cano Valla.
Por otro lado, con la propuesta, existe la hipótesis de que hay baja de precios, y con ello seguramente el incremento del consumo, pero ¿a quién le interesa bajar el costo de la marihuana? ¿Por qué no trabajamos en el abaratamiento de las medicinas? Legalizar la marihuana tendría un impacto contrario en la población, y si lo que se quiere es regular, tenemos que prepararnos primero para ello.
Como lo hemos visto, legalizar la marihuana no resuelve el problema de adicciones, ya que una política que permite el consumo de marihuana no reduce el consumo, por el contrario, lo incrementa. Ello aunado a que la marihuana no es la única droga ilícita que se encuentra en el mercado.
Finalmente, cabe resaltar que aún en las drogas legales hay abuso, por ejemplo en el D.F. de cada 100 niños, 26 tienen problema de alcohol y 16 de adicciones, la pregunta es ¿estamos preparados, pese a la corrupción y simplicidad con que se atiende este tema, para poder salvaguardar la integridad física, emocional y psicológica de todos los menores de edad, quienes representan nuestro capital humano y nuestro futuro como sociedad y como país?

COMENTARIOS A LA PROPUESTA PARA REGULAR LA MARIHUANA DIP. FERNANDO BELAUNZARÁN
Las restricciones las podemos comparar con las que existen actualmente para el alcohol y tabaco, y como lo hemos visto, no forman parte de la solución al problema de adicciones.
Si se permite que cualquier establecimiento que cuente con una licencia pueda producir, procesar, distribuir y vender marihuana: ¿en qué momento se les quitará la etiqueta de delincuentes para convertirlos en pequeños y medianos empresarios?
¿Existe un equilibrio entre lo que se recaudará en comparación con lo que se gastará en el combate a las adicciones, en educación, en salud, en investigación científica y en la prevención en contra del uso abusivo de drogas? ¿Será suficiente?

PROPUESTA:
Nuestra propuesta es la creación de políticas públicas integrales que incidan en medidas de prevención, en infraestructura de salud, educación y reconstrucción del tejido social, que otorguen al individuo condiciones mínimas de bienestar, en el aspecto educativo, salud, seguridad y bienestar social; concentrándonos en la prevención de adicciones desde la niñez y la rehabilitación de quienes desafortunadamente hayan caído en alguna adicción, ampliando la estructura hospitalaria y médica, así como de centros de rehabilitación del sector público, pues actualmente el sector privado es el que atiende a la mayor parte de personas en tratamiento.
Es importante que el individuo tenga las herramientas emocionales, psicológicas, físicas y sociales necesarias para que encuentre sentido de vida y de pertenencia, tanto familiar como social; para realmente poder incidir en la reconstrucción del tejido social que tanta falta nos hace como país.
No perdamos de vista que los consumidores no deben ser criminalizados sino rehabilitados; pero a quien sí se le debe aplicar todo el peso de la ley es a quienes, en complicidad con el crimen organizado, se dedican al lavado de dinero, siendo esta una de las puertas por las que los narcotraficantes obtienen ingresos para financiar sus actividades ilícitas y corromper instituciones, y a malos gobernantes que en lugar de velar por los ciudadanos se coluden en actos ilícitos.
Finalmente, antes de implementar estos cambios necesitamos instituciones fuertes, un sistema de justicia a prueba de corrupción y una policía confiable, pero sobretodo el capital humano de México sano y lúcido para progresar y tener una mejor calidad de vida.
Muchas gracias.

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Yesica Flores
Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar

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