El abc de cómo probar el mezcal por primera vez
“Para todo mal, mezcal y para todo bien, también”, es el mantra favorito de los conocedores del mezcal pero si eres de los que aún no se anima a probarlo, ZIGNUM te comparte una guía básica para que tu primer encuentro con éste destilado del agave sea incomparable.
- Cristalería. Para probarlo por primera vez es recomendable hacer uso de la copa riedel o vaso veladora, ya que los aromas serán expuestos para que nuestros sentidos empiecen a familiarizarse con las notas que pueden variar entre acarameladas y dulces.
- Poco a poquito. La mejor forma de degustar el mezcal es a besos y no a tragos, para irle tomando cariño. Lleva el vaso hasta tus labios y sorbe un poquito. Elegir un mezcal premium, suave y fácil de tomar como ZIGNUM reposado, podría facilitar tu experiencia inicial.
- El primer beso. Te sorprenderás, ya que el primer beso no detecta aromas, solo es para pasarlo por la boca (como buche) e ingerir; de esta manera las papilas gustativas se activarán para comenzar a distinguir los sabores.
- La tercera es la vencida. Por ahí del tercer traguito, empezarás a percibir las distintas notas; será una situación especial, así que recuerda -una vez más- que todo es a besos, da un sorbo y exhala con la boca cerrada, mantenlo por unos segundos e identifica el mundo de sensaciones en tu paladar, verás que cada besito será un nuevo descubrimiento.
- Algo dulce. La mejor manera de acompañarlo es con una rodaja de naranja y sal de gusano, aunque algunos mixólogos consideran que otra opción para probar dicha bebida por primera vez, es maridando con ingredientes dulces, como chocolate amargo, dulce de leche o ate ya que complementará a la perfección la degustación.
Probar mezcal por primera vez es algo que difícilmente podrás olvidar y si le tomas cariño, verás que no existen reglas absolutas para disfrutarlo.