EL MARIACHI TOMA GUADALAJARA UNA VEZ MÁS

La identidad de una región se rige por el carácter de su gente, la sazón de sus platillos, el legado arquitectónico, la preservación de sus tradiciones y los sonidos de sus plazas. Guadalajara es, sin duda, uno de estos sitios que cumplen con creces cada uno de estos rasgos de identidad, proyectando de esta forma una gran personalidad.

Una de las principales expresiones artísticas que ha posicionado a la ciudad no sólo a nivel nacional sino también internacional, es el Mariachi, figura que engloba la tradición jalisciense, las artes y la alegría de su gente.

Actualmente existen diversas variantes sobre el ensamble del mariachi, pero los más famosos son el mariachi popular y el mariachi tradicional. En esencia los dos utilizan, voz, violín, guitarra de golpe, vihuela, arpa y guitarrón o contrabajo, con la diferencia que el tradicional no utiliza trompetas y el popular sí. Esta pequeña variación le da a la atmósfera toques de romanticismo, festividad o desamor, según sea el caso. Y así el  mariachi puede ser conformado por un mínimo de tres integrantes.

En cuanto a la interpretación, a principios del siglo XX se tocaban sones populares del occidente del país, pero conforme fue creciendo el interés del público, se comenzaron a adaptar ritmos mexicanos como huapangos, rancheras, corridos, valses y sones jarochos. En la actualidad el mariachi ha ampliado sus horizontes por todo el mundo al grado de contar con grupos de mariachi en países como, Serbia, Finlandia, Colombia, Ecuador, España, Japón, Venezuela, Estados Unidos, Costa Rica, Perú y Honduras, por mencionar algunos.  

Otro rasgo importantísimo para la presentación de un mariachi es la vestimenta. Originalmente se vestían con trajes tradicionales rurales de Jalisco, que consistían en mantas de algodón y paja con hojas de palma como sombreros, pero con el paso de los años decidieron vestirse con el traje de etiqueta charro, compuesto por una chaqueta muy corta llamada “coleto”, hecha de una camisa con bordados, pantalones ajustados con tapabalazos o botones de plata en los costados, corbata de moño, y sombrero galoneado o de paja.

Uno de los mitos que giran alrededor de la figura del mariachi nos remite a 1862 durante la Invasión Francesa. Y es que  algunos soldados galos llegaron a un poblado de Jalisco donde se llevaba a cabo una fiesta por una boda, estos quedaron sorprendidos cuando vieron que los músicos tenían un papel fundamental en la celebración, preguntaron por el tipo de fiesta que realizaban y les contestaron “C´est un mariage”, que en su lengua significa “es una boda”. Con el paso del tiempo esta respuesta fue mutando hasta que pasó de “Mariage” a “Mariachi”.

En Guadalajara existen varios sitios donde se puede apreciar los mariachis en su máximo esplendor, El Parián en Tlaquepaque es uno de estos sitios icónicos donde el ambiente es simplemente espectacular; por otra parte esta tradición viva también la encuentras en la emblemática Plaza de los Mariachis, ubicada sobre la Calzada Independencia, en pleno Centro Histórico de Guadalajara. Con más de cien años de existencia, este lugar fue creado precisamente para ser el punto de reunión de los mariachis tapatíos, hoy en día se encuentra rodeada de bares y restaurantes en vivo que ofrecen una amplia variedad de antojitos mexicanos, tequila y mariachis en vivo. 

Cuando uno piensa en Guadalajara inmediatamente una de las referencias es el mariachi, este arte folclórico se ha vuelto un sinónimo de la ciudad por su historia y sus exponentes. Durante este 2019 se llevará a cabo 26ª edición del Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería en Guadalajara, que se llevará a cabo del 23 de agosto al 1 de septiembre en la capital tapatía, y por estas razones entre muchas otras, la figura del mariachi se ha convertido en una de las leyendas vivas de las tradiciones mexicanas.  

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