El ombligo de Guie’dani: racismo sin contemplaciones ni estereotipos
En
México, donde el racismo y el clasismo son problemas sistémicos de una profunda
raíz histórica, las personas que se dedican al servicio doméstico viven
expuestas diariamente a la invisibilización de sus conflictos e intereses. De
esta problemática da cuenta El
ombligo de Guie’dani (2018), ópera prima del director mexicano
de origen catalán, Xavi Sala, quien reflexiona sin concesiones románticas
acerca de la relación que existe entre las trabajadoras del hogar y sus “patrones”, donde la
bondad esconde una profunda hipocresía. Pero El ombligo de Guie’dani no habla
solamente de las trabajadoras domésticas, representa historias de muchas
personas, indígenas o no, que son discriminadas dentro y fuera de
sus trabajos.
El ombligo de
Guie’dani es la historia de una niña de 12 años indígena
zapoteca llamada Guie’dani (Sótera Cruz), que se rebela contra la negación de
su lengua e identidad, el clasismo, el racismo y el modelo de vida
aspiracional impuesto socialmente. Guie’dani (flor salvaje en
zapoteco) tiene singularidad, desenfado, irreverencia, risa. Como mujer y
como empleada doméstica el personaje es reivindicado. Se le otorga la dignidad
de la burla, indignación y misterio. Es un personaje único e inolvidable.
Además, la película, que está hablada en zapoteco y español, es un
retrato realista sobre la lucha de clases que persiste en las
relaciones laborales entre trabajadoras del hogar y “patrones”. Un
antagonismo que habitualmente es invisibilizado bajo la manta romántica de la
sirvienta sumisa, agradecida y silenciosa, que apenas habla para dar las
gracias y es tratada como una mascota.
Guie’dani detesta ser la que lava los platos o la que debe desayunar en la
cocina. En su interior, lentamente se siembra la semilla del rencor contra los
que la esclavizan y no lo duda más: cuando crezca, no quiere ser una esclava
como su mamá. Es así que esta chica originaria del Istmo de Tehuantepec se
subleva contra la familia de clase media acomodada para la que trabaja su madre
en la Ciudad de México.
No se trata de una cinta que exhiba el racismo de manera maniquea o
sensacionalista. Su discurso es más bien sutil, tanto como lo llega a ser la
discriminación que practica buena parte de la sociedad mexicana, con
comentarios racistas normalizados como bromas, desinterés por la cultura e
identidad de los pueblos originarios e invisibilización del rezago social y
económico en que viven estas personas. Pero la película no propone una mirada
victimista sobre la discriminación.
“Mi película es una
historia de rebeldía contra el statu quo impuesto como modelo de vida”. Y es,
también, una profunda reflexión sobre la identidad, la discriminación y la
autodiscriminación de los pueblos originarios de México y, por añadidura, de
otros países que tienen luchas identitarias. No podemos negar que hay un
clasismo y racismo soterrado en toda la República Mexicana y que es un tema
tabú que confronta la película y espejea mucho a los espectadores”,comenta
Xavi Sala.
El ombligo de
Guie’dani formó parte de las selecciones oficiales del
Festival Internacional de Cine de Morelia 2018, el Chicago International Film
Festival 2018, el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias 2018 y
el Festival de Huelva de Cine Iberoamericano 2018. Entre los galardones más
destacados que ha recibido se encuentran el Premio Cinépolis Distribución en el
15° Festival Internacional de Cine de Morelia 2017, el Premio Radio Exterior de
España a la cinta que mejor refleja la realidad iberoamericana en el 44°
Festival de Huelva de Cine Iberoamericano 2018, así como el Premio de la Crítica,
el Premio del Público, el Premio de Mejor Director y el Premio a Mejor Actriz
en el 16° Festival Internacional de Cine de Alacant 2019.
La crítica la ha recibido de forma excelente. Escribe Alejandro Alemán en El
Universal: “El
relato, que parecería trillado, no se hace desde una postura de clase, más bien
es el retrato honesto y sin apasionamientos de dos posiciones que terminan por
describir una realidad ineludible del país en que vivimos”. Carlos Bonfil, de
La Jornada, añade: “Es el extremo opuesto de la domesticada nana buena que
irreprochablemente cumple con su destino social en la también notable Roma, de
Alfonso Cuarón”. Fernanda Solórzano, en Letras Libres, es
contundente: “(La
protagonista) es la pesadilla de los “patrones”de México”.
“Muchos mexicanos no se
dan cuenta que no se dan cuenta. Apenas he encontrado en el cine mexicano
películas de ficción cuyo punto de vista sea auténticamente desde el
lado de la comunidad indígena. Normalmente esas cintas son hechas por
directores que pertenecen a clases medias acomodadas que creen ponerse del otro
lado y son miradas completamente superficiales. Lo primero que me acerca a mí a
la comunidad zapoteca es la identificación con su lucha identitaria. Yo soy
mexicano, pero mi origen es catalán, entonces su lucha coincide con la de mi
pueblo originario”, asegura Xavi Sala, cuyo cortometraje Hiyab(2005) fue nominado
a los Premios Goya.