Ensambles: qué son, qué los hace diferentes y cuál es su proceso de creación
El mundo vitivinícola es tan amplio que al simplificarlo a solo vinos tintos, rosados o blancos, nos quedamos cortos. Los vinos pueden distinguirse de diferentes maneras: por su proceso de elaboración, la zona geográfica, el tipo de uvas con los que están elaborados, la añada, entre otras consideraciones. Sandra Gutiérrez, Sommelier de Diablo, nos cuenta más acerca de los vinos conocidos como ensambles o blends y nos explica qué los hace tan especiales.
¿Qué es un ensamble?
“El arte de mezclar diferentes tipos de variedades de uvas– al menos dos– para complementar o resaltar las características de cada variedad que lo conforman, es lo que conocemos como ensamblaje. Se puede realizar bajo diferentes procesos y se requiere un experto, es decir, un enólogo.” nos comenta Sandra. “Muchos vinos, sobre todo tintos, tienen este proceso y las mezclas pueden variar de acuerdo a las decisiones que tome el enólogo.”
¿Qué los hace diferentes?
Un ensamble busca generar una personalidad única en el vino desarrollado por el enólogo. La mezcla puede darse bajo diferentes características: con diferentes variedades, a partir de los mostos– el jugo que se exprime de la uva y que está destinado a la elaboración del vino– antes de ser fermentados, puede provenir incluso de distintos viñedos, regiones e incluso, mezclar diferentes añadas –es decir, que sus uvas fueron cosechadas y procesadas en diferentes años–. “En algunos casos, el enólogo decide mostrar estas mezclas en la etiqueta del vino, aunque en ciertos vinos como Diablo, prefieren manejar un halo de misterio y no dar a conocer las variedades de uvas qué lo conforman. El ensamblaje depende del objetivo de su creador, puede ser para complementar su calidad o para unificar y dar consistencia a la producción y que el vino tenga un sabor único año con año,” señala Sandra.
Y, ¿cómo se crean?
Aunque parece un proceso sencillo, lograr un equilibrio en la mezcla y brindar un vino de alta calidad toma tiempo, análisis de acidez, de ph y de azúcar así como varias pruebas previas para dar con la “receta” final. “Todo esto con el fin de ofrecer un vino único con una personalidad y complejidad muy particulares y que, además, sea agradable de beber”, concluye Sandra. Ahora cada vez que tomes un vino que en su etiqueta menciona varios tipos de uvas, sabrás que se trata de un ensamble y la complejidad que conlleva crearlo.
