Un
mundo frenético y agreste donde la juventud lucha por transgredirlo todo, desde
los paradigmas artísticos hasta los roles sexuales, es lo que puede verse
en Esto no es
Berlín (2019),
la nueva película del director mexicano Hari Sama en la que se retrata un lado
poco conocido de la Ciudad de México: el del underground de los años ochenta.
Un ambiente punk donde las drogas sintéticas corren a caudales y el SIDA es el
principal verdugo de los jóvenes.
Ubicada en la Ciudad de México en 1986, la cinta cuenta la historia de Carlos
(Xabiani Ponce de León) y Gera (José Antonio Toledano), dos estudiantes de
preparatoria privada que se sumergen en esta escena casi clandestina, donde el
punk es más que un género musical: es una actitud ante la vida. De esta forma,
ambos comienzan la búsqueda de sus identidades en una atmósfera caótica en la
que todo está permitido, lo cual pone a prueba su amistad en más de una
ocasión.
Y es que mientras la mayoría de la sociedad mexicana recibía con alegría el
Mundial de Futbol, un grupo de jóvenes quería mostrar su inconformidad con la
autoridad a través de expresiones culturales que no fueron del todo entendidas
en su tiempo: conciertos ilegales de post punk, instalaciones de arte
contemporáneo, performances violentos y representaciones escénicas eróticas y
provocadoras. Un entorno que, si bien ya era bastante popular en ciudades
europeas como Berlín, en México no acababa por cristalizarse.
“A mi me tocó vivir eso en los ochenta. En ese momento coincidieron dos
cosas: crecer en una familia parecida a la que se ve en la película, donde
tuvimos un momento difícil creciendo y, por otro lado, haber coincidido con
este grupo de artistas locos maravillosos en un momento histórico mexicano muy
peculiar. Los ochenta en México sí fueron un momento muy particular donde
coincidimos personas que estábamos buscando una manera de hacer arte, de hacer
música, poesía, qué sé yo, todo esto en un México donde todo estaba prohibido.
Tuvo que suceder todo eso en la más absoluta clandestinidad”, dijo el
realizador en una entrevista con el sitio web del Festival Internacional de
Cine de Morelia. “Comparado con lo ocurrido en España con la famosísima
‘Movida Madrileña’, que tuvo mucho espacio para suceder, nosotros no tuvimos
tanto espacio”, agregó.
Además de ser una radiografía social necesaria para entender los movimientos
contraculturales del México de los ochenta, la película también es una
reflexión sobre la soledad y sobre cómo ésta determina nuestras relaciones
amorosas y sexuales.
Con una estética punk que transita entre la música de Joy Division y la
reconstrucción visual de aquellos hoyos funky oscuros de la capital, Esto no es Berlín es
una invitación a la ruptura. Nico, el punk más rebelde de la historia, tiene
una premisa: “El arte que verdaderamente vale la pena es el que te provoca
y te provoca náuseas”.
“Me di cuenta de que como artista es importante estar buscando ese lugar
de incomodidad, porque al final ahí es donde pasan cosas como ser humano”,
afirma Hari Sama. “La verdad es que, de alguna manera, esta película es
una carta de amor a un grupo de gente que me acogió y me recibió de una manera
que me significó muchísimo en aquel tiempo”.
Esto no es Berlín tuvo
su estreno internacional en el Festival de Cine de Sundance 2019. Obtuvo,
además, el Premio Cinépolis Distribución en Impulso Morelia 4, durante la
edición 16 del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).