La nueva perspectiva de género en la ropa proporciona seguridad, confianza y certeza sin importar quién la use.

En la actualidad el uso de una prenda  ya no define roles de género dentro de la sociedad. En este contexto, el guardarropa se transforma en un instrumento que ayuda a fomentar la individualidad y comodidad con uno mismo, sin ceder ante las normas sociales.  

La industria produce prendas alineadas a la concepción de vestimenta en contornos rectos, líneas angulares y tonalidades primarias para los cortes varoniles, así como siluetas redondeadas, líneas curvas y colores más llamativos para los femeninos. Sin embargo, la división del vestuario entre géneros se difumina cada vez más y como resultado existen conjuntos funcionales y que cualquiera puede adoptar.

Las piezas holgadas, por ejemplo, dejan respirar al cuerpo y junto con los accesorios correctos colaboran para que la esencia personal de cada uno reluzca. El que las prendas se adecuen al estilo de cualquiera, destruye los prejuicios y unifica el estilo para que cualquiera pueda adoptar formas únicas basando su decisión en estilo y comodidad.

Famosas como Emily Ratajkowski, Kourtney Kardashian o Bella Hadid que utilizan la línea de pantalones Dickies en su vida diaria (que por su nicho no es moda, sino workwear), demuestran que, con la suficiente creatividad, se puede reflejar un estilo de confort que conserve su toque característico. 

La marca texana ejemplifica cómo sus productos en tonos neutrales y patrones geométricos simples permiten al usuario compartir su voz y expresar seguridad a través de lo que llevan puesto, sin que en ningún momento carezcan de su naturaleza estética. 

La moda ha dejado atrás sus pretensiones, anteponiendo la comodidad, el estilo y las tendencias que hay en las calles. El streetwear se dirige hacia la versatilidad de las prendas, al dejar las preocupaciones atrás. Por ejemplo, los pantalones 874 cambiaron de una prenda exclusiva para trabajadores a una prenda  de culto, adoptada por amantes de lo urbano.

Los outfits inspirados en vestimenta masculina no son nuevos. Lo innovador es que atrás quedó la idea de que la ropa para mujeres debe ser delicada y exótica. A ellas también les gustan las telas resistentes, los colores clásicos e indumentaria que celebra la diversidad.