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Job, queja en tres voces para ser silencio y nada, habla de la realidad mexicana a partir del mito bíblico

• El texto ganador del Premio Nacional Manuel Herrera de Dramaturgia 2008, escrito por Enrique Olmos de Ita, ofrecerá dos últimas funciones los domingos 12 y 19 de agosto en el Teatro La Capilla.

La desesperación nos hace hablar de nosotros mismos, quejarnos con la esperanza de ser escuchados. Partiendo de esta premisa, Job. Queja en tres voces para ser silencio y nada, obra del dramaturgo Enrique Olmos de Ita, rescata el mito bíblico del Libro de Job, cuyos temas éticos resultan pertinentes y vigentes, vinculándolo con el secuestro en un México actual. Dirigida por Rodolfo Guillén, es la más reciente producción de la compañía Teatro en Exceso y Otras Patologías.

La belleza literaria del libro de Job, originalmente escrito en hebreo y prácticamente todo en verso, contiene varias de las claves para el entendimiento de la compleja relación entre Dios y sus criaturas. La adaptación al contexto de los secuestros, resulta pertinente, especialmente México, porque se encuentra en un momento histórico en el que el Estado ha sido rebasado.

En el Libro de Job, el protagonista, Job, es un rico hacendado que vive con su familia. Un hombre de fe, recto, temeroso de Dios. Job es víctima de una cadena de desdichas que lo dejan sin hijos ni hacienda, enfermo y reducido a una condición miserable. A pesar de todas las desgracias, él confía en Dios y lo bendice. En Job. Queja en tres voces para ser silencio y nada un profesor universitario pierde todas sus partencias en el incendio de su casa unos día antes de navidad. Camino a su trabajo, al tomar una ruta inusual, es secuestrado por error al ser confundo con un empresario. La pareja de secuestradores, uno sin piedad y la otra amable aunque dispuesta a cortar miembros, mientras busca obtener el rescate, discute por el trato que le darán y la vida que desean.

El personaje bíblico, ese que soporta todo tipo de penalidades siendo fiel a su fe en Dios, en una ciudad cualquiera, es ahora privado violentamente de su libertad, sujeto a las fuerzas de la violencia y la impunidad que existen en nuestro país.

El diseño espacial a cargo del propio director, se conforma de un escritorio/mesa y diversos objetos para mostrar al espectador una historia contada desde tres perspectivas, a partir de un mismo fenómeno: el secuestro. Apoyada por la iluminación de Tenzing Ortega, un adecuado vestuario a cargo de Libertad Mardel y las actuaciones de Gabriel Fragoso, Israel Ríos y Fabiola Delgado, la propuesta de dirección apuesta por metaforizar la violencia que comúnmente se esperaría para acentuar el tipo de relación entre los personajes bíblicos.

Para Guillén, la puesta en escena “no es una obra sencilla, desde el tema y la exploración del lenguaje.” Además, Job. Queja en tres voces para ser silencio y nada, al igual que el propósito de la compañía Teatro en exceso y otras patologías, no da respuestas. Revive un mito que al asociarlo con un acontecimiento contemporáneo, lo hace vigente. Pone sobre la mesa temas éticos para invitar al público a mirar de otra manera. Reflexionar sobre la moral, la ética, la queja, la esperanza, el sufrimiento, la violencia, las relaciones humanas. Cuestionar nuestras propias creencias y formas de actuar.

Esta puesta en escena ofrecerá dos últimas funciones los domingos 12 y 19 de agosto a las 18:00 hrs. en el Teatro La Capilla.

Job
Queja en tres voces para ser silencio y nada.
Compañía: Teatro en exceso y otras patologías
De Enrique Olmos de Ita
Dirección: Rodolfo Guillén
Con: Fabiola Delgado, Israel Ríos y Gabriel Fragoso
Público: Adolescentes y adultos
Domingos 12 y 19 de agosto, 18:00hrs
$120 general y $80 estudiantes, maestros e INAPAM.

Job, un profesor universitario, tras perder su departamento en un incendio, camino a su trabajo –en una camioneta de lujo comprada a plazos- es confundido con un empresario y secuestrado por error. La pareja de secuestradores, uno sin piedad y la otra amable aunque dispuesta a cortar miembros, mientras busca obtener el rescate, discute por el trato que le darán y la vida que desean.

El personaje bíblico, ese que soporta todo tipo de penalidades siendo fiel a su fe en Dios, en una ciudad cualquiera, es ahora privado violentamente de su libertad, sujeto a las fuerzas de la violencia y la impunidad que existen en nuestro país. Como en el mito bíblico, es la queja de una esperanza insatisfecha. Una obra sobre el secuestro y el dolor humano. La poesía del dolor humano y del horror.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar