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Notas de producción X Men: Apocalipsis

Después de su aclamado trabajo en X-MEN: DAYS OF FUTURE PAST (X-Men: Días del futuro pasado), el director Bryan Singer lleva la franquicia a nuevas alturas con X-MEN: APOCALIPSIS, en la que los X-Men luchan contra el primer y más poderoso mutante —Apocalipsis. En 1983, el invencible e inmortal Apocalipsis es liberado después de haber estado sepultado durante varios milenios. Furioso porque los de su especie ya no son tratados como dioses, Apocalipsis reúne a un equipo de mutantes poderosos, incluyendo a un desalentado Magneto, para destruir la raza humana y crear un nuevo orden mundial, gobernado por él. Para acabar con el sendero de destrucción global de Apocalipsis, Raven (Jennifer Lawrence) y el Profesor X (James McAvoy) se dan a la tarea de liderar un equipo de X-Men jóvenes en un enfrentamiento épico contra un enemigo que en apariencia es invencible.

APOCALIPSIS AHORA…Y DESPUÉS

El aclamado exitazo taquillero X-MEN: DAYS OF FUTURE PAST fue una película difícil de emular. Además, el objetivo de los realizadores no sólo fue estar a la altura de ese filme, sino también rebasarlo. “Nos enfrentamos ante un auténtico reto al momento de crear una historia que superara DOFP en cuanto a escala y riesgos”, indica el escritor-productor Simon Kinberg, quien desempeñó ambos puestos en ese filme.
Un logro creativo se presentó cuando decidieron que el nuevo antagonista del filme fuera el villano mutante más poderoso de todo el universo de los X-Men. “Apocalipsis representa una amenaza cósmica y ese sentido de escala nos llamó la atención a Bryan Singer y a mí”, añade Kinberg.
Desde luego, el que Singer le haya dado la bienvenida al personaje fue fundamental. Reinventó el género de las tiras cómicas como lo hemos llegado a conocer con el debut de la exitosa X-MEN en el 2000, seguida del exitazo taquillero X2 en el 2003. Con aquellos filmes, y después años más tarde con X-MEN: DAYS OF FUTUREP PAST, Singer fusionó de manera imperceptible el drama, la ciencia ficción y la acción/aventuras; todo ello impulsado por los personajes.
[CITAS DE SINGER ACERCA DE APOCALIPSIS]
“Bryan rompió los anales para traer de vuelta a este increíble mutante de un punto muy distante de la historia”, comenta el productor Hutch Parker. En realidad, mucho antes de que el mundo estuviera consciente de la presencia de mutantes, Apocalipsis gobernaba como un dios. De hecho, “él no se considera a sí mismo un dios, se considera el dios”, comenta Kinberg. “Para un villano, esa idea es muy poderosa. No es una lucha de la humanidad contra los mutantes, como hemos visto en otros filmes; es un mundo que Apocalipsis ha imaginado, donde sólo los fuertes sobreviven”.
“Es una amenaza diferente a cualquier cosa que los X-Men hayan conocido”, añade Parker. “Apocalipsis es, además de antiguo, sobrenatural”.
Dada la visión que Apocalipsis tiene de la destrucción mundial, no sorprende que esta sea la película más ambiciosa de los X-Men desde un punto de vista visual. “No sólo estamos viajando por todo el mundo, sino que también estamos hablando del potencial fin del mundo, y quizás del fin del universo”, añade el director de fotografía Newton Thomas Sigel, quien colaboró previamente con Singer en DOFP, X2 y X-MEN, entre otros filmes. Oscar Isaac, quien interpreta a la influyente figura, añade: “El escenario está puesto para una guerra épica entre mutantes y un mega-mutante. ¡La batalla entre los X-Men y Apocalipsis es descabellada!”.
Los cinéfilos obtuvieron un primer vistazo de Apocalipsis en una secuencia después de los créditos finales en DOFP, donde una versión más joven del mutante fue vista construyendo pirámides, de manera telepática, mientras sus subordinados lo observan.
En este filme, después de despertar en El Cairo en 1983 de una hibernación que duró varios milenios, Apocalipsis está impactado y disgustado por el declive de nuestro planeta —los coches, el ruido, la contaminación; todos signos de un mundo fallido que debe ser limpiado. “Es una época de conflicto, guerra y destrucción”, indica Singer. “Apocalipsis ve a esta civilización como una que necesita de manera desesperada una matanza selectiva”.
Su misión: exterminar a los débiles y reconstruirla para los fuertes.
El letargo de cinco mil años de Apocalipsis comenzó cuando la civilización estaba en su cima; su sueño termina cuando está quizás en su punto más bajo. Al haber crecido en la década de los ochenta, Kinberg distinguió cómo quedó marcada por el exceso, como se podía apreciar en los peinados, la moda y los automóviles. “En 1983, Apocalipsis se levanta de la perfección de una cultura antigua egipcia para encontrarse con una cultura sobrepoblada, contaminada y amenazada por una guerra nuclear”, comenta. “Así que su motivación es entendible, aunque sus métodos y objetivos son extremos”.
Oscar Isaac, quien aceptó interpretar a Apocalipsis después de su papel estelar como el heroico piloto Poe Dameron en STAR WARS: THE FORCE AWAKENS (Star Wars: El despertar de la fuerza), se refiere al personaje como nada menos que “la fuerza creativa/destructiva de este planeta. Cuando las cosas parecen que ya no están evolucionando —como sucedió en la década de los ’80— destruye esas civilizaciones”.
El papel requería una yuxtaposición de crueldad y violencia con un tipo singular de humanidad. Es un balance delicado que Isaac interpreta con una habilidad consumada. “Oscar tiene todos los colores distintos que poseen los grandes actores”, comenta Kinberg. Parker añade: “Oscar tiene tal autenticidad e integridad dramática que en realidad es uno de los pilares del filme —interpretar el personaje sobre el cual todo gira”.

RAVEN, CHARLES Y ERIK: ESPERANZA, DESESPERACIÓN Y ARMAGEDÓN
El mundo de 1983 también ha sufrido trastornos en el trato hacia los mutantes. La siguiente etapa de la evolución humana ahora es aceptada por la mayoría de la humanidad —pero no toda— gracias al heroísmo de Raven/Mystique, quien evitó el asesinato del presidente de los EE UU y una guerra entre mutantes y humanos (como se pudo apreciar en X-MEN: DAYS OF FUTURE PAST).
Raven, una mutante de piel azul que es capaz de cambiar de forma, está en búsqueda de su propósito real, así como de la escurridiza auto-aceptación. En los años que le precedieron a X-MEN: APOCALIPSIS, había intentado ocultarse del mundo, evitando su fama como el nuevo rostro de la esperanza y el cambio para un mundo naciente, integrado por mutantes. Se resiste a cargar con el peso de esa etiqueta, y siente que gran parte de su pasado no le garantiza la percepción que el mundo tiene de ella como heroína.
Ahora, Raven está viviendo bajo su propio código y trabaja de manera independiente como una salvadora mutante clandestina, que le ha llevado a luchar contra los casos restantes de explotación mutante por parte de los humanos y salvar a aquellos que todavía son perseguidos.
“El personaje es más ‘Raven’ que ‘Mystique’ en esta historia, porque no puede ser su auténtico yo mutante en un mundo en el que todavía siente que no es tan amigable con los mutantes como aparenta”, comenta la ganadora del Oscar Jennifer Lawrence, quien interpretó por primera vez el papel en X-MEN: FIRST CLASS y después lo repitió en DAYS OF FUTURE PAST. “Esa es la razón por la cual ha sido Raven desde los eventos en los filmes previos, para que nadie sepa que ella es ese mutante. Cuando la conocemos en esta película ha llevado una vida encubierta como Raven”.
La misión de Raven de ayudar a mutantes donde pueda culmina en su rol como líder de los X-Men en una batalla masiva contra Apocalipsis. Pero primero se reúne con dos hombres muy cercanos a ella, y con quienes comparte una historia compleja y evolutiva: Charles Xavier (también conocido como Profesor X) y Erik Lensherr (Magneto). Raven y Charles tienen una larga historia juntos y formaron parte del equipo original de los X-Men. En los años subsiguientes se distanciaron, separados tanto por la distancia como por sus filosofías de vida.
Cuando conocemos a Charles en X-MEN: APOCALIPSIS, lo vemos de nueva cuenta dedicado a construir su escuela para niños dotados; un refugio seguro para mutantes que están aprendiendo a controlar sus poderes.
Dentro del contexto del universo de Marvel, Kinberg ve la escuela de Xavier como una idea radical. “Es un tipo que toma a un grupo de chicos, los entrena en una ‘Sala de peligro’ en su sótano, con disfraces, y va alrededor del mundo impidiendo el mal y la injusticia. En vez de alejarnos de esa idea, queríamos explorar y aceptar cuán radical son los X-Men”, explica.
El mayor don de Xavier, un telépata poderoso, dice James McAvoy, quien repite el papel, es “su empatía y habilidad para enseñar. Los eventos del último filme lo dejaron esperanzado y con una mayor responsabilidad”.
El optimismo y esperanza de Xavier en 1983 representa un giro de 180 grados a la figura fracturada de DAYS OF FUTURE PAST. “Está rodeado de estudiantes jóvenes y brillantes, y ahora es capaz de ver más allá del prejuicio, miedo y odio que persisten en el mundo”, comenta McAvoy. Pero su línea de pensamiento sufre otra evolución después de que Apocalipsis comienza su reinado de terror y destrucción. “Los peores miedos de Xavier comienzan a surgir y tiene que madurar ante las realidades de un mundo en manos de un mutante malvado”, añade McAvoy. “En ciertas maneras, tiene que volverse más militante —y más como Magneto”.
McAvoy se refiere, desde luego, al amigo más cercano y rival más feroz de Xavier, quien cuando nos reencontramos con él en X-MEN: APOCALIPSIS está viviendo en paz finalmente. Al haber fallado en su intento por asesinar al presidente de los EE UU al final de DAYS OF FUTURE PAST, Magneto ha desparecido, por lo que su silencio y ausencia han beneficiado el progreso de la integración mutante en la sociedad.
Poco más de una década después, “ya ha dejado atrás su capa y sus malos modos”, dice el actor nominado recientemente al Oscar Michael Fassbender, quien de nueva cuenta interpreta el papel del poderoso mutante. Magneto lleva una vida tranquila en un pequeño pueblo de Polonia. Tiene una esposa y una hija pequeña, así como un trabajo en una acerera local. Pero cuando un enfrentamiento con autoridades locales termina de manera trágica, la vida pacífica de Magneto queda devastada y su corazón roto.
“Magneto ha elegido emular la vida de sus padres, viviendo y trabajando en su tierra natal, Polonia”, comenta Singer. “Pero todo sale terriblemente mal, y queda desolado, por lo que toma un vuelco apocalíptico”.

“DESTRUYE”
Una vez más impulsado por la furia y la venganza, Magneto se vuelve vulnerable ante el ofrecimiento de Apocalipsis para que pase a ser uno de sus recién formados Cuatro Jinetes. Inspirado en la visión bíblica de los Cuatro Jinetes, quienes liberan un apocalipsis divino sobre el mundo, estos Cuatro Jinetes de Apocalipsis son mutantes subordinados que, dice Fassbender, “están viviendo al margen y han sido excluidos o intimidados”.
Los Cuatro Jinetes de Apocalipsis, alrededor de 1983, son: Magneto, Psylocke, Ángel y Storm. Psylocke, interpretada por Olivia Munn, es una telépata poderosa, además de ser una asesina ninja calificada. La conocemos cuando es guardaespaldas de Caliban, un mutante rastreador clandestino. Apocalipsis percibe el poder de Psylocke y la convence para que se una a su causa. “Es un personaje fascinante”, comenta Munn. “A diferencia de sus compañeros mutantes, que matan sólo cuando deben, Psylocke siempre ha disfrutado matar, o, de menos, no tiene problema alguno al momento de hacerlo”.
Munn, quien es aficionada al personaje del cómic, dice que Psylocke siempre ha tenido líneas narrativas sustanciales —“es una peleadora dotada, además de ser fuerte y feroz. Es un personaje intenso que representa el auténtico poder femenino”.
Storm (cuyo nombre de pila es Ororo Monroe) es una huérfana que fue criada como ladrona en las calles de El Cairo. Interpretada por Alexandra Shipp, Storm posee la habilidad de controlar todos los aspectos del clima. Storm también puede volar, gracias a su habilidad para controlar corrientes de viento. Si bien se convertirá en uno de los líderes más valiosos de los X-Men, la Storm que conocemos en esta película está luchando contra su persona, antes de que Apocalipsis la convenza para que se una a su equipo.
“Esta Storm es más imprudente y visceral que la Storm adulta que conocimos en los filmes previos de los X-Men, que protagonizaba Halle Berry”, comenta Shipp. “Está confundida con respecto a quién quiere ser, y su falta de oportunidad la lleva a unirse a Apocalipsis como uno de sus jinetes modernos”.
El Cuarto Jinete es Ángel, cuya mutación le da grandes alas y la habilidad de volar. La agilidad, fuerza y reflejos de Ángel lo hace un combatiente mano a mano letal.
En X-MEN: APOCALIPSIS, después de sufrir daños severos en sus alas, Ángel es como un roquero punk enojado. Es borracho, está mugroso y desaliñado, y sobrevive gracias a su instinto puro. Lo conocemos cuando es campeón reinante de las jaulas de pelea clandestinas al este de Berlín. Ángel es abordado por Apocalipsis, quien le da la oportunidad de canalizar su ira y pasar a formar parte de sus jinetes. El súper mutante encuentra un acólito entusiasta en Ángel, quien está buscando una razón para vivir, en vez de sólo una razón para matar. A cambio de su lealtad, Apocalipsis repara las alas de Ángel al transformarlas en un metal tecno-orgánico, lo que le permite disparar proyectiles afilados mortales desde sus ahora alas indestructibles.
Ben Hardy, quien vuela por los cielos en el papel de Ángel, sabía que el personaje era uno de los más esperados por los aficionados, y trabajó de manera ardua para darle vida. Esto incluyó un régimen de entrenamiento que estuvo a la altura de los que Hugh Jackman tuvo que hacer para lograr sus apariencias como Wolverine. Hardy entrenó seis días a la semana y estuvo bajo una dieta estricta, “para verse lo más súper humano posible”, comenta. Para las escenas de vuelo, Hardy entrenó y ejecutó muchas acrobacias complicadas con cables, que con frecuencia resultaron ser una experiencia vertiginosa. “Digo, estar nueve metros en el aire y bajar en picada fue como estar en una montaña rusa todo el día”, comenta Hardy.

“DEFENDER”
Mientras Apocalipsis está conjuntando a sus jinetes, Charles está enseñando y entrenando a sus estudiantes X-Men jóvenes. Cuando la devastación llega a casa, los chicos y chicas deberán madurar rápidamente; como Raven les dice, “Ya no son estudiantes; ya son X-Men”.
Muchos de esos personajes les serán familiares a las audiencias, pero en el filme los conocemos en encarnaciones más jóvenes con respecto a las figuras icónicas de los filmes originales de X-Men.
Jean Grey (Sophie Turner) tiene tanto el poder de la telepatía como el de la telequinesis. Pero, de adolescente, los poderes de Jean están fuera de control y deberá dominarlos para su propia seguridad y para la de sus compañeros estudiantes en la escuela de Charles, quien la pondrá bajo su protección —como lo hizo en gran medida con Raven (en X-MEN: FIRST CLASS)— cuando reconoce el ilimitado potencial de Jean. McAvoy dice que Charles y Jean comparten un vínculo poderoso porque “él sabe cuán difícil es activar y desactivar el poder”.
Incluso bajo la tutela de Charles, la adaptación de Jean a la escuela y a sus compañeros mutantes no resulta ser fácil. “Jean se siente alienada”, comenta Turner. “Está en la escuela para mutantes, pero no puede controlar a cabalidad sus poderes y los otros estudiantes o le tienen miedo o piensan que es un bicho raro”.
Las cosas comienzan a cambiar cuando Jean conoce a su compañero estudiante Scott Summers, interpretado por Tye Sheridan, con quien comienza a forjar una relación, que la lleva prosperar. Es una dinámica, comenta Kinberg, que es el “origen de su historia de amor”.
Pero primero, Scott (también conocido como Cíclope) deberá aceptar el poder que le permite lanzar descargas ópticas poderosas, que sólo pueden ser contenidas si utiliza unos lentes de cuarzo escarlata hechos a la medida. Si bien los aficionados saben que Scott está destinado a convertirse en líder de los X-Men, es una persona muy distinta cuando manifiesta sus poderes en 1983. Delgado, torpe y lleno de ansiedad juvenil, Scott también le guarda resentimiento a su hermano mayor Alex (Lucas Till), también conocido como Havok, a quien conocimos en X-MEN: FIRST CLASS.
Scott, al igual que muchos de sus correligionarios mutantes, siente al principio que no embona. “Tiene un sentido del humor agudo”, comenta Tye Sheridan, pero señala que Jean hace que cambie rápidamente su actitud hosca. “Scott y Jean tienen este primer encuentro torpe, un poco provocador e insinuante, que es la base de lo que más adelante se convierte en una relación muy importante”.
Es Hank McCoy/Bestia quien diseña un visor apropiado de combate para Scott, que le permite controlar la fuerza de sus estallidos ópticos. Es un día laboral típico para Hank, un genio intelectual quien, en su papel de Bestia, posee una fiereza inusual, así como una fuerza, velocidad y agilidad superiores.
Hank también pasó los últimos diez años ayudando a reconstruir e inaugurar la Escuela para Dotados de Xavier. Nicholas Hoult, quien de nueva cuenta interpreta el papel que personificó en X-MEN: FIRST CLASS, comenta: “Hank continúa construyendo aparatos y artilugios, mejorando Cerebro, y creando un jet supersónico resistente a explosiones. Disfruta ser maestro y tener a mutantes jóvenes a su alrededor”.
Esos mutantes jóvenes incluyen a Peter Maximoff/Quicksilver, quien está dotado con una velocidad extrema. Él fue uno de los personajes revelación de DAYS OF FUTURE PAST, gracias a la secuencia sensacional y visualmente impresionante en la que Quicksilver corre a lo largo de las paredes de la cocina del Pentágono, paralelo al piso, como parte de un esfuerzo exitoso para liberar a Magneto de una prisión que en apariencia es impenetrable.
Las audiencias nunca antes habían experimentado algo así en el cine. Pero una escena que se centra en Quicksilver en X-MEN: APOCALIPSIS la supera. “Lo divertido de montar esa escena fue proyectar la filosofía de Quicksilver, que es que puede moverse tan rápido que podría hacer todo un día de actividades en tan sólo un abrir y cerrar de ojos”, comenta el supervisor de efectos visuales John Dykstra. Evan Peters, quien repite su papel de DAYS OF FUTURE PAST, comenta: “El tiempo de Quicksilver existe bajo su propio conjunto de leyes. Se mueve tan rápido que el tiempo parece detenerse, pero es agotador para él”. La nueva secuencia requirió del uso de varias cámaras, tales como la Phantom y la Red, y rodar a varias velocidades, en ocasiones hasta a 3200 cuadros por segundo. Fotos fijas también fueron integradas en la composición final.
La acción híper cinética complementa la ampliación de la semblanza del personaje en esta nueva historia. Pero algunas cosas nunca cambian: los mutantes han estado viviendo de manera expuesta entre los humanos durante una década, pero Quicksilver todavía vive en el sótano de su madre. “Está un poco deprimido”, comenta Peters. “El cuarto de Peter está ahora un poco más limpio, pero se encuentra en una misión para encontrar a alguien con quien crea poder tener una conexión especial”.
Otro recién llegado a la escuela de Xavier es Kurt Wagner/Nightcrawler, cuya apariencia demoniaca, piel azul, ojos amarillos y cola larga y punzante, lo hicieron un marginado mucho antes de que hayan emergido sus poderes mutantes, que incluyen agilidad y tele-transportación sobrehumanas (y el sonido que lo acompaña: “BAMF!”). Nightcrawler es presentado como una figura tímida, emocional e ingenua, quien también es excepcionalmente sabio —algo así como un profeta silente.
Kodi Smit-McPhee (“Rise of the Planet of the Apes”) interpreta al personaje, que el actor joven cree resonará entre las audiencias. “En esencia, Kurt es convencional, alegre, intrépido, alegre, así como fiel y vulnerable”, explica.
Nueva para el universo cinematográfico de los X-Men es Jubilation Lee/Jubilee, interpretada por Lana Condor. Jubilee tiene la habilidad de disparar descargas de energía pirotécnica de sus manos. Es conocida por su largo abrigo amarillo, así como por su personalidad de niña bien que se la pasa en centros comerciales. Jubilee tiene 18 años y todavía está intentando crecer y divertirse, pasando la mayoría de su tiempo con Jean, Scott y Nightcrawler. Condor indica que el personaje “encaja de manera perfecta en el periodo de la década de los ochenta donde se desarrolla la historia. Tiene una vibra divertida y pop, y, al igual que mucha gente de su edad —mutante o no— disfruta los videojuegos”.
En su misión para detener a Apocalipsis, se les une a los X-Men Moira McTaggert, una agente de la CIA. Moira fue el antiguo interés amoroso de Charles, quien borró su memoria del tiempo que pasaron juntos en 1962, justo en el ápice del miedo y desconfianza que la humanidad sentía por los mutantes, para poder protegerla de los ataques de grupos anti-mutantes.
Rose Byrne, quien repite su papel de X-MEN: FIRST CLASS, indica que a pesar de la pérdida de memoria de Moira, su conexión con sus amigos mutantes sigue siendo fuerte. “Moira es, en cierto modo, una marginada”, comenta Byrne. “Es una gran simpatizante y defensora de los mutantes, pero la batalla contra Apocalipsis es su prioridad”. No obstante, ofrece una pista tentadora de un vínculo renovado con Charles. “Le da a Moira el regalo más grande…”, es todo lo que Byrne dirá.
También regresa otro agente encubierto humano, que es el polo opuesto de Moira en cuanto a que su perspectiva es anti-mutante. William Stryker es un especialista de operaciones y científico militar proclive a destruir mutantes. Irá a cualquier extremo para prevenir lo que él ve como una amenaza existencial de los mutantes hacia la raza humana. Visto por última vez en DAYS OF FUTURE PAST, alrededor de 1973, Stryker continúa su misión para librar al mundo de mutantes. Josh Helman, quien vuelve a interpretar el papel, comenta: “Stryker está haciendo lo que cree necesario para salvar a su país, pero cuenta con tal creencia inflexible en el trabajo que está haciendo, que no puede ver el precio que eso puede traer consigo”.

EL MUNDO DE APOCALIPSIS
La fotografía principal de X-MEN: APOCALIPSIS comenzó el 20 de abril de 2015 en Montreal, Quebec, Canadá. La producción se estableció en Mel’s Cité du Cinema (a los que se les denomina por lo común como Mel’s), unos foros de poco más de once hectáreas en el Île de Montreal, que miran por lo alto al río St. Lawrence. Compuesto por siete foros que abarcan un total de 10,800m², la producción se transformó y mutó cada metro cuadrado para satisfacer los gigantescos requisitos. Además, el equipo ocupó numerosas locaciones alrededor de la ciudad, incluyendo varios sitios industriales, un teatro en ruinas, un antiguo centro comercial y una cabaña en el bosque.
Newton Thomas Sigel apreció la oportunidad de explorar nuevos mundos visuales, tales como el Antiguo Egipto, el Egipto moderno, Polonia, Alemania del Este y los Estados Unidos en 1983. Delineó cada ambiente de diversas maneras, especialmente en cuanto al color. El Medio Oriente debía tener un tono áureo, arenoso, donde la atmósfera estuviera teñida de dorado, para que inspirara calor, arena y sequedad.
Rodar en Quebec a finales de un invierno canadiense crudo representó un reto obvio. Para los interiores del Antiguo Egipto, Sigel comenta, “Hicimos que el sol siempre se filtrara a la pirámide y lo mezclábamos con flamas, fuego y el tipo de iluminación con querosén que hubieran utilizado hace 4,000 años. Milenios después, El Cairo es un bufet de color y luz, con todo tipo de luz artificial y fluorescente, así como el sol curtido que creamos para Egipto”, comenta Sigel.
El diseñador de producción ganador del Premio de la Academia Grant Major (la trilogía de LORD OF THE RINGS), junto con su talentoso departamento de arte liderado por el supervisor de dirección de arte Michèle Laliberté (X-MEN: DAYS OF FUTURE PAST) y la decoradora de sets nominada al Oscar Anne Kuljian (DIVERGENT) tuvieron la intimidante tarea de supervisar el diseño, creación y construcción de los casi sesenta sets que se tuvieron que construir para el filme, así como del diseño y dirección de arte de las numerosas locaciones de la película que se encontraban en y alrededor de la metrópolis de Montreal.
El principal reto de Major fue recrear el Antiguo Egipto y el moderno. Después, serle fiel a la pródiga tradición de diseño de las tiras cómicas de X-Men y sus filmes previos. Fue una cuestión de “hacerle justicia a los diseñadores que me precedieron”, comenta Major, “así como a los diseños icónicos y establecidos de la Mansión X y Cerebro, que tenían una apariencia muy refinada”.
Para el templo egipcio, el equipo de diseño trajo a un egiptólogo para ayudar con la investigación. Major tenía una lista de preguntas extensa, que incluían qué dios estaba relacionado a cada uno de los jinetes, cómo tenía que representarlos y qué animales eran afines a sus poderes. El egiptólogo les trajo jeroglíficos, frases que reflejaban la historia y elementos para decorar el templo. El set del templo también incluía cuatro estatuas gigantes. Todos los jeroglíficos fueron dibujados a mano en un formato más pequeño, y trazados. Después fueron trozados con una máquina cortadora de metal “como una línea para dibujar en los tablones de poliestireno extruido, para que nuestros escultores tuvieran un punto de referencia”, explica Major. “Teníamos un equipo grande, todos trabajando en paneles de poliestireno durante meses, tallando y enluciendo antes de pasarle la estafeta a los pintores. Fue muy bueno el que hayamos empezado con bastante tiempo de anticipación”.
Con la Mansión-X, Major heredó la obra del diseñador de producción John Myhre, quien la construyó tanto para la película original de X-MEN como para DAYS OF FUTURE PAST. Singer quería una mansión incluso más grande, así que Major le agregó una biblioteca de dos pisos, una “sala de estar estudiantil”, recámaras, baños y varias piezas de vestíbulos contiguos. El set fue transformado en diferentes pisos, y utilizaron dos foros completos en Mel’s Studios, donde una pared que separaba a ambos tuvo que ser removida para dar cabida a la mansión más grande. Hasta la fecha, este ha sido el set de la mansión más grande que se ha hecho, construido bajo un estilo arquitectónico que Myhre había establecido. Por primera vez, la audiencia verá toda la casa “360° —arriba, abajo, lados y atrás”, comenta Major, “y después hacemos que todo estalle”.
Los terrenos alrededor de la mansión fueron plantados con cientos de árboles, arbustos, flores y poda ornamental. Además de los sets principales de la mansión, varios sets satelitales fueron construidos para la escena de extracción de Quicksilver, incluyendo el baño, un par de recámaras, la biblioteca y un balcón exterior. Cerebro también sufrió una actualización para la década de los ochenta.
Una de las escenas clave, que presenta a los mutantes Cíclope, Jean Grey, Nightcrawler y Jubilee, se lleva a cabo en un centro comercial que ofreció un sinfín de detalles de la época. Major y su equipo encontraron la locación perfecta; un centro comercial genuino a las afueras de Montreal, que no había sido renovado desde la década de los ’80. Afortunadamente, el dueño de la propiedad y los comerciantes estaban dispuestos a permitir que la producción transformara sus espacios de venta. El equipo de Major vació las tiendas, trajo la utilería y productos, y renovaron en su totalidad el espacio para que se viera como un centro comercial de la adolescencia de Singer. El equipo había investigado las firmas comerciales populares y los locales en centros comerciales estadounidenses de la época y obtuvieron el permiso para usar sus marcas y logotipos, y, así, recrear tiendas como Contempo Casuals. Resucitaron un local de videojuegos y encontraron maquinitas del periodo. El local de videojuegos nació de nuevo bajo el nombre ‘Space Port’, que así era como se llamaba el local de videojuegos donde Singer jugó de adolescente.
La cabaña y acerera polaca donde Magneto vive y trabaja fueron locaciones rurales idílicas, que encontraron justo a las afueras de Montreal. La fundidora, además de tener el tamaño correcto, estaba fabricando artículos de hierro fundido, justo como lo prescribía el guión. El diseño de la cabaña requería de motivos florales y, afortunadamente, la temporada ofreció todo el decorado del set que la producción pudo haber pedido. “La casa se veía simplemente hermosa bajo el clima de principios de primavera, con una cierta cantidad de color, y la fundidora contaba con cierta granulosidad”, comenta Major. Los colores tenues de las secuencias de Europa del Este ya existían en la locación de la fábrica.

DISEÑO DE PERSONAJES

El reto al momento de diseñar los efectos de maquillaje especial para Apocalipsis fue evitar ocultar a Oscar Isaac. Al principio, su transformación les tomó tres horas y media, pero con cierta práctica el equipo fue capaz de reducir el proceso a una hora y media.
Los efectos de maquillaje del personaje incluían una pieza para su frente, una pieza para su nariz y mejillas, otra para su mandíbula y mentón, una para su cabeza y cuello, e incluso un casco. “La única parte del cuerpo de Isaac que no fue cubierta fueron los globos oculares”, bromea el diseñador de maquillaje especial Brian Sipe. “Con un tocado y una pieza en su cuello, así como un disfraz que constaba de veinte partes, todo el proceso fue ‘como un rompecabezas gigante’”, añade. Una de las características prominentes en el diseño de Apocalipsis son las ‘rastas’ de aspecto metálico. El reto fue hacer que el traje se “viera heroico en el cuerpo de un hombre normal, y, a su vez, que le permitiera al actor conservar su movilidad y comodidad”, comenta Sipe. También tuvieron que mantener a Isaac fresco en un clima de verano caliente y húmedo de Montreal. “Utilizamos un sistema llamado ‘Cool Shirt’”, continúa Sipe. “Es un sistema de enfriamiento similar al que usan los pilotos de carreras de automóviles; Oscar fue sumergido en agua helada cada vez que no estaba rodando para conservar una temperatura agradable”.
Adrien Morot (X-MEN: DAYS OF FUTURE PAST), jefe del departamento de efectos especiales de maquillaje, y su equipo, trabajaron en Nightcrawler y los cuatro Jinetes Antiguos del Apocalipsis. Para el Jinete de la Muerte crearon una apariencia inspirada en el desierto y las pirámides —una apariencia casi momificada, seca y craquelada. La piel se veía como un pergamino viejo. “La mitad de la cara, manos y cuerpo de la Muerte era como el cauce de un río seco”, explica Morot. “El Jinete de la Pestilencia se parecía a una criatura acuática en tonos azulados con cicatrices queloides en el rostro y unos ojos grisáceos magníficos. Toda su cabeza era una prótesis, así que las cicatrices fueron integradas. “La Pestilencia era un personaje muy intimidante, pero bello; un personaje reconfortante de ver, aunque te fuera a matar de inmediato”, comenta Morot entre risas.
En las tiras cómicas, Nightcrawler es delgado, con rasgos casi felinos: sus orejas tienen una inclinación hacia arriba que evocan a las de un lince, y sus ojos son parecidos a los de una pantera. Para conservar la autenticidad de la década de los ’80, así como al Nightcrawler que Alan Cumming interpretó en X2, Morot hizo un molde de la cabeza del actor Kodi Smit-McPhee para producir elementos prostéticos. Un molde corporal fue requerido para construir la cola de Smit-McPhee. Morot trabajó con MAC Makeup para formular una “receta” especial de bases matte y duraderas con los colores que se necesitaban para crear la apariencia de Nightcrawler.
El equipo de Morot también diseñó la cola movible y cinética, con lo que dice es un “armazón interno que tiene tensión”. Cada vez que el actor se mueve, la cola se mueve por sí sola. Morot estaba sorprendido con la cantidad de movimiento natural que fue capaz de conseguir sin incorporar un aparato mecánico. Ya para el final del rodaje, el tiempo para preparar a Smit-McPhee se redujo a alrededor de una hora y cuarenta y cinco minutos, incluyendo la aplicación de las prótesis, el maquillaje, dientes, ojos, armadura corporal que soporta la cola, pies y manos. “El reto más grande fue hacer que Nightcrawler se viera real, y repetirlo de igual manera cada vez que se paraba en el set”, comenta Morot, “y, desde luego, satisfacer las ideas de los aficionados de cómo debería de verse el personaje”.
La diseñadora de vestuario Louise Mingenbach hizo uso de los recursos e inventarios de numerosos negocios de renta de disfraces en los EE UU y Montreal, y buscó en tiendas de antigüedades a lo largo de Norteamérica, para encontrar miles de artículos de guardarropa que se necesitaban para vestir a los intérpretes en atuendos de la década de los ’80, provenientes de El Cairo, Alemania del Este y los Estados Unidos. Estima que la producción recabó casi 100,000 piezas de guardarropa para el final del rodaje, y vistió entre 2,000 y 3,000 personas.
Para Mingenbach, la parte más estimulante del proceso fue la lluvia de ideas que compartió con Singer, con quien ha colaborado en siete ocasiones. “No había restricciones, y es ahí donde éramos más creativos”, comenta.
Mingenbach también hace mención especial a una escena de procesión que se lleva a cabo en el Antiguo Egipto, en la que “había nubios cargando abanicos, botes cargueros, los cuatro Jinetes —y dos iteraciones de Apocalipsis”, explica. Esos días, había 30 modistas en el set, trabajando desde las cuatro de la mañana para hacer que todos estuvieran listos para la cámara.
El guardarropa de Apocalipsis fue uno de los más difíciles y detallados en producir. Una vez que Oscar Isaac obtuvo el papel, todas las ilustraciones fueron fabricadas a partir de su cuerpo, tomando en cuenta detalles como sus mejillas y la longitud de su cuello. Durante la preproducción, el equipo pasó meses probando telas, colores y texturas. “Todas las telas que Oscar utilizó fueron creadas especialmente para el personaje”, comenta Mingenbach. “Teníamos como cuatro meses para concebir y producir un atuendo, y apenas y fue tiempo suficiente”. Les tomó dos y en ocasiones hasta tres modistas para ayudar al actor a ponerse y quitarse el vestuario; un proceso que podía tomarles hasta 30 minutos.
El diseño del vestuario de Apocalipsis dio parte para aquellos de los superhéroes modernos. Mingenbach quería que los personajes fueran vistos como una agrupación —“guerreros que están relacionados”, comenta. Su equipo había diseñado las alas de Ángel, que fueron aprobadas por Singer, pero nunca fueron construidas porque eran muy engorrosas para ser prácticas en el set. Así que esa tarea se le asignó al departamento de efectos visuales. El atuendo de Ben Hardy fue hecho de telas más flexibles y delicadas con respecto a muchos de los otros, para hacer que el movimiento fuera superior para sus secuencias de vuelo.
Singer siempre ha insistido en dibujar cuanta referencia sea posible de las tiras cómicas. Para Storm, Mingenbach se inspiró en algunos de los atuendos de Storm de las historietas, específicamente sus líneas, colores y referencias al Antiguo Egipto, así como al jinete antiguo y moderno. Existe una correlación visual sólida entre el Antiguo Egipto y los atuendos de 1983.
El guardarropa de Psylocke, interpretada por Olivia Munn, salió directo de la historieta. “Cuando se trata de su apariencia fue muy importante para mí hacerle justicia a los aficionados”, comenta Munn, “porque yo soy una aficionada”. La dificultad fue hacer que el atuendo funcionara para sus exigentes secuencias de acción. “Prácticamente no está usando nada”, comenta Mingenbach. Una persona del equipo del departamento de acrobacias ayudó a hacer un arnés muy discreto, para que la actriz pudiera hacer sus acrobacias sin tener un arnés voluminoso y anticuado debajo de ella. Otro reto: el atuendo de Munn no era fácil de ponerse y quitar. “Es como ponerte un condón gigante cada día de rodaje. Es un traje de látex hecho por una sex-shop en Los Ángeles”, comenta Mingenbach, entre risas.
Para la secuencia de Berlín Oriental, Mingenbach explica que “todo era más tenue, un poco contenido, con respecto a la década previa”, comenta. El equipo vistió a trabajadores de fábrica, doctores, oficiales de la policía Stasi, mujeres de la vida galante y abuelitas. Colaboraron con Grant Major para mantener las paletas limitadas y uniformes.
En Westchester, Nueva York, la Mansión-X fue toda acerca de los colores brillantes de los Estados Unidos de la década de los ’80, “repleta con todos los neones, rayas y lunares”, comenta Mingenbach. Se inspiraron en los iconos de estilo de la década, “como Boy George, Michael Jackson y Brooke Shields”. La diseñadora de vestuario implementó un método un poco menos saturado que el de los ochenta. “Fue difícil digerir los principios de los ochenta; nunca era suficiente con todo lo que sucedía con las telas y accesorios, así que lo moderamos un poco para que no se viera muy llamativo o fuera un distractor”.
Al vestir a los jóvenes mutantes en la escuela de Xavier, Mingenbach de nueva cuenta se mantuvo fiel a los cómics. Al trabajar con Sophie Turner en su papel como Jean Grey, tomó en consideración que la actriz, al igual que el personaje de la historieta, es pelirroja. “Sophie es una joven muy bella”, comenta Mingenbach, “pero en ocasiones queríamos que se viera deslucida o incómoda”. La historia empieza con Jean, quien no sabe bien a bien cuál es su lugar en el mundo, así que su ropaje fue elegido de manera específica para cubrirla, para hacerla sentir protegida, “para cobijarla”, comenta Mingenbach. Para gran parte del filme, antes de las secuencias de la batalla final, utiliza un blazer de hombre demasiado grande y desarticulado, con hombreras estilizadas.
Para Nightcrawler, que corre a cargo de Kodi Smit-McPhee, la primera cosa que Mingenbach abordó fue un atuendo que iría a utilizar para una secuencia clave que se desarrolla en un club de pelea. Había encontrado una chamarra vieja en la pila desechable de la “trastienda demente” del Western Costume en Los Ángeles. “Era una chamarra de circo vieja y manchada con faldones puntiagudos fantásticos, unidos por un cordel”, comenta Mingenbach. “Kodi tenía el cuerpo perfecto para ella, así que reproducimos la chaqueta y la empatamos con unos pantalones asimétricos de la década. Filtramos una apariencia un poco a la Boy George, y para sus escenas en la mansión intentamos que Nightcrawler fuera fiel al trabajo de los cómics, con rojos y negros, y formas diagonales que los aficionados pudieran reconocer”.
Para Jubilation “Jubilee” Lee, Mingenbach tenía una variedad de más de veinte atuendos diseñados para la actriz Lana Condor. “Podía aventar un dardo con la luz apagada y caer en uno que me gustara”, comenta Condor. A final de cuentas, su guardarropa incluía faldas completas, leotardos, botas, blusas con un hombro descubierto. “FLASHDANCE estaba por todos lados con Jubilee”, comenta Mingenbach.
Para 1983, el profesor Hank McCoy está madurando. Porta trajes elegantes, pero informales, a los que Mingenbach se refiere como “atuendo bestial” y la idea que Singer tenía se asemejaba a la de su propio padre en la década de los ochenta. Hoult estaba fascinado con respecto a los detalles de su guardarropa. “Tengo este maravilloso reloj calculadora Casio de los ochenta, que resultó útil”, bromea.
Para Jennifer Lawrence, Mingenbach tomó en cuenta el modus operandi de Raven: “Está luchando por una causa y no está particularmente preocupada por su apariencia”, dice la diseñadora. Encontró para Lawrence una chaqueta de piel con puntas de metal “tipo Chrissie Hynde” y una vieja camiseta de rocanrol. “1983 fue la gran época de la chica roquera”, comenta Mingenbach, “y ese tipo de apariencia reflejaba la naturaleza rebelde de Raven”.
Los trajes de los X-Men tuvieron que ser más que prácticos y “ostentosos de los ochenta”; tenían que verse como algo que estaba siendo desarrollado por las fuerzas armadas. Los trajes también tenían que verse igual de bien tanto en los miembros masculinos como en los femeninos del equipo, incluyendo Hank, Moira, Raven, Quicksilver, Jean, Scott y Nightcrawler. “Eso fue un reto”, comenta Mingenbach, “discernir que se viera bien en Jean Grey y que se viera igual de bien en Bestia”.

EL MAGO DE LOS EFECTOS VISUALES
El supervisor de efectos especiales ganador en dos ocasiones del Premio de la Academia John Dykstra tiene un currículo tan extenso que se podría llenar una pirámide con él. Su notable experiencia hizo que la transición entre el mundo real y el imaginario fuera imperceptible. Si Singer es el gurú cuando se trata de los X-Men y sus capacidades, entonces Dykstra es el mago para satisfacer sus profecías.
“Los superhéroes no pueden hacer nada sin efectos visuales”, bromea Dykstra. “Todos los poderes de los X-Men son amplificados por los efectos visuales. Tenemos a un tipo que usa ruido como impacto sónico, de baja frecuencia, para destruir a sus enemigos; tenemos a otro que controla el calor y lanza ataques térmicos; otro que tiene telequinesis. Representar los diversos poderes de una manera visual es el reto más grande de la historia; mostrarlos en una aplicación específica y crear un sentido de realidad en situaciones que obviamente son irreales”.
El rodar en 3D estéreo original le añade otra dimensión a la magia, así que el departamento de efectos visuales tuvo que lidiar con “la envoltura”, que es la habilidad de ver alrededor de los bordes de las cosas. “Cambia la forma en cómo los elementos son colocados en la composición, la manera en cómo las cosas rompen el borde del encuadre, el brillo de los objetos para conservar el detalle y que ellos puedan generar dos imágenes por separado y hacer que tengan forma”, explica Dykstra. Describe el proceso “más o menos como la diferencia entre el color y el blanco y negro, pero no más difícil que cualquier otra cosa. El apetito de la audiencia por ver imágenes más sofisticadas crece de manera exponencial y la habilidad para mantener esos estándares es siempre nuestro reto más grande”.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar