Con papas, energía para tu práctica de yoga
Lic. Cecilia García Schinkel, nutrióloga
El yoga es una disciplina milenaria que busca el cuidado integral de la persona. En el yoga, cuerpo, mente y espíritu se fortalecen y serenan con la práctica de las asanas, las posturas y secuencias, la respiración y la meditación. El origen de la mayoría de las disciplinas que hoy se practican está en el Hatha que busca fortalecer el cuerpo, despertar su energía y purificarlo. Mediante la práctica del Pranayama o respiración, se mueve el prana o energía vital. Las posturas ayudan al practicante a trascender el cuerpo, a darle primacía al espíritu. La base del Hatha yoga es un calentamiento del cuerpo conocido como saludos al sol seguido de posturas, secuencias y posiciones de descanso. El practicante también aprende diferentes técnicas respiratorias. A partir del Hatha yoga se han desarrollado otros tipos de práctica, como el Kundalini, que utiliza más cantos, mantras y una meditación final a la que se le da mucha importancia, mientras que el Ashtanga es el yoga más intenso y dinámico que requiere un mayor acondicionamiento físico, y el Vinyasa, que implica más movimiento y flow. Finalmente hay a quien le gusta practicar yoga en un cuarto caliente, a unos 40 grados, con lo que el cuerpo se desintoxica y aumenta su resistencia y flexibilidad.
Independientemente del tipo de yoga elegido, quienes lo practican se sienten más fuertes, elásticos y también más centrados, con emociones más controladas y menos estresados. Por eso la práctica de yoga se ha popularizado y hoy existen miles de rutinas que incorporan sus elementos básicos de formas innovadoras. Una dieta correcta, cuando es combinada con entrenamientos de yoga frecuentes, puede representar aún más beneficios. En particular, las papas, por su aporte nutrimental y su versatilidad culinarias, pueden ser ingredientes claves de esa dieta correcta y saludable.
Para quienes practican yoga, la hidratación y la alimentación son clave para obtener el rendimiento que buscan durante sus prácticas. Independientemente de la intensidad de las mismas, en nuestra dieta buscamos lo mismo: maneras de aumentar la energía, de incrementar el rendimiento y la resistencia y mejorar la recuperación post entrenamiento. Entre todos los alimentos que podemos elegir, se distinguen las papas para quienes practican yoga.
Las papas en México se clasifican como tubérculos que pertenecen al grupo de los cereales porque predominantemente aportan energía a través de almidones. Lo que pocos saben es que los almidones que aportan las papas -a diferencia de otros alimentos de este grupo, como el arroz, las pastas o el pan- que proveen otros ingredientes y elementos- son almidones resistentes a la digestión y su absorción es mucho más lenta. Por lo tanto, se convierten en fuentes de energía que se libera más lentamente y que aumenta el rendimiento por más tiempo, a la vez que tienen menos impacto sobre los niveles de glucosa en sangre y la consecuente liberación de insulina. Un carbohidrato complejo como los almidones presentes en las papas, el cual se libera lentamente e tiene poco impacto sobre los niveles de glucosa en sangre, no causa “picos” ni caída de los niveles de azúcar en sangre ni de la energía percibida y real para el trabajo celular y muscular.
Los almidones de las papas, llamados almidones resistentes, están constituidos a partir de cadenas de amilosa (las fracciones largas de la molécula) y amilopectinas, (ramificaciones moleculares) en una proporción pareja y constante de 1:3, lo que las hace más estables a la cocción y también más “resistentes” a la degradación enzimática que se da en el intestino delgado, por lo que llegan al intestino grueso casi intactos. Estos almidones resistentes en las papas son fermentados casi por completo en el intestino por las bacterias que allí viven con nosotros de forma simbiótica, conocidas como microbiota, que producen ácidos grasos de cadena corta e intermedia como desechos. Éstos son esenciales para la salud y pueden alterar el pH, disminuyendo el nivel de acidez del intestino, reduciendo así los niveles semi tóxicos de amoniaco y otros derivados nítricos. Actúan como prebióticos, promoviendo el crecimiento de las bacterias benéficas y contribuyendo a tener una mejor salud gastrointestinal y un metabolismo impecable, ambos esenciales para el rendimiento en el deporte, en la concentración y en la energía durante la práctica de yoga.
El yoga es una estrategia de salud y promoción de bienestar como también lo es una dieta correcta. Ahora ya sabes que los almidones de las papas son una fuente de energía sostenida que no afecta los niveles de glucosa en sangre, actúan como sustrato para la flora intestinal y su mantenimiento, y promueven la producción de ácidos grasos de cadena intermedia y corta.
Incluye papas en tus comidas entre una y cuatro horas previas a la práctica de yoga y como vehículo para la recuperación cuando la práctica haya sido extenuante o demandante.
Referencias:
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