Por defecto, Windows XP pone como color de fondo a los textos de los iconos del escritorio, el mismo color que el escritorio. Si ponemos como fondo de escritorio una imagen, el aspecto presentado, con rectángulos de color sobre los que queda el texto, resulta deteriorado.
Para eliminar el color de fondo y que el texto quede directamente escrito sobre la imagen de fondo, procederemos como sigue:
Pulsar el botón Inicio
Seleccionar Panel de control
Seleccionar Rendimiento y mantenimiento
Seleccionar Sistema
Abrir la pestaña Opciones avanzadas
En el apartado Rendimiento, pulsar el botón Configuración
Marcar la opción Usar sombras en los nombres de los iconos del Escritorio
Pulsar los botones Aplicar, Aceptar y Aceptar. Cerrar la ventana Rendimiento y mantenimiento.
Listo, el aspecto ya es otra cosa ahora.