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Reconocen en Monterrey trayectoria de Verónica Langer y Fernando Becerril

*El Festival Internacional de Cine de Monterrey otorgó el Cabrito de Cristal a ambos actores como Íconos del Cine Mexicano

Monterrey, Nuevo León.- El Festival Internacional de Cine de Monterrey, en su onceava edición, ofreció un homenaje y distinguió con el premio Cabrito de Cristal a los actores Verónica Langer y Fernando Becerril como Íconos del Cine Mexicano.

Fue previo a la función de gala de la película mexicana Hilda (Andrés Clariond Rangel, 2014) –en la que ambos participan– que Langer y Becerril recibieron este reconocimiento por sus 40 y 55 años de trayectoria, respectivamente.

Katzir Meza, presidente del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE), entrego a Verónica Langer el Cabrito de Cristal por su desempeño profesional y compromiso hacia el país. “A nombre de la comunidad de Nuevo León, te entrego un ícono de nuestra cultura local”, dijo.

En respuesta, la actriz de origen argentino expresó: “Estoy emocionada de estar aquí y recibir este premio, es una ilusión, creo, para todos los actores mexicanos. Este año cumplo 40 años como actriz y lo estoy festejando así. Creí que pasaría desapercibido, pero decidí compartirlo con ustedes. Les agradezco mucho.”

Además, agradeció al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y a otras dependencias como el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), por apoyar iniciativas como el FIC Monterrey. Finalmente, deseó una prolífica carrera al realizador regiomontano Andrés Clariond.

Procedente de Argentina, Verónica Langer llegó a México en 1975. Es egresada de la Escuela Nacional de Arte Teatral de Bellas Artes, e incursionó tanto en la televisión como en el teatro. En cine suman más de 30 películas en su carrera, entre las que destacan Miroslava (Alejandro Pelayo, 1992), por la que recibió en 1995 el premio Ariel como Mejor Actriz.

Otros trabajos en los que ha participado son: Novia que te vea (Guita Schyfter, 1994), Cinco días sin Nora (Mariana Chenillo, 2008), Todo el poder (Fernando Sariñana, 2000) y la más reciente, Hilda, de 2014, cinta por la que fue distinguida con el premio a mejor actriz en el doceavo Festival Internacional de Cine de Morelia.

Por su parte, Juan Manuel González, director general del FIC Monterrey, concedió la presea Cabrito de Cristal a Fernando Becerril “Se integran a un selecto grupo de actores que han recibido este premio dedicado a un gremio que nos han hecho llorar y reír en cada una de sus películas”, destacó.

En su oportunidad, el actor compartió: “Estoy honrado al pensar que nuestra trayectoria significa algo importante. Este premio me parece muy significativo porque al inicio de mi carrera actoral, el símbolo del Teatro Universitario era la Cabra de Picasso, y ahora, que soy galardonado con el Cabrito de Cristal, esta figura toma una relevancia importante en mi vida.”

Fernando Becerril incursionó en el teatro desde joven. Estudió en Francia por casi 30 años y en 1997 regresó a México para hacer trabajar en cine, teatro y televisión. En 2007 la UNESCO le otorgó el reconocimiento Mi vida en el teatro, por su sobresaliente trayectoria artística.

En su carrera en cine destacan filmes como El crimen del padre Amaro (Carlos Carrera, 2002), La leyenda del zorro (Martin Campbell, 2005), La zona (Rodrigo Plá, 2007), y el más reciente, Por mis bigotes (Manuel Caramés, 2015), que llegará el próximo mes a la cartelera.

El Cabrito de Cristal ha sido entregado a actores mexicanos que han marcado una pauta en la cinematografía mexicana gracias a su talento. Algunos actores a quienes el FIC Monterrey ha premiado en ediciones anteriores son: Angélica Aragón, Daniel Giménez Cacho, Emilio Echevarría, Damián Alcázar, Ignacio López Tarso, entre otros.

La décimo primera edición del FIC Monterrey continúa sus actividades hasta el próximo 30 de agosto. Mayor información sobre la programación puede consultarse el sitio http://monterreyfilmfestival.com.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar