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Roman J. Israel, Esq. Un hombre con principios

* El segundo largometraje de Dan Gilroy se centra en un personaje cuyos ideales e integridad son puestos a prueba por una serie de eventos desatados tras una cuestionable decisión.

* Gracias a la interpretación de Denzel Washington (Roman J. Israel, Esq.) obtuvo una nueva nominación como Mejor Actor a los premios de la Academia 2018.

* Tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto, y llega a pantallas nacionales a partir de este viernes 2 de marzo, gracias al sello Cinépolis Distribución con 70 pantallas en Ciudad de México, Guadalajara, Cuernavaca, Metepec, Monterrey y Morelia.

Roman J. Israel, Esq. es el título del nuevo largometraje del californiano Dan Gilroy, guionista de películas como Freejack: El inmortal (1992); Dos por el dinero (2005); El Legado Bourne (2012) y Kong: la Isla Calavera (2017) entre otras; y cuya ópera prima Primicia mortal (2014) obtuvo muy buena recepción por parte de la crítica internacional.

En esta ocasión, Gilroy se centra en la historia del personaje que da título al filme: un abogado chapado a la antigua, quien confía más en su memoria que en las computadoras, cuya carrera se vio profundamente marcada por personalidades revolucionarias, en busca de cambiar el orden establecido en pro del bien colectivo, así como por diversos movimientos y un firme activismo político que permearon su juventud, y terminaron por forjar a un hombre recto, noble y muy necesitado de poner sus habilidades e inteligencia al servicio de su sociedad para lograr encaminarla en una dirección positiva y equitativa para todos.

Sin embargo, la vida no ha sido amable ni justa con Roman J. Israel (interpretado por Denzel Washington), debido en gran parte a su personalidad asertiva y un tanto rígida, su apego casi patológico a la ley y la justicia y sus limitadas habilidades para socializar. Por estos factores, en su trabajo como socio en un bufete de abogados se encuentra oculto casi todo el tiempo detrás de un escritorio haciendo papeleo y llevando minuciosos registros de cada caso, mientras William Jackson (su socio y titular de la firma) se encargaba de asistir a los tribunales a atender los juicios y demandas de sus diversos clientes.

Todo cambia cuando Jackson sufre un infarto, y es internado en un hospital, donde el diagnóstico proporcionado por los doctores es desalentador. Eso obliga a Israel a salir de su escritorio y encargarse temporalmente de los casos que su socio dejo pendientes. Desafortunadamente, George Pierce (Colin Farrell) el director principal de una prestigiosa firma de abogados y a quien el propio William le confirió poderes legales para hacerse cargo de los asuntos de su negocio en caso de emergencia, decide finiquitar el despacho dadas las nada saludables finanzas del mismo (aunadas al precario estado de salud de su propietario). Así, de la noche a la mañana Roman se queda desempleado.

Pero George descubre las excepcionales cualidades de Israel, y le invita a integrarse a su equipo. La transición no es nada fácil para el legista, por su forma de vestirse, de ser y de pensar las cuales no terminan de encajar con la visión empresarial de Pierce, más interesada en hacer negocios y velar por sus propios intereses que por aconsejar adecuadamente a sus clientes y conseguir lo mejor para ellos. Esto aunado a sus valores inamovibles y conducta que otros perciben como anacrónica, fuera de lugar y un tanto beligerante, sumado a un cierto conflicto de autoridad y una obstinación por tratar de hacer lo correcto; le acarrean conflictos y lo envuelven en situaciones que terminan por hundirlo en una profunda crisis. Como resultado de esto, Roman estalla y su desesperación y frustración comete una acción poco ética, pero de la cual obtiene un beneficio con el que piensa llevar a cabo un nuevo plan: cambiar radicalmente de vida, adaptándose a la forma de pensar de sus nuevos jefes, y poniéndose a la altura de su estilo de vida mucho más fino, elegante y sofisticado que el suyo. Y en apariencia esto parece funcionarle bien y las cosas aparentan mejorar… hasta que las consecuencias de su inescrupuloso acto comienzan a perseguirle y atormentarle, poniendo su integridad, conciencia y fibra moral a prueba, obligándolo a cuestionarse sobre su proceder, sus verdaderas prioridades y la mejor forma de rectificar su falta.

La actuación de Denzel Washington encarnando al un tanto pasado de moda, introvertido y atribulado Roman J. Israel es tan intensa y llena de matices -a veces dolorosos, otras veces cómicos y otras más muy entrañables-, que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos lo nominó por sexta ocasión para contender por el premio Oscar en la categoría de Mejor Actor, galardón que obtuvo en 2001 gracias a su actuación como el corrupto detective Alonzo Harris en la película Día de entrenamiento, dirigida por Antoine Fuqua.

El filme fue lanzado el 9 de septiembre de 2017 en una presentación especial dentro de la edición 42 del Festival Internacional de Cine de Toronto y este viernes 2 de marzo será estrenado en nuestro país a través de Cinépolis Distribución.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar