Toda mi vida fui delgado, no me gustaba mucho la carne por lo que comía muchas frutas y verduras, tenía mucha energía por lo que no me gustaba estar sentado viendo la televisión y salía a jugar al patio de la casa. Crecí siendo delgado y dando por hecho que seguiría delgado por el resto de mi vida.

Toda mi vida fui delgado… hasta que deje de serlo. Un par de kilos con los años se convirtieron en sobrepeso, y con más años en obesidad mórbida. Pase de pesar 65kg a los 18 años, a 110 a los 28. Con una altura de 1.67cm me encontré con casi 40 kilos de sobrepeso. Mi trabajo requería estar despierto en la noche, y por la flojera de preparar comida terminaba tomando litros de refresco, los cuales me causaron gastritis a temprana edad. Sentía dolores en la espalda, cadera, rodillas y talones. Me sentía cansado la mayor parte del tiempo, y quería dormir la mayor parte del día.

Las repercusiones físicas afectaron también mi estado mental, y me transformaron de una persona extrovertida a la que le gustaba conocer gente y disfrutar la vida a alguien muy serio sin ganas de hacer nada.

En el proceso intenté varias vece sin éxito, perder el peso que había subido. Las idas al gimnasio no duraban más de 1 mes, pues mi cuerpo no podía aguantar los niveles de ejercicio que yo quería tener, y la velocidad a la que bajaba de peso muchas veces me desmotivaba, por lo que terminaba por romper las dietas y comenzar de nuevo con mis malos hábitos. Los pocos kilos que había perdido regresaban vengativos y me la cobraban con creces.

La resignación paso por mi cabeza muchas veces… ríndete, tu peso es algo que ya no podrás solucionar nunca. No eres lo suficientemente fuerte.

Por más que intentaba no lograba descifrar el secretó… ¿cómo carajo voy a perder todos los kilos que ya gane?, al fin… casi todas las personas que conozco también son gorditas, así que no es la gran cosa… o eso es lo que quería pensar.

La vida me permitió viajar a Nueva York, y ese fue un viaje que me abrió los ojos. Me sentía menos y deprimido pues era, por lo general, el único gordo que rondaba las calles (de mi edad). Las caminatas eran lo peor, pues si no me dopaba con medicamentos para el dolor no podía aguantarle el paso a mi hermana, que seguro ya conocen (Si, Yes del blog de Yes :P).  Incluso me molestaba con Yesica, pues no era considerada en llevar mi paso, ella quería conocer toda la ciudad y lo único en lo que yo podía pensar era tirarme en la siguiente banca que nos encontráramos.

Ese fue el colmo… la gota que derramo el vaso. No iba a permitir que mi gordura, mi flojera y mi conformismo se comiera los mejores años de mi vida… así que hice lo que mejor hago y me puse a investigar… ¿cuál es el secreto milagroso para bajar de peso y mantenerte delgado?, ¿qué dieta tengo que hacer, sin importar que para de una vez por todas, lograr mis metas?

Han pasado 4 meses desde que inicie y me da gusto platicarles que ya bajé 15 kilos. Pase de pesar 110kg, a 95kg, y me siento mejor que nunca. A pesar de que todavía me falta mucho camino por recorrer ya empiezo a notar los cambios: No duermo tanto, soy mucho más positivo y no me duele todo. ¿Lo mejor de todo?, no me tengo que matar en el gimnasio.

Seguro ya están hartos de leer la historia de mi vida y quieren saber mi secreto… pues el secreto es que no existe ningún secreto. No hay ninguna dieta milagrosa que te baje de peso y si, aunque no lo creas, el ejercicio tampoco te baja de peso. ¿Entonces como carajo baje de peso?

Es muy sencillo: Calorías que entran contra calorías que salen… con un twist.

Tu cuerpo, dependiendo en tu complexión física, tu edad y tu altura requiere una cierta cantidad de calorías para mantener su peso. Menos calorías que eso bajaras, y más calorías que eso y subirás (El promedio de calorías que un hombre o mujer jóvenes saludables y en su peso debe consumir, es aproximadamente de 2000-2200), además de eso, tus requerimientos nutrimentales y calóricos variarán si tienes actividad física, si haces ejercicio requeriras comer más (por eso hay atletas que comen hasta más de 5000 calorias sin subir de peso) o menos si casi no tienes actividad física. Si piensas como yo pensaba hace un par de años seguramente estas diciéndote: Pero si con esas 2000 calorías me alcanza para comerme unos tacos y un refresco de 600 mililitros sin problema y cenarme unos huevitos revueltos con jamón y tortillas sin problema, es más hasta queda espacio para un twinky!!!

Pues después de estudiar mucho el tema entendí que no. Si bien efectivamente si te puedes dar tus lujos y comer comida chatarra de vez en cuando, estarás comiendo calorías vacías… pero ¿a qué carajo me refiero con calorías vacías?

Es muy sencillo. Nuestro cuerpo no solo requiere calorías para vivir, también requiere de nutrientes. Estos nutrientes son los que nos mantienen saludables, y los que ayudan a nuestro cuerpo a sentirse pleno, acelerando nuestro metabolismo y motivándolo a eliminar esa grasa que tanto nos aqueja. Si el cuerpo piensa que no tiene los nutrientes necesarios para sobrevivir entonces reservará toda la energía que comamos en grasa, pues son nuestras reservas y están ahí para salvarnos en tiempos de crisis. Es así que una persona puede pasar semanas sin comer, pero no días sin tomar agua, pues el cuerpo puede utilizar nuestras reservas de grasa, e incluso de musculo, para sobrevivir.

Pero no se trata de que te mates de hambre, dejar de comer también hace que el metabolismo almacene la poca energía que consumas, y es por esto que muchas personas a pesar de comer muy poco no logran perder kilos, ya que tu cuerpo está tratando de sobrevivir, y los que si logran bajar de peso, lo harán de una forma no saludable y al corto tiempo se encontrarán con problemas de anemia, entre otras enfermedades que pueden afectar gravemente nuestro cuerpo incluso llegar a matarnos.
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Come mucho, y come bien es la filosofía que debes de tener para bajar de peso. Como pueden ver en la imagen anterior, 200 calorías puede ser mucha comida nutritiva, o poca comida baja en nutrientes. Apenas un puñado de gomitas de dulce (51g) tiene tantas calorías como 570g de zanahoria. Medio sneakers tiene tantas calorías como 385g de manzanas frescas.

Come mucho y come saludable, ¿tienes ganas de algo dulce? Comete una fruta. ¿Tienes ganas de algo salado? Comete un puñito de cacahuates o nueces asadas y saladas. Deja las harinas refinadas y cámbialas por panes integrales de grano entero. Olvídate de las hojuelas azucaradas y desayúnate un plato de avena con fruta seca, como pasas, dátiles, o con fruta fresca como manzanas y plátanos.

Arroz, Legumbres, Frijoles, Frutas, Verduras, Pescados, pollo e incluso carnes rojas. ¡Comételas todas!, pero con moderación. Utiliza herramientas en línea como MyFitnessPal o google para calcular las calorías que estas ingiriendo en cada una de tus comidas, y recuerda no comer menos de 1200 calorías por día, pues no solo estarás afectando a tu organismo al no consumir las calorías suficientes para tu día a día, si no también puede que no bajes nada de peso, y en su lugar subas aún más al regresar a tus malos hábitos.

Bajar de peso no es una carrera, es un maratón. Es algo que hacemos toda la vida no solo para vernos mejor, si no para sentirnos mejor. Sentirte bien te permitirá desarrollarte plenamente en todas las áreas de tu vida: la laboral, la social, la personal.

Dejemos las dietas, las dietas no sirven para bajar de peso. Las dietas son tediosas e insustentables y solo sirven para personas con problemas de salud, alergias, intolerancias o que simplemente están intentando regímenes nutrimentales con resultados a corto plazo. Si tratas de bajar de peso y mantenerte en ese peso con una dieta te cansarás de ella y no solo recuperarás los kilos que ya bajaste, también es probable que subas más.

El secreto que todos te quieren vender y que nadie quiere que sepas es que no hay ningún secreto. Come saludable y con el tiempo los resultados hablaran por si solos, y claro que de vez en cuando date tus lujos con una hamburguesa, una pizza, una birria o unos tacos. La clave es no comer estos alimentos todos los días, y consumirlos con moderación.

 

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