Simcha Marom, la mujer que hizo florecer el desierto de Israel
Simcha Marom es una de las mujeres más conocidas y destacadas en Israel por emprender un proyecto personal en el desierto del Neguev. La pasión que ha desempeñado por más de 8 años en la Granja Eshkolot es producir un aceite de oliva de tan alta calidad que la ha llevado a ser galardonada y reconocida por organizaciones israelíes.
Por más de una década, Simcha ha estado al frente de este proyecto. A sus 55 años ha implementado sus propias ideas a la granja: evitar productos químicos y plantar solo flores autóctonas del desierto. La finca está ubicada en el cruce de Ruhot, cerca del Cráter Ramón, al pie de una antigua cisterna y ruinas arqueológicas del período israelita.
La mayor parte de la finca está cultivada con tres tipos de olivo: barnea, siria y picual, el resto contiene las llamadas siete especies bíblicas: trigo, cebada, vid, higuera, granada y dátil. Gracias a sus estudios de producción de aceite de oliva en España, Simcha Marom ha sabido trabajar y darle un toque especial a este producto logrando que sea reconocido y galardonado por Terra Olivo Jerusalem y Evooleum.
Sin duda, el aceite de olivo Marom es un reflejo de los gustos y pasiones de Simcha. “Trabajando con los resultados de las pruebas de laboratorio de las aceitunas, decido cuándo recoger las aceitunas lo que determina su sabor. Me gusta el sabor verde que mucha gente encuentra demasiado fuerte, pero a mi me gusta. ¡Y este es mi aceite!”, expresó Simcha.
Las tres marcas de aceite de oliva Marom, caracterizadas por su aroma distinto y peculiar, solo se venden en la finca y en el sitio web. Simcha también cultiva uvas Shiraz y Cabernet orgánicas produciendo vino de alta calidad que también vende en la finca y en donde realiza visitas guiadas y degustaciones para turistas con previa reservación.
Los desafíos de Simcha Marom han sido distintos a lo largo de los años; su sueño comenzó a lado de su esposo Ronny, un ex militar de carrera que, durante su servicio, tuvo que mudarse con su familia a Mitzpe Ramón. Los paisajes y la bondad del desierto enamoraron y motivaron a la pareja para iniciar su sueño de una granja propia en el desierto “El desierto está muy alejado de la cultura occidental de los centros comerciales”, pensó Simcha.
El proyecto dio inicio en 2009 cuando ganaron una licitación por un contrato de arrendamiento de 25 años de propiedad de la Autoridad de Tierras de Israel. Los primeros cinco años, la participación de Simcha fue esporádica, ya que estaba dedicada a sus hijos gemelos, mientras Ronny se encargó de limpiar la tierra, instalar el sistema de agua y plantar los primeros árboles para dar inicio a lo que hoy es la Granja de Eshkolot.
Fue en 2014 cuando este camino lo continúo únicamente Simcha, debido a que su esposo se postuló y ganó la alcaldía de la pequeña ciudad de Mitzpe. Bajo el lema “Cuando señalas algo, tres dedos te señalan a ti. ¡Si quieres algo, hazlo tú mismo!”, Simcha logró echar raíces y hacer florecer su proyecto.
Como parte de su deseo de retribuir a la comunidad, la Granja Eshkolot recibe estudiantes de las escuelas cercanas semanalmente, transmitiendo a la próxima generación su propia pasión y conexión con el desierto de una manera significativa y práctica. La finca también cuenta con una exhibición de herramientas agrícolas antiguas y un observatorio de aves.
Los retos para la Granja Eshkolot y, por lo tanto, para Simcha, continúan hoy en día, ya que su pasión por cultivar como se hacía hace miles de años, la obligan a seguir el mandamiento bíblico y la ley judía de dejar la tierra en “barbecho” es decir, no tener actividad agrícola como arar, plantar, podar o cosechar; únicamente se permite y como medida preventiva, regar y fertilizar.
Este mandamiento, también conocido como “shmita” en hebreo, se cumple cada siete años y este 2022 en Israel es “shmita”, siendo la segunda vez que la Granja Eshkolot se enfrenta a este desafío. Sin duda, a pesar de las adversidades, Simcha es un claro ejemplo de que las mujeres pueden desarrollarse en la industria de la agricultura y que el trabajo constante siempre lleva a cumplir los grandes sueños.