TRAS LAS ADVERSIDADES, RUBÉN PARDO ES UN PILOTO MÁS FUERTE
Si hay un piloto que ha
probado las mieles y las hieles del mundo automotor ese es Rubén Pardo, quien
además se ha levantado de las adversidades para seguir adelante en su objetivo
de ser campeón.
Su historia como driver inicia desde antes de su nacimiento cuando ya
experimentaba en el seno materno todos esos sentimientos y emociones que
provoca el automovilismo. Su padre era amante del deporte motor, por lo que era
imposible que tanto Rubén como su hermano Carlos se alejaran de las pistas.
“Sé que mi gusto por el automovilismo inició desde que tenía 4 años, aunque
empecé a practicarlo a los 13, la herencia familiar era innegable. Mi papá era
piloto de carreras, en plan de hobby, le encantaban las motos, los coches, lo
que fuera que tuviera gasolina, así que yo iba a las pistas o a los autódromos
desde que estaba en el vientre de mi madre, creo que desde ese momento tengo
pasión y gusto a este gran deporte.
“Con el paso de los años, ya que mi hermano y yo empezamos a correr, mi mamá
siempre se preocupaba mucho por nosotros, aunque nunca nos lo externó, no le
quedó de otra más que apoyarnos y siempre lo hizo de la mejor manera”, dice
Pardo.
Gracias a su papá y su mamá, Pardo cree ser quien es, un personaje competitivo,
dedicado, entregado, sabedor de que sin esfuerzos no hay recompensa; que las
reglas y obligaciones, son necesarias para sobresalir en la vida. Ambos, dice,
los instaron a ser buenos alumnos para ser grandes maestros.
Pero antes de lograr su objetivo debieron pasar muchos años de insistencia y de
molestar a su padre para que le diera la oportunidad de tener una motocicleta.
Fue entonces donde el aprendizaje y el gusto por el automovilismo se afianzó
hasta hacer realidad ese sueño de convertirse en un profesional.
La trayectoria del hoy driver de la máquina #77 de ZTE Smartphones – Telcel – Monster Energy –
Castrol – ITCR Infraestructura – Skippy – Hangar Inn Hotel Select – Poder
Global – Crash Daytona – Team Race Planet e integrante del
equipo 2b Racing
es de admirarse.
Rubén Pardo ha conquistado los siguientes títulos: Campeón de motociclismo (600
cc), Campeón Reto Escudería Telmex Shifter 125cc, Bicampeón Pick-Ups Dodge,
Campeón y subcampeón de Tractocamiones Ford, Campeón y subcampeón del Reto
Neón, Copa Motorola, Subcampeón Stock Cars Desafío Corona.
A ello le agregamos la parte internacional donde destaca por ser el primer y
único hispano en conseguir el Rookie of the Year en la NASCAR Busch East Series
en USA; además participó en la categoría NASCAR Busch Series ahora Nationwide
Series, en NASCAR Trucks Series, en los XFinity SERIES y en IMSA Categoría GS
Porsche 911, en Estados Unidos.
En nuestro país ha sobresalido durante más de dos décadas en ésta que es su
pasión, y varios de esos años, desde el 2004, como protagonista de la categoría
estelar del campeonato más importante de América Latina, NASCAR Peak México
Series.
Recorrer ese camino glorioso no ha sido nada fácil para Rubén Pardo. “Este es
un deporte nada barato, por lo general hay que tocar puertas para conseguir
patrocinadores que aporten los recursos o apoyos económico e ir creciendo
simultáneamente en el medio.
“Mi sueño no se cumplió por pertenecer a una familia adinerada, sino por
trabajo, esfuerzo, sacrificio, dedicación, ganas y hambre de triunfo. Sin
embargo, lo difícil es permanecer y mantener a los patrocinadores”, asegura
este piloto quien al transitar por las pistas ha tenido como contrincante a la
adversidad.
Durante la temporada 2005 de Nascar, en la carrera que se realizó sobre el
trazado del autódromo de Monterrey, Nuevo León, explotó el extintor de su auto
con resultados graves sobre su persona y por la que fue sometido a ocho
cirugías en sus piernas.
“Se me rompieron los talones, los tendones de Áquiles, tibia y peroné, lo que
empeoró debido a un síndrome compartamental, casi me amputan la pierna derecha
por ese problema de circulación, pero afortunadamente mi papá se negó a esa
intervención invasiva. Tras el percance parecía que todo terminaba para mí como
piloto, pero gracias a Dios, al doctor, a mi familia y a mi perseverancia por
salir adelante, sigo compitiendo y dedicándome a mi gran pasión”.
Pero la mayor tragedia la experimentaría en 2009 cuando su hermano Carlos,
también piloto profesional, sufriera un accidente fatal en el autódromo de
Amozoc, en Puebla, donde ambos competían en la fecha 4 de la temporada.
“Todo ello marcó mi vida, me hizo un hombre más fuerte al tiempo que muchas
perspectivas sobre el deporte cambiaron. Después de mi accidente solo pensaba
en regresar a las pistas lo antes posible, lo cual fue bastante complicado. Y,
con respecto al accidente de mi hermano, nunca pasó por mi mente dejar lo que
hoy más anhelo y que me apasiona que es estar arriba de un coche, el
automovilismo es mi trabajo, mi vida, mi pasión, mi todo, lo que me mantiene
muy cerca de mi hermano”, dice Rubén.
En las pistas los errores cuestan y muy caro. Por ello asegura que la
concentración, los reflejos y la agilidad mental son básicos a la hora de
ponerse detrás de un volante y encender motores.
“Desde entonces trato de ser más cuidadoso y de hacer mejor las cosas, en
especial ahora que soy papá, corro con más madurez que otros pilotos más
jóvenes, pero al final del día trato de no arriesgar a lo bruto, eso es una
gran diferencia”.
Pardo, atleta Monster Energy, defiende a capa y espada sobre el trazado de las
pistas nacionales los colores de sus patrocinadores y de su escudería, tiene en
claro que nada de lo que ha logrado a lo largo de más de 20 años de experiencia
tras el volante, sería posible sin el apoyo de sus seres queridos y en especial
el de su familia.
“Mi mujer Carolina Norris, es una pieza sumamente importante en mi vida y qué
decir de mis hijas Bianka y Danika, ellas lo son todo para mí; me gusta que a
Bianka le guste el mundo del automovilismo el cual disfruta en persona cada fin
de semana que hay oportunidad, es un hecho de que quiero que aprendan a manejar
bien, tanto en auto como en moto, pero obviamente espero que estudien y
trabajen en la profesión que elijan, –yo soy mercadólogo y nunca he ejercido
como tal–, las voy a apoyar en lo que quieran porque eso hicieron mis padres
con mis hermanos y conmigo, así me educaron.
“Sin embargo, cuando digo que no es opción para ellas ser pilotos de carreras,
es porque me da miedo que se involucren en este deporte que también tiene sus
bajones, sus dificultades, adversidades, sacrificios, son muchas cosas con las
que te tienes que enfrentar, quizá como en cualquier trabajo, pero aquí el
círculo es mucho más pequeño, es muy complicado; cuando más cómodo o mejor te
sientes, las cosas cambian en un instante”.
En el plano profesional, Pardo cuenta con un equipo que al final del día llega
a convertirse en una familia más, en este caso los integrantes del 2b Racing. Y
si algo ha aprendido en este largo camino es que el trabajo en equipo es
fundamental.
“Los resultados buenos, malos, regulares son de todos, aunque por lo general
los encaramos nosotros los pilotos. Gracias a Dios, me he desenvuelto muy bien
con todos los que he trabajado, aunque todo tiene un proceso y depende mucho de
la gente, si tienen la misma hambre de triunfo que tú.
“Pero al final del día es imprescindible confiar en todos los integrantes de la
escudería porque es muy fácil repartir culpas, pero el chiste es enfrentarlas
para llegar a donde uno quiere y así entre todos, disfrutar de las mieles del
éxito en un mundo tan competitivo como lo es el automovilismo”, finaliza Rubén Pardo Estévez,
quien se describe como un ser humano transparente, honesto, un hombre que se ha
dado a respetar, que siempre está dispuesto a brindarle su apoyo a quien lo
solicite, pues es la educación y los valores que le inculcaron sus
padres.
Mantente informado a través de sus redes sociales, sobre el curso que seguirá
Rubén Pardo durante la temporada 2020 de NASCAR Peak México Series una vez que
las autoridades den el banderazo de salida al campeonato.