Us Peepen Kelmut. El primer alebrije inspirado en la moda
La obra, del artesano Felipe Linares, nieto de Don Pedro Linares, y patrocinado por Silver Plate Jeans, representa cinco animales y mide casi cinco metros de largo.
Miles de capitalinos se dieron cita en el Centro Histórico de la Ciudad de México para presenciar el inicio de las festividades del Día de Muertos. Leonardo Linares, nieto de Pedro Linares, realizó el anuncio junto al secretario de Cultura de la Ciudad de México, Alfonso Suárez del Real y Aguilera, previo al primero de los eventos en el programa, el desfile de Alebrijes monumentales, patrimonio cultural de la capital, iniciativa del Museo de Arte Popular.
Encontramos representaciones fantásticas hechas por humanos desde la prehistoria. En México, ya desde la época prehispánica, hay ejemplos de figuras animales con inspiración fantástica, como la diosa Quetzalcóatl, encarnada en una serpiente emplumada. Desde entonces, son muchas las técnicas y formas empleadas por diversas comunidades para ilustrar elementos fruto de la imaginación mezclados con la realidad.
Hay distintas versiones sobre el origen de los Alebrijes mexicanos, considerados patrimonio cultural de CDMX. Con más de cuarenta años de profesión, Felipe Linares Mendoza comenzó a aprender el oficio creativo cuando tenía 8 años junto a su papá, Pedro Linares, artesano de LA Ciudad de México, especialista en la técnica de la cartonería, quién fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1990.
“Desde muy pequeños, mi papá nos ponía a mis hermanos y a mí moldes de yeso para crear figuras” cuenta Felipe. “Mi padre hacía los diseños según las festividades. Para el 15 de septiembre hacía águilas, cascos para niños, espadas y otros elementos simbólicos de la independencia del país. Con motivo del Día de Muertos, elaboraba calaveras; en diciembre creaba piñatas y en Semana Santa hacía judas, para quemarlos el sábado de Gloria”, detalla Felipe.
Con el tiempo, Pedro Linares perfeccionó la práctica de la cartonería hasta que enfermó. “Mi papá tuvo que interrumpir su actividad debido a una enfermedad gástrica. Pensaban que moriría, pero, por suerte, pudo superarla”, narra Felipe, quien asegura que durante el tiempo que pasó convaleciente e inconsciente, a su padre se le aparecieron figuras fantásticas, que más adelante modeló con la técnica de la cartonería.
Pedro Linares vendía representaciones de judas a un museo, que entonces se ubicaba en la Avenida Juárez de la Ciudad de México, y cuando el director del museo vio la representación fantástica, quiso comprarla. “Mi papá le dijo que se llamaba Alebrije y se la vendió. Un mes después, el director del museo regresó para encargar otra pieza alegórica y así fueron aumentando los pedidos”, cuenta Felipe.
Después, los Alebrijes se hicieron populares, gracias a personas como Víctor Fosado, quien fundó en 1944 la tienda “Víctor Artes Populares Mexicanas”, para exhibir y vender arte popular, que todavía hoy atrae a coleccionistas de todo el mundo a Ciudad de México.
Los tres hijos de Pedro Linares siguieron la tradición y aprendieron el oficio. “Desde 1984 comenzamos a exhibir Alebrijes monumentales en México y en el extranjero, en países como Francia, Inglaterra o Estados Unidos”, cuenta Felipe Linares hijo. Museos de renombre encargaron piezas a los artesanos, como el Centre Pompidou de París con motivo del bicentenario de la revolución francesa.
Este año, en el marco del Decimotercer Concurso y Desfile de Alebrijes Monumentales organizado por el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México, Felipe, que forma parte del colectivo de artesanos MAXA LOK’ TEIK, que en lengua Tzeltal de Chiapas significa SEÑOR DE SUEÑOS, aceptó el encargo de la empresa mexicana Silver Plate Jeans.
“Como parte de la iniciativa privada, queríamos apoyar y contribuir con el sector artístico y cultural de nuestro país. Esta obra de arte representa la fusión de la figura fantástica más conocida del arte popular mexicano y un sector esencial para México, como es la moda”, cuenta Ana Karina Ortiz, directora de mercadotecnia, publicidad y Licencing de Silver Plate Jeans.
Con el nombre Us Peepen Kelmut, que significa Elefante-Mosca en lengua Tzeltal de Chiapas, el Alebrije de Felipe mide 4.8 metros de largo, 1.96 metros de ancho y 2.20 metros de alto. Está compuesto de cinco animales. El cuerpo y las patas de mosca son la estructura de soporte de la obra y está inspirado por el hilo, esencial para unificar una prenda.
La cola de dragón representa la fuerza, la cabeza de elefante, con piel de cebra, simboliza la durabilidad y resistencia. Se trata de un animal ancestral que enlaza el pasado con el futuro. Sus orejas, esenciales como regulador térmico y únicas, como las huellas dactilares de los seres humanos, tienen la forma de las alas de la mariposa monarca, animal alado que recorre largas distancias para habitar los bosques mexicanos durante la época invernal.
“En este alebrije se combinan varias técnicas y diversos materiales que incluyen herrería, cestería, alambre, harina para el engrudo, la pintura y la soldadura”, cuenta Felipe, quien detalla que toda creación parte de un dibujo hecho a escala. “Siguiendo las medidas del boceto, se elabora la estructura. Es importante tener en cuenta el peso de la figura, qué partes del diseño van a requerir soporte para lograr un equilibrio”, añade Felipe.
En este caso, además del carrizo para elaborar la estructura, también se añadió alambre, lo que permite incrementar la resistencia y estabilidad de la obra. Sobre el esqueleto, se modela la figura con el engrudo, previamente cocido, y se deja secar de uno a dos días. “Antes de incluir los elementos pictóricos, se requiere una base blanca, que impedirá que el papel absorba el brillo y matices de los colores”, explica el artesano.
El Museo de Arte Popular informó que participaron casi 250 Alebrijes procedentes de CDMX y nueve estados de la República, los cuales estarán expuestos hasta el 17 de noviembre en Paseo de la Reforma. El 26 de octubre se anunciarán los ganadores, que incluirán diez menciones honoríficas de mil pesos, un tercer lugar de 30 mil, un segundo lugar de 40 mil y un primer lugar de 70 mil.