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Volverte a ver ¿Cómo buscar con tus propias manos a un familiar desaparecido?

Las cifras son espeluznantes: hasta el 31 de diciembre de 2019, en México han desaparecido más de 60 mil personas a causa de las políticas de seguridad implementadas por el gobierno mexicano desde 2006. Ante la inoperancia y desinterés de las autoridades, miles de personas buscan a sus seres queridos con sus propias manos. Esta es la realidad que se plasma en Volverte a ver (2020), un documental de la realizadora mexicana Carolina Corral que se presentará en competencia en la edición 35° del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

En esta cinta, rodada entre 2016 y 2019, se cuentan los dramáticos casos de Lina, Angy y Edith, tres mujeres que buscan desesperadamente a sus familiares (hijas, en dos casos; un hermano, en otro) a través de una red de apoyo en la que deben aprender ciencias forenses para no caer en las mentiras del gobierno mexicano, señalado constantemente por la prensa nacional e internacional de enterrar cuerpos de manera ilegal en fosas comunes para maquillar las cifras de la violencia y no darle seguimiento a cada caso.

Volverte a ver detalla qué sucedió específicamente en las fosas comunes hechas por la Fiscalía en 2014 en Jojutla y Tetelcingo, en el estado de Morelos, que entonces estaba bajo el mando del gobernador Graco Ramírez. En total fueron más de 200 los cuerpos que la Fiscalía enterró allí sin una investigación forense previa. Incluso muchos de ellos fueron depositados con ropa. Colectivos de búsqueda las descubren y ante los cuestionamientos de los familiares y los medios de comunicación, el ex fiscal estatal Javier Pérez Durón respondió que se trataba de personas a quienes nadie buscó. Fue así como se desató el escándalo, la indignación y se formaron grupos civiles que, con sus propios medios, hicieron hasta lo imposible para identificar a los desaparecidos.

La directora Carolina Corral no sólo se dio a la tarea de realizar una profunda investigación periodística: también se ocupó de impregnar a su documental de una estética tan realista que el espectador acaba por sensibilizarse ante la tragedia que viven miles de mexicanos.

Las historias que aquí se cuentan son tan demoledoras como las estadísticas: una madre que nunca volvió a ver a su hija luego de que ésta se fuera a un campamento de verano, otra madre que vio por última vez a su hija cuando ésta salió con su ex novio “por unos útiles” y una hermana que se tardó años en encontrar a su hermano después de que éste fuera expulsado con violencia de su negocio y posteriormente secuestrado.

De acuerdo con datos de Amnistía Internacional, Secretaría de Gobernación y de la justicia estadounidense, en México han muerto más de 250 mil personas y desaparecido más de 60 mil desde 2006, cuando el ex presidente Felipe Calderón declaró la guerra contra el crimen organizado, desatando así una ola de violencia que no se vivía desde la Revolución Mexicana. Desde entonces, las políticas de seguridad no han cambiado, los números de víctimas se mantienen al alza y la impunidad es galopante.

Por ello, este documental se da a la tarea de retratar cómo trabajaron los colectivos de familiares desaparecidos entre 2016 y 2017 en Morelos. Las anotaciones y dibujos que las madres hicieron sobre cada cuerpo revelan las innumerables negligencias y crímenes que cometió el gobierno estatal. Se descubrió que las autoridades enterraron personas vestidas y no investigó por qué la mayoría de ellos tenía señales de tortura. Tampoco se dijo por qué había niñas en las fosas. 

Carolina Corral es experta en antropología visual. Su cine se caracteriza por tener una mirada realista, pero también una narrativa visual de denuncia en la que cada encuadre expresa algo sin necesidad de palabras: vacío, tristeza, rabia, impotencia. Su trabajo gira en torno a la justicia, la perspectiva de género y la resistencia social y cultural.

Aunque se formó como antropóloga desde las universidades y academias, Corral asegura que lo suyo es tomar la cámara, salir a la calle y ver de cerca los problemas del mundo real. Nunca se vio en un cubículo. “La academia me aburría, me limitaba. Nunca iba a poder aportar nada allí. Lo que sabía era que agarrando la cámara me sentía bien. Estar con la gente y contar sus historias. Comencé a hacer documental independiente. Ese es mi lugar, mi pasión y mi deber”, comentó la documentalista en una entrevista a Meow Mag.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar