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Magia – Rutina de un Cubilete de Berland

Por Sam Berland

Los útiles para esta rutina de un cubilete son simples. Un vaso normal (ya los engañé; no se trata de un cubilete después de todo), dos bolas de caucho de aproximadamente 2,5 cm. de diámetro y una bola grande que quepa fácilmente dentro del vaso. Envuelva el vaso con un trozo de papel y retuerza el papel arriba. Todas las bolas están en el bolsillo derecho de la chaqueta. Deberá aprender a hacer un escamoteo en el que aparentemente pone la bola en la mano izquierda pero en realidad la retiene en la derecha.

Este es el más sencillo de los escamoteos. La bola se tiene entre el índice derecho y el pulgar. La mano izquierda está abierta, lista para recibir la bola. La mano derecha se gira hacia la derecha como para poner la bola ahí y en realidad el pulgar derecho hace rodar la bola sobre la base de los dedos y por una ligera curvatura del dedo meñique, además de la ayuda del anular, la bola se retiene en la base de los dedos. La mano izquierda se dobla aparentemente sobre la bola. La bola se sujeta secretamente en los dedos derechos con un mínimo de presión. Practique teniendo la bola escondida hasta que pueda mantener la mano derecha relajada sin el menor indicio de tensión.

Para “cargar” la bola en el vaso cubierto, sujete la bola tal como se explicó en la base del meñique. Ahora ponga su mano alrededor del vaso con el pulgar a un lado y los dedos en el otro. Los dedos descansan en la mesa abrazando el vaso. Levante el vaso unos 8 ó 9 centímetros de la mesa.

Déjelo que se incline ligeramente hacia adelante. Mueva los dedos meñique y anular que son los que sujetan la bola, un poco hacia adentro. Si baja el vaso y suelta la bola, ésta entrará automáticamente dentro del vaso. Usted ha aprendido el escamoteo y la carga y con todas las bolas en el bolsillo derecho de la chaqueta, está listo para presentar el efecto. Ejecútelo en una mesa con mantel.

Pida un vaso prestado y cúbralo con el papel como se explicó. Ponga el vaso invertido en la mesa. La mano derecha se mete en el bolsillo de la chaqueta, empalma una de las bolas con el dedo meñique y saca la segunda bola a la vista del público. Se coloca en la mesa. La mano derecha con la otra bola escondida toma el vaso por arriba y lo levanta hacia el público para mostrar que está vacío. La mano izquierda toma la bola de la mesa a la misma vez que la mano derecha levanta el vaso.

Con la atención en la mano izquierda y la bola que sostiene, la mano derecha vuelve a poner el vaso sobre la mesa, cargando la bola oculta. Mostrar ambas manos y la bola que ha estado a la vista todo el tiempo. Finja pasar la bola de la derecha a la izquierda usando el escamoteo que aprendió antes. De un golpe sobre el fondo del vaso, abriendo la mano izquierda al momento en que toca el vaso.

Aparentemente la bola ha pasado a través del papel y del vaso. Levante el vaso con la mano derecha para mostrar la bola duplicada debajo. Coja dicha bola con la izquierda, vuelva a poner el vaso en la mesa con la derecha, cargando la otra bola al hacerlo. Repita esta penetración pero no cargue la bola la tercera vez. Manténgala oculta en la mano derecha.

Coja la bola visible de la mesa. Diga que tiene un bultito.
Finja arrancarlo y saque a la vista la bola que llevaba oculta en la mano derecha. Ahora tiene dos bolas. Póngalas en la mesa.

Finja poner una de las bolas en su mano izquierda pero reténgala secretamente en la derecha. La derecha levanta el vaso para mostrarlo vacío y al dejarlo en la mesa carga la bola oculta. Golpee la mano izquierda contra el vaso y muestre que la mano izquierda, al igual que la derecha, está vacía. La bola aparentemente ha penetrado. Sin embargo no levante el vaso. Tome la segunda bola, pásela aparentemente a la mano izquierda pero reténgala en la derecha.

Levante ahora el vaso para mostrar que la primera bola sí pasó. Al volver a poner el vaso, cargue la segunda bola, dándole al vaso un ligero movimiento hacia arriba de manera que la segunda bola venga a ponerse encima de la primera. Abra la mano izquierda. La segunda bola ha desaparecido. Levante el vaso y muestre que ambas bolas están debajo.
Ahora ponga claramente una bola bajo el vaso. Diga que no necesita la segunda bola.
Métasela en el bolsillo pero empálmela cuando saque la mano. La mano izquierda levanta el vaso y lo pasa a la derecha encima de la bola oculta.

Entonces levanta la bola visible de la mesa. La mano derecha vuelve a poner en la mesa el vaso pero esta vez con la bola debajo. La mano izquierda pasa abiertamente su bola a la mano derecha. La mano derecha finge dejarla en el bolsillo pero en realidad la vuelve a sacar empalmada. Una vez más se repite el pase anterior.
Finalmente, la mano derecha, al entrar en el bolsillo, deja la bola pequeña y saca empalmada la grande. La mano izquierda pone el vaso sobre la mano izquierda como antes y la bola grande se carga al poner la derecha el vaso sobre la mesa. Métase la bola pequeña visible en su bolsillo derecho.

Pídale a alguien que le de un golpecito al vaso cubierto para romper el hechizo y que las bolas no sigan apareciendo.
La mano izquierda se pone mientras tanto en el borde trasero de la mesa con el pulgar sobre la mesa y los dedos extendidos debajo. La mano derecha coge por arriba el vaso cubierto, sujetando también el papel retorcido arriba. Esto es importante. Ahora levante lentamente el vaso para revelar la bola grande. La mano con el vaso se mueve hacia atrás hasta el borde de la mesa. Usando la aparición de la bola grande como misdirection, la mano derecha baja el vaso cubierto hasta que pase ligeramente el borde trasero de la mesa. El vaso se suelta a través del papel y cae secretamente a lo dedos de la mano izquierda.

Inmediatamente la mano derecha se lleva sobre la mesa una vez más. El papel todavía mantiene la forma del vaso.

Ahora no se apresure. Felicite al espectador por haber roto el hechizo. Cubra la bola grande con el papel en forma de vaso. Dígale al espectador que golpee el fondo del vaso una vez más. Imagínese su sorpresa cuando lo haga y descubra que el vaso ha desaparecido. La mano izquierda va bajo la mesa y saca el vaso.
Aquí tiene usted una rutina improvisada que combina todos los efectos antiguos incluyendo el vaso que desaparece el cual se había descartado hace mucho tiempo pero que ahora revive y constituye un clímax lógico y sorprendente. Esta es una rutina que parecerá distinta a aquellos que estén cansados de ver la rutina normal de cubiletes.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar