Nuestros cuerpos y la moda
En cada momento de la historia, el vestido representó diferentes estratos sociales, culturas, profesiones e incluso diferentes afiliaciones religiosas, ideológicas o culturales.
Esta relación entre cultura y sociedad, cuerpos y tendencias lleva siglos y siglos generando todo tipo de modelos de vestidos y siempre en diálogo estrecho con el mundo social.
Fenómeno histórico
Está claro que al hablar de los modelos de vestidos se hace referencia a su acepción más amplia que implica pensar en vestidos como vestimenta, atuendos que se utilizan para cubrir el cuerpo, abrigarlo. Aunque con el correr del tiempo fue ganando la versión más acotada de “vestido” como prenda femenina.
De todas maneras, el vestido, ya sea como sinónimo de indumentaria o como prenda de mujer, es una manera en la que nos comunicamos socialmente. En la forma de vestirse, cada persona expresa muchas cosas personales y sociales a la vez.
El estatus social es uno de los primeros mensajes que el vestido ha expresado, dejando de lado su función más práctica y elemental de los inicios de la humanidad ante la inclemencia de la naturaleza.
Diferentes sociedades marcaban los diferentes estratos con el uso de determinadas prendas según la clase a la que se pertenecía. Para esto, establecían leyes de indumentaria que determinaban claramente qué debía usar la clase baja y qué, la elite. Lo que permitía distinguirse claramente unos de otros.
Camino a la distinción
Si en principio se utilizaba para marcar la diferencia entre clases, luego existió la necesidad de diferenciarse individualmente, y este aspecto solo pudo desarrollarse entre un sector de la sociedad que tuviera el dinero suficiente para hacerlo.
De esta manera, la intención de diferenciarse del resto hace que la moda sea una excusa de poder económico que paulatinamente se fue convirtiendo en ostentación. Sin embargo, como la moda es un concepto histórico y por ende susceptible a cambios, la ostentación no fue la única función del vestir.
Desde la antigüedad a nuestros días, la moda distingue y diferencia unas de otras a las personas en torno a un lenguaje silencioso que en su combinación genera diferentes discursos sobre la personalidad, el cuerpo, los gustos musicales y hasta ideologías políticas.
Moda y actualidad
En la actualidad es posible vivir la moda con mucha más libertad y diversidad que en sus inicios, tanto desde lo creativo como desde lo simbólico. Su influencia es indiscutible y por esta razón está en el centro de las discusiones actuales.
En un contexto social y cultural en el que la imagen es el centro de la escena, las redes sociales se vuelven un medio fundamental de expresión para muchas personas.
Así, algunos valores se han ido instalando mediante la industria de la moda. Algunos de estos podrían ser los estereotipos de belleza, la originalidad, el estatus social y la exclusividad. Sin embargo, todos se han ido modificando según la época.
Actualmente, ya no es exclusivamente la mujer la que se rinde ante los mandatos de lo que un sector de la industria de pasarela determina qué es tendencia y qué no. Los hombres también han vuelto, como en los principios del Renacimiento italiano, a seguir las últimas tendencias.
La moda se diversifica en cada expresión individual, en cada estrato social y a su vez, en los distintos grupos etarios. La impronta del entorno en el que vivimos deja huella en cada elección que hacemos. Esto es posible de comprobar en cada uno de los elementos que la componen:
Vestimenta
Este es un componente fundamental que aporta a la construcción de la personalidad debido a que define la apariencia y la identidad de una persona.
Accesorios
Estos elementos completan un atuendo, le dan un toque de cierre muy personal porque permiten, justamente, personificar al máximo un atuendo.
Calzado
Este componente combina funcionalidad y moda ya que puede cumplir con ambas al mismo tiempo. El calzado es fundamental porque la comodidad es un valor muy importante.
Joyería
Su función es exclusivamente la del ornamento y no por su falta de funcionalidad práctica es un elemento menos importante. Tienen un significado cultural y a su vez aportan a realzar la apariencia personal.
La combinación de todos estos elementos da como resultado un estilo personal e individual en diálogo con una tendencia general que da cuenta del contexto en el que fue creada.