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Moyo celebra 13 años en México combinando lo sabroso y divertido

Desde hace poco más de una década en México, Moyo ha logrado cambiar la idea de que tan sabrosa y divertida puede ser comer nieve. Por ello es que en su 13 aniversario, la marca mexicana de congelados celebra un año más de poner sabor a los mejores momentos de las personas.

Desde la apertura de su primera sucursal en Santa Fe en 2008, la misión de esta marca ha sido innovar en la forma de preparar una nieve, por lo que no ha parado de sumar a su ‘menú’ nuevos sabores, como jugo verde, maracuyá, pistache, matcha, mandarina y hasta champagne; toppings y productos, como paletas, galletas, así como algunas opciones con certificación Kosher y opciones veganas como el Súper Cocoa, además del ya clásico Taro, cuyas ventas representan el 60% de las ventas anuales de la marca.

Además de irse ganando el corazoncito de los mexicanos con sus increíbles sabores de temporada y nuevas formas de probar una nieve, uno de los capítulos más grandes, en este tiempo es su llegada a la familia de marcas de Grupo Herdez a finales del 2019.

Al día de hoy, se estima que llegan a elaborar cerca de 16 mil nieves al día en México, entre sus 44 tiendas y 33 ‘Mini Moyos’ (aquellos puestitos que vemos en distintas plazas comerciales). Además de haber integrado recientemente sus productos a plataformas de entrega a domicilio para llevar sus deliciosos productos hasta la comodidad de los hogares.

Asimismo, la necesidad de llevar nuevas formas de saborear la nieve hacia nuevos horizontes se ha convertido en una prioridad para Moyo a lo largo de su historia. Por ello es que en 2011 decidió llevar sus productos a Costa Rica, y en 2018 a Nicaragua.

Estos 13 años de Moyo han estado marcados por la innovación, lo nutritivo y del sabor local, por lo que la compañía busca seguir llevando a más paladares divertidas formas de disfrutar y compartir una buena nieve de yogurt natural. Topping por topping, cucharada a cucharada.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar