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Tres fenómenos naturales únicos en Canadá

En Canadá, el espíritu invernal se manifiesta de manera encantadora en la naturaleza, ya sea para regalarnos una experiencia deslumbrante como las auroras boreales en Yukón, un espectáculo intimidante como las tormentas en la Columbia Británica o un fenómeno desafiante como las carreteras de hielo en los Territorios del Noroeste.Yukón

¡Este invierno es momento de tachar las luces del norte de tu lista de deseos! Viajar a Yukón es tener muchas oportunidades para ver los colores danzar en el cielo nocturno. Las auroras boreales, a veces tímidas y otras veces más atrevidas, aparecen desfilando en lo más alto de este territorio canadiense cuando partículas solares cargadas chocan con la magnetósfera de la Tierra.

Si tienes suerte, la primera observación de coloridos listones bailarines quizá la podrás tener en el vuelo que te lleve a este territorio inexplorado o desde la ventana de tu cuarto de hotel. Aunque ya en Yukón hay muchas y diferentes formas de convertir la observación de las auroras en una experiencia única y cautivadora.

Si quieres hacer este sueño realidad, dirígete hacia campo abierto a las afueras de Whitehorse para observar esta danza luminosa en completa oscuridad, acompañado de Northern Tales Travel Service donde te espera una tienda de campaña como la que alguna vez usaron los buscadores de oro. Abrígate bien y permanece paciente hasta el momento en que el cielo se envuelva poco a poco por cintas multicolor que, con aparente misticismo, cambian de una tonalidad a otra.

Déjate llevar por la magia de las historias contadas por guías de las Primeras Naciones de Canadá sobre las auroras boreales y, cuando el espectáculo termine, acurrúcate con el calor de la chimenea de tu cabaña o en el acogedor Northern Lights Resort & Spa, mientras tomas una taza de chocolate caliente.

¿Todavía crees que esta experiencia no es lo suficientemente relajante? Observa las auroras boreales en traje de baño en las aguas termales Takhini, sumergido a 41 grados centígrados, donde ya no te preocuparás por nada.

Columbia Británica

En la costa Oeste de Canadá se encuentra Tofino, una remota ciudad surfera de la Columbia Británica, donde las tormentas más sorprendentes cobran vida. Ubicada en la Isla de Vancouver esta pequeña ciudad costera revela su lado más salvaje en invierno cuando la madre naturaleza libera su potencial y ofrece un emocionante encuentro con la fuerza del agua. Este destino te invita a reconectar con el poder de la naturaleza para celebrar las tormentas en lugar de evitarlas.
 
La clave para disfrutar este espectáculo natural está en abrazar el clima y dejar que las ráfagas envuelvan tu cuerpo, mientras mantienes los pies bien plantados sobre la tierra, sin pensar en nada más que el ritmo y la fuerza del océano. El show de tormentas en Tofino incluye un desfile de olas tan altas como dos (o más) pisos de altura que bailan en la inmensidad o chocan con las rocas del mar. Los oleajes son tan elevados y poderosos que no es complicado pensar en el surf como actividad favorita entre los locales y profesionales de las grandes fiestas de olas.
 
Prepararse para esta experiencia implica empacar ropa de lluvia, abrigarte bien y pasear por zonas arenosas hasta que los vientos fuertes, lluvias danzantes y olas imponentes se hagan presentes. Si no quieres mojarte, entonces maravíllate con ese espectáculo entre mantas, libros y bebidas calientes dentro de casas de campo o en alguna cabaña frente al océano, y aunque podríamos recomendarte un poco de jazz o música clásica de fondo, la verdad es que la lluvia que golpea el techo y salpica los cristales tiene su propio ritmo, ¡y vaya que es solemne!

Territorios del Noroeste

Cada invierno, la red legendaria de carreteras congeladas de los Territorios del Noroeste se expande por casi 2,000 kilómetros ofreciendo las aventuras automovilísticas más extremas. La ruta que llega hasta Nunavut atraviesa 600 kilómetros, lo que la convierte en la autopista de hielo más larga del planeta. Durante tu recorrido hacia esta provincia vecina, podrás ver los lagos, la tundra y, con un poco de suerte, algunas auroras boreales desde tu auto.
 
Otra alternativa está justo a las afueras de Yellowknife donde se encuentra la carretera al pueblo Dene, un viaje de seis kilómetros a través de la bahía congelada de la región donde, cada año, el camino se llena de motos y bicicletas, kite-skiers que se deslizan por la nieve impulsados por un paracaídas, así como trineos jalados por adorables perros tan veloces como el viento invernal.
 
Si estás preparado para el verdadero desafío, maneja sobre la superficie congelada del Great Slave Lake. Más arriba, en la zona polar, podrás conducir sobre el océano Ártico o dirigirte hacia las comunidades tradicionales y hospedarte en un ambiente local rodeado de la naturaleza salvaje. Lo único que necesitas para vivir esta aventura es: valentía, gasolina y ropa adecuada para soportar las temperaturas del Ártico. ¡Ah, y no olvides recordar el camino de regreso!

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar