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México un país solidario, pero sin cultura de prevención entre la población

México es un país propenso a padecer estragos por diversos tipos de fenómenos naturales, debido a su ubicación geográfica, y la población está acostumbrada, de cierta manera, a vivirlos. Los huracanes, inundaciones o sismos se consideran las principales y más frecuentes amenazas que enfrentamos los mexicanos año con año. De acuerdo con el CENAPRED, el costo de reparación de los daños que significó para el país, entre 2000 y 2018, fue de 2,357 millones de dólares, considerando que más del 80% de éstas afectaciones fueron de origen hidrometeorológico.

Especialmente el mes de septiembre se ha convertido en un periodo emblemática para nuestro país considerando que, durante los años de 1985 y 2017, se registraron dos fuertes sismos que dejaron cicatrices históricas para la sociedad: el primero de 8.1 y el segundo de 7.1 grados Richter, que nunca olvidaremos.

Estos y muchos otros desafortunados eventos han puesto en manifiesto el nivel de solidaridad que existe entre los mexicanos. Recordemos en 2017 las imágenes circulando a nivel mundial de miles de ciudadanos que se lanzaron a los escombros de los edificios como rescatistas improvisados, las enormes filas en hospitales para donar sangre, a la gente regalando todo lo que podían para ayudar a quienes lo habían perdido todo o instalando puestos de abastecimiento para brindar alimento, agua e internet a quienes apoyaban en las zonas afectadas. Mención honorifica se merecen las redes sociales como Facebook y Twitter, que se convirtieron en los principales canales informativos del país.

De esta forma la sociedad civil se convirtió en el personaje central con el puño levantado como un símbolo de silencio, hermandad, apoyo y convicción de que juntos saldríamos adelante.

Particularmente la experiencia del sismo del 85 nos había servido para mostrarnos la eficacia de implementar simulacros constantes, convirtiéndose en una práctica preventiva que ha mejorado los tiempos de reacción de la población para responder de manera adecuada ante estos acontecimientos. Desde esa ocasión empezamos a entender que es mejor prevenir que lamentar.

Todos debemos ser realistas ante la vulnerabilidad a la que estamos expuestos, y ser conscientes de que la ausencia de una cultura de prevención no nos permite estar preparados ante actos repentinos. A consecuencia del sismo de 2017 miles de mexicanos sufrieron lesiones de todo tipo y otros cientos más desafortunadamente perdieron la vida, dejando a muchas familias desamparadas, con deudas a largo plazo que provocaron daños a su patrimonio por atender la emergencia y muchos de ellos aún atienden las secuelas que dejaron los desastres naturales.

“Desafortunadamente en nuestro país son pocas las personas que apuestan por la prevención, más del 80% de la población no cuenta con un seguro de vida y eso es una cifra muy alta que refleja el nivel de peligrosidad al que estamos expuestos. El vivir en una zona geográfica de riesgo alto implica que debemos ponernos a pensar en las medidas que deberíamos tomar y en qué necesitamos invertir para prevenir situaciones inevitables; es decir, algo que nos proteja financieramente a nosotros como individuos, a nuestras familias y nuestro patrimonio” señalo Diego Santana, Gerente de Comunicación de Thona Seguros.

En nuestro país ocupamos mucho la frase “a mí no me va a pasar” pensando que un Seguro de Vida es útil sólo en casos de fallecimientos. Esto refleja el nivel de desinformación que existe, pues ignoran que algunos seguros ofrecen beneficios adicionales como apoyo económico para los gastos funerarios, pago inmediato de gastos médicos en caso de accidentes o descuentos en servicios de salud, laboratorios u ópticas, entre otros, y son beneficios que se adecuan dependiendo la póliza que se contrate.

Aunado a ello algunas compañías se han enfocado a atender a los sectores más vulnerables de la población con seguros de vida a bajo costo. Por ejemplo, Thona Seguros que cuenta con un portafolio de más 30 seguros de Vida y Accidentes, lo que permite a las personas, empresas e instituciones elegir el que mejor se adapte a sus necesidades con el objetivo de estar preparados ante cualquier situación desafortunada.

“El mercado de Seguros de Vida tiene gran potencial en nuestro país, la compra de este tipo de productos poco a poco va creciendo y uno de los grandes desafíos de nuestra compañía es cambiar la percepción errónea entre la gente, de que un seguro es un gasto cuando realmente representa una inversión. Todos estamos expuestos situaciones que no podemos controlar, lo que si podemos hacer es prevenir, anticipándonos a ellas adquiriendo productos que nos ofrezcan tranquilidad sabiendo que, pase lo que pase, alguien estará ahí para ayudarnos” concluyó Angel Legarreta, Director General de Thona Seguros.

Yesica Flores

Soy Yes, blogger desde hace más de 5 años. Me he especializado en el viejo y olvidado arte de divagar